Habitantes de Villa Caruachi, UD 338, viven de promesas que no llegan a concretarse, es lo que aseguran residentes de esta comunidad, ubicada a escasos metros de Las Amazonas, parroquia Unare, Puerto Ordaz.
El Gobierno nacional y regional, construyeron varias viviendas, mientras que otros vecinos siguen esperando por un techo digno, viven en barracas elaboradas de zinc y desechos.
La comunidad en cuestión, tiene más de 20 años de fundada, sus residentes padecen del mismo problema que viven en Gran Sabana, Core 8, Las Teodokildas, colapso de la red de aguas negras.
Carlos Gómez, dice que las aguas fecales corren por todas las calles del barrio. Uno de los sitos más perjudicados es la parte baja, en donde las aguas negras se represan.
Solo promesas
Un grueso número de los residentes de esta comunidad trabajan en la gobernación, alcaldía y otras dependencias del Estado, para ellos, es un problema emitir algún tipo de reclamo o denunciar en las condiciones en que se encuentran.
Aquellos consultados por periodista de soynuevaprensadigital.com, pidieron que no lo identificaran por temor a cualquier tipo de represaría, sin embargo, declararon que la comunidad es un “polvorín”, “el olor es insoportable. Después de las doce del mediodía aumenta la fetidez.., no podemos hacer nada para evitarlo”.
Cuentan que desde el gobierno del capitán Rojas Suárez, Rangel Gómez y ahora Ángel Marcano, habitan en una comunidad a la que le han negado los servicios básicos.
“Tenemos red de aguas negras y no vale de nada, toda está colapsada. La luz falla constantemente, el agua por tuberías es deficiente, el aseo urbano no existe, mientras que la Escuela Ezequiel Zamora se halla en ruinas”.
Confiesan que la comunidad la han visitado gobernadores y alcaldes, “pero todo es un cuento. Solo promesas que no llegan a concretarse”.
Nada que ocultar
El problema de las aguas residuales es de conocimiento del gobierno regional y municipal, igualmente, la gente de VenApp, saben del colapso de las cloacas, dicen lugareños.
“Es imposible esconder lo que se vive a diario en el barrio. Cuando llueve se pone peor, no se puede caminar por las calles”, exclamó una trabajadora de la gobernación.
Según, se han detectado casos de dengue, paludismo, problemas respiratorios, sarna en los niños, entre otras enfermedades.
Piden solución al colapso de las aguas negras, no quieren “pañitos calientes”, ellos esperan soluciones puntuales y que las aguas contaminadas desaparezcan de las calles.
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