La crisis de salud pública en el estado Bolívar toma un giro alarmante ante la reciente detección de tuberculosis en un grupo de indígenas de la comunidad sánema de Shimaraña, ubicada en el Alto Caura.
Según, caciques de la mencionada comunidad dice que de un total de 21 personas evaluadas, 14 dieron positivo a la enfermedad, lo que resalta la urgente necesidad de implementar un programa integral de atención médica para estas poblaciones vulnerables.
“La difícil accesibilidad a servicios de salud en la región ha imposibilitado una atención oportuna, agravando la situación sanitaria”.
Además, afectados indicaron que gracias al apoyo proporcionado por la organización cristiana «Luz del Mundo», los indígenas afectados pudieron ser trasladados inicialmente por vía fluvial desde el territorio del Alto Caura hasta Maripa y luego por tierra hacia un centro asistencial ubicado en la capital del estado Bolívar, donde recibirán tratamiento especializado.
Este brote se suma a la problemática generalizada que enfrentan las comunidades indígenas en Venezuela, afectadas por la falta de infraestructura médica, escasez de medicamentos y un aumento preocupante en enfermedades como la tuberculosis, la malaria y la desnutrición, según diversos informes de organizaciones nacionales e internacionales.
Líderes indígenas y organismos sociales han hecho un llamado vehemente al gobierno y a las instituciones de salud para que atiendan esta emergencia de manera inmediata, garantizando no solo el acceso a tratamientos adecuados sino también la vigilancia epidemiológica necesaria para controlar la propagación de la enfermedad.
El caso de Shimaraña evidencia la vulnerabilidad de los pueblos originarios ante la crisis sanitaria y la urgencia de articular políticas públicas que reconozcan sus derechos y necesidades específicas, preservando así su salud y bienestar.
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