La ciudad de Maracaibo se vistió de profunda fe este 18 de noviembre para honrar a su patrona, la Virgen de Chiquinquirá, en una doble conmemoración: los 316 años del Milagro de la Tablita y el 83º aniversario de su Coronación Canónica.
Desde las primeras horas de la mañana, miles de feligreses acudieron a la celebración eucarística, transformando el espacio en un vibrante santuario de devoción.
La asistencia masiva tuvo un propósito común: cumplir promesas y agradecer los favores concedidos por la venerada Virgen Morena.
Homenaje a los Santos venezolanos
La misa solemne, un momento cumbre de la jornada, fue presidida por Monseñor Azuaje. Durante la homilía, se rindió un emotivo homenaje a los dos santos de Venezuela: San José Gregorio Hernández y Santa María Carmen Rendiles.
La liturgia contó con un acompañamiento musical de gran altura, a cargo de los emblemáticos Niños Cantores del Zulia y los Servidores de María, quienes con sus voces y cánticos enaltecieron la celebración.
En un gesto que unió la historia y la santidad venezolana, la Virgen de Chiquinquirá lució un majestuoso manto celeste, adornado especialmente con las imágenes de San José Gregorio Hernández y Santa María Rendiles.
Procesión de la dama del Saladillo
Tras la conclusión de la eucaristía, la Dama del Saladillo —nombre cariñoso con el que se conoce a la Virgen— inició su solemne procesión. Recorriendo las calles de su parroquia, la imagen estuvo escoltada por la inmensa devoción y alegría del pueblo zuliano, cerrando la jornada en un emotivo recorrido de fe popular.
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