Más de 15 años llevan solicitando la reparación de los botes de aguas negras y blancas que persisten en la vía principal que comunica con las comunidades de la UD-129, parroquia 11 de Abril, San Félix, pero la solución no llega.
“Pronto comienza una nueva gestión en la gobernación del estado Bolívar y seguimos esperando. En esta oportunidad, esperábamos que Ángel Marcano resolviera el colapso de las bocas de visita y no lo hizo, tampoco lo hizo el gobernador anterior, Justo Noguera”, indicó Inés Alcántara, quien tiene más de 40 años habitando en uno de estos sectores afectados.
Las aguas fecales corren las 24 horas por la carretera y se mezclan con las aguas blancas que salen de los tubos rotos; luego ingresan al barrio Villa Tablitas y continúan su recorrido hacia Peghal y La Curiara.
Otros vecinos señalaron que el gobernador Francisco Rangel Gómez “mucho menos ayudó a los habitantes de estas comunidades. Hemos aprendido a vivir con el olor putrefacto en nuestras casas”, afirmó Raquel Moreno.
Carretera deteriorada
La calle que está a un costado de la entrada de Villa Tablitas perdió el asfaltado, y todas las aguas residuales ingresan a las humildes viviendas y circulan por las calles de arena de la comunidad.
La gente se queja por la situación inhumana en la que viven con sus hijos, quienes deben enfrentar este problema a diario. “Durante los más de 19 años que tiene de fundado el barrio, lo único que han hecho los gobernadores es engañarnos”, afirmó una vecina.
Los problemas se intensifican más adentro del vecindario. Los lugareños aseguran que las enfermedades afectan a los niños. “Ahora, con las lluvias, estamos angustiados por la cantidad de enfermedades que llegan con los aguaceros”, indicaron madres de la zona.
Dicen que continuarán esperando por el alcalde de Caroní, Tito Oviedo, y por el nuevo gobernador del estado Bolívar. Solo piden soluciones a sus problemas.
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