Barcelona, España. Los partidos a puerta cerrada en el retorno de LaLiga Santander comportarán mucho más que la privación para los aficionados y el ambiente desangelado para los jugadores, y afectarán además a las decenas de miles de empleos indirectos que, en lugares como las zonas aledañas al Camp Nou, sufren las consecuencias de la falta de público y temen por su desaparición.
«La situación es tan complicada que a día de hoy poca gente ha reabierto los bares y comercios de pequeño formato en los alrededores del Camp Nou», explica a EFE Adela Agelet, presidenta de la Asociación de Vecinos de Les Corts, el barrio barcelonés que acoge el estadio del Barça.
«Hay quejas de ERTE que no se han cobrado y bastante preocupación», añade.
Un paseo por esta zona una mañana de fase 1 de desescalada es suficiente para comprobarlo.
El restaurante El Cargolet Picant, un histórico de la calle Riera Alta que acostumbraba a acoger turistas que iban a hacer el tour del Camp Nou entre semana y a peñas azulgrana en días de partido, permanece cerrado.
En el mismo estado están decenas de establecimientos de esta calle y de la Travessera de Les Corts, la zona del Gol Sud. Entre los bares que han dado el paso de abrir está El Rellotge, también situado en la Riera Alta.
Un día de partido del Barça este establecimiento triplica los ingresos de un día laborable normal. De todas maneras, mientras se juegue a puerta cerrada espera seguir adelante gracias a la gente del barrio, la cual durante la desescalada está llenando las mesas de su terraza.
Unos comercios muy habituales en la zona de los alrededores del Camp Nou son las tiendas de souvenirs especializadas en productos del Barça. De la decena que hay tan solo una está abierta: la Blaugrana Store de Travessera de Les Corts. «Prácticamente no hemos tenido clientes esta semana. Los que han venido buscaban mascarillas del Barça y estas aún no nos han llegado», explica el dependiente.
Un poco más optimista es Oriol, el encargado de la conocida churrería situada en medio de la calle en el acceso 15 del Camp Nou, por donde se entra para hacer el tour del campo y el museo.
«Antes de la pandemia, en los días normales las terrazas de Les Corts ya se llenaban de gente del barrio y esto seguirá pasando. Sí que es verdad que nuestro establecimiento es más de paso y en verano vivíamos bastante del turismo futbolístico, pero seguro que vendrá gente a por churros de camino a comprar el periódico», explica.
Mucho más complicadas son las circunstancias para la empresa Singularis, una de las encargadas de la restauración en los interiores del Camp Nou y la cual también ofrece el mismo servicio en Cornellà-El Prat (Espanyol) y Montilivi (Girona).
Fuentes de la empresa admiten que la situación es crítica porque desde el inicio del estado de alarma los ingresos han bajado a cero y las previsiones indican que el regreso de los aficionados a los estadios no tendrá lugar hasta el 2021.
Algunos establecimientos típicos de las previas de los partidos en el Camp Nou, como el Bowling Pedralbes, aún no han abierto sus puertas (tampoco el restaurante), y otros, como el Frankfurt Pedralbes, de momento tan solo atienden para llevar.
Según un estudio de la firma Deloitte publicado al final de la temporada 2014-2015 (el último que se ha hecho sobre este tema), el Barça aportó 906 millones de euros a Barcelona durante ese periodo, una cifra que supuso el 1,5% del producto interior bruto de la ciudad. Además, el club catalán creó 16.620 puestos de trabajo (directos, indirectos e inducidos) en la misma.
Deloitte también explicó entonces que un 6% del turismo que venía a Barcelona tenía como primer motivo el Barça. El museo del club ha recibido durante los últimos años prácticamente dos millones de visitas anuales según el Observatori de Turisme de Barcelona.
Precisamente este jueves por la tarde, la junta directiva del Barça anunció que el museo y el tour del Camp Nou volverán a abrir sus puertas el 8 de junio.
EFE noticias
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