El exfutbolista croata Davor Suker, campeón del Mundial sub-20 de 1987 en Chile, habla este jueves durante una entrevista con EFE en el estadio Nacional Julio Martínez Prádanos, de Santiago. EFE/ María José Rey

El exdelantero croata Davor Suker, campeón mundial sub-20 en 1987 en Chile cuando aún pertenecía a la extinta Yugoslavia, compartió este jueves un mensaje lleno de pasión y reflexión sobre el significado de jugar con la selección nacional y el valor de disputar una Copa del Mundo.

“Ser campeón del mundo es más que un contrato, que un mes, que tres goles en tu liga o equipo; es tener este sueño, porque el fútbol es soñar”, afirmó Suker durante un encuentro con la prensa en el estadio Nacional de Santiago de Chile, con quienes conversó sobre el impacto del Mundial sub-20 en la vida de los futbolistas.

Suker, quien tuvo una destacada carrera en clubes como Real Madrid y Sevilla y actualmente preside la Federación Croata de Fútbol, lamentó que algunos jugadores con gran proyección en Europa no hayan podido jugar este torneo debido a decisiones de sus clubes. Mencionó nombres como el español Lamine Yamal o los argentinos Claudio Echeverri y Franco Mastantuono y aseguró que “seguro que a estos chicos les encantaría estar aquí”.

Recordó con nostalgia su experiencia en aquel campeonato hace 38 años y dijo que ninguna compensación económica puede igualar la emoción de representar a la selección: “Sé que unas de las imágenes que tendré antes de morir serán las del estadio Nacional y las de ganar la Copa del Mundo juvenil aquí”.

El exfutbolista también evocó los años que perdió la selección yugoslava debido al conflicto en los Balcanes, comparando la situación con la imposibilidad de que un equipo como Argentina con jugadores como Messi pudiera competir durante cuatro años consecutivos.

Rapidez y calidad

Suker elogió a varios equipos destacados del actual torneo, resaltando la rapidez y calidad de Colombia, así como el potencial de España, Chile, Marruecos y Japón, quienes seguramente tendrán un futuro brillante en el fútbol mundial.

En su análisis personal, subrayó que el Mundial sub-20 es fundamental para que los jóvenes aprendan el valor de la victoria y la derrota, y la importancia de madurar tanto dentro como fuera de la cancha. “Tener la mano en el pecho y cantar el himno es muy importante para que los jugadores crezcan”, concluyó con un llamado a la educación familiar y escolar como base del éxito deportivo.

Finalmente, Suker cerró con una frase que refleja la esencia de su pasión: “No hay nada mejor en el mundo que jugar con tu selección, marcar goles y representar a tu país”.

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