Marsha Blackburn, senadora estadounidense, arribó el jueves, 25 de agosto, a Taiwán para una visita de tres días que, a través de su cuenta en la red social Twitter, afirmó busca «enviar un mensaje a Pekín: no nos intimidarán».
Señaló que Estados Unidos «sigue firme en la defensa de la libertad alrededor del mundo y no tolerará ningún esfuerzo para minar ni a nuestro país ni a nuestros aliados».
De acuerdo al medio Channel News Asia (CNA), Blackburn fue recibida en la pista del aeropuerto Songshan (Taipéi) por el director general del Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán, Douglas Hsu, poco antes de la medianoche del jueves.
Durante el viaje, la senadora del Partido Republicano se reunió con la presidenta Tsai Ing-wen (este viernes 26 de agosto) y asistió a un almuerzo ofrecido por el ministro de Relaciones Exteriores, Joseph Wu, (considérese las 12 horas de diferencia entre Taiwán y Venezuela).
Su partida está prevista para mañana sábado.
En la oficina presidencial, Tsai elogió la visita: «En los últimos tiempos, muchas figuras públicas de un amplio espectro de la sociedad estadounidense han visitado Taiwán. Estos cálidos actos de bondad y firmes demostraciones de apoyo han reforzado la determinación de Taiwán de defenderse».
La presidenta de Taiwán también previó con la reunión un fortalecimiento de la cooperación en sectores de alta tecnología para dar respuestas a «los desafíos económicos de la era posterior a la pandemia».
Con Blackburn, son tres los dignatarios estadounidenses que se reunieron con representantes de Taiwán en el mes de agosto, un desafío a la presión de Beijing para detener los viajes.
Por su parte, el portavoz de la embajada de China en Washington, Liu Pengyu, prometió que Beijing tomaría «contramedidas firmes» a lo que consideró «provocaciones» de Estados Unidos.
Tensiones
La llegada a Taiwán de la miembro del Comité de Defensa del Senado se enmarca un momento de tensión entre China y EE.UU., consecuencia de la también reciente visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi.
Reunión catalogada por China como una «traición deplorable», que condujo a la imposición de sanciones hacia Pelosi, la suspensión del diálogo con EE.UU. y el despliegue de maniobras militares en el Estrecho de Taiwán.
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