Madrid, España. El pianista estadounidense Keith Jarrett, uno de los más influyentes y singulares del jazz actual, ha revelado que su cada vez más acusada ausencia de los escenarios en los últimos años se debió a dos derrames cerebrales que le han dejado secuelas, lo que insinúa su más que probable retirada.
A día de hoy, aunque ha recuperado parte de la movilidad después de dos años de rehabilitación, ha dicho que todo el lado izquierdo del cuerpo permanece afectado, por lo que camina con dificultad con la ayuda de un bastón y que solo puede tocar el piano con la mano derecha.
«No prevén que pueda recuperar la movilidad en esa mano. Lo máximo que podrían conseguir hacer con mi mano izquierda es sujetar una taza», ha señalado con frustración.
Keith Jarret (Allentown, 1945) fue un artista precoz que con solo 7 años interpretaba en clubs piezas de Mozart, Schumann o Beethoven y se caracterizó ya como profesional por un estilo ortodoxo, capaz de combinar el virtuosismo y habilidad de un gran concertista y la osadía de un compositor de jazz contemporáneo.
Transitando por un amplísimo catálogo de géneros, incluidos el «hard bop», el jazz rock o la música clásica, el estadounidense concitó los parabienes de la crítica, del público y de personalidades como el escritor Henry Miller o el propio Miles Davis, que reclamó insistentemente sus servicios como pianista.
De su producción como artista en solitario sobresale especialmente el álbum doble «The Köln Concert» (1975), con el que logró reclutar nuevas audiencias para el mundo del jazz gracias a sus emotivas improvisaciones y del que se despacharon 4 millones de copias en todo el mundo.
EFE noticias
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