El asesinato de un periodista, el aumento de agresiones a informadores por parte de las disidencias de las FARC y otros grupos armados y los constantes ataques del presidente colombiano, Gustavo Petro, a la prensa figuran entre las preocupaciones de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

Así se refleja en el informe anual para Colombia que está pendiente de aprobación en la 80 Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) que se celebra en Mendoza (Argentina) entre el 17 y el 20 de octubre.

«El asesinato de un periodista, el recrudecimiento de las agresiones contra la prensa por parte de funcionarios públicos y las amenazas contra miembros de medios de comunicación representaron los hechos más preocupantes en este período», apunta la organización.

El texto recoge el asesinato el pasado 14 de abril en Cúcuta, ciudad fronteriza con Venezuela, de Jaime Vásquez, quien investigaba e informaba en redes sociales sobre hechos de corrupción en contrataciones y licitaciones públicas.

En este caso, «el sospechoso de ser el autor material fue capturado y permanece en la cárcel La Picota, de Bogotá», recuerda el organismo.

También preocupan a la SIP las amenazas de grupos armados a periodistas, sobre todo en el sur del país, donde informadores locales reciben panfletos con la obligación de que sean publicados o son citados por los ilegales «a acudir a sus campamentos a grabarlos y después emitir ese material, bajo coacción».

«Otro hecho grave fue lo ocurrido con el medio digital Vorágine, que (la semana pasada) anunció la suspensión de sus publicaciones sobre paramilitarismo y narcotráfico por amenazas de muerte al periodista Nicolás Sánchez», indica la SIP.

Los ataques de Petro

La otra gran preocupación de la SIP son los ataques recurrentes del presidente y de funcionarios del Gobierno a «medios y periodistas en represalia por las críticas a la gestión del Gobierno».

«La prensa crítica es estigmatizada con calificativos de ‘extrema derecha’ y ‘periodismo Mossad’. Se acusa de silenciar al presidente, de manipular su discurso, de cometer ‘villanías y canalladas’, de ser parte de un golpe de Estado, de mentir, de desinformar y de ‘homogenizar las mentes’ a partir de grandes capitales», resalta la SIP.

En concreto, recuerdan el episodio del mes pasado en que Petro, durante la posesión de Iris Marín como defensora del pueblo, se refirió a las mujeres periodistas como «muñecas de la mafia».

A la vez, el Gobierno está alinéandose con medios alternativos, a los que considera «los únicos que transmiten la verdad» y los incentiva con pauta oficial y publicidad, y reforzando el Sistema de Medios Públicos (RTVC), «donde predomina la tendencia de omitir inconvenientes para el Gobierno».

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