Caracas.- Fue el 12 de junio de 2019 cuando José Guerra se sorprendió al conocer que el Tribunal Supremo de Justicia, afecto a Nicolás Maduro, había solicitado el allanamiento de su inmunidad parlamentaria, cuenta el propio exdiputado en exclusiva para La Voz de América. 

En ese entonces, Guerra se encontraba en Madrid atendiendo la invitación de un banco regional para participar en una conferencia sobre su área de experticia. Apenas llevaba encima 300 euros, pues su plan era regresarse a Venezuela al día siguiente. 

“Ya me iba a regresar al día siguiente. Me causó una gran sorpresa”, cuenta a la Voz de América desde su exilio en Estados Unidos, donde reside junto a su esposa, trabajando por cuenta propia, aún activo en la política de su país.

La justicia venezolana falló contra Guerra, de 64 años, por la presunta comisión de delitos contra el Estado durante su participación en el fallido alzamiento cívico y militar del 30 de abril de ese año contra el gobierno de Nicolás Maduro.

En agosto de ese año, la Asamblea Nacional Constituyente, controlada por el chavismo, certificó el despojo de su protección constitucional como diputado. 

Guerra cuenta en la entrevista que vive una vida «muy modesta» gracias a sus consultorías a destajo, sus ahorros y una pensión mensual que recibe luego de años de un “extraordinario salario” en el BCV, señala; además del apoyo económico de sus hijos. 

“Ellos nos pagan el apartamento donde vivimos y lo demás lo cubrimos. Vivimos una vida muy modesta. El gasto en comida es de más o menos unos 180 dólares mensuales”, detalla el legislador, preocupado especialmente por su salud.

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