Fotografía de archivo del 19 de octubre de 2023 de personas asistiendo a un acto por el Día Internacional de lucha contra el Cáncer de mama, en el obelisco de la Plaza Francia de Altamira, en Caracas (Venezuela). EFE/ Rayner Peña R

América Latina y el Caribe enfrentan significativas desigualdades en el acceso a servicios y recursos necesarios para atender el cáncer de mama, la principal causa de muerte por cáncer entre mujeres de la región. Según datos de 2020 publicados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC), se registraron más de 210.000 nuevos casos y cerca de 68.000 muertes.

Aunque la detección temprana y tratamientos adecuados pueden reducir drásticamente la mortalidad, las brechas entre países y grupos sociales limitan su efectividad. Salvador González Santiesteban, oncólogo de la Fundación de Cáncer de Mama (FUCAM), advierte que el acceso a la mastografía en la población general mexicana sigue siendo una barrera importante, especialmente en zonas rurales donde el tamizaje es menos accesible y de menor calidad. Además, destaca la limitada disponibilidad y alto costo de técnicas avanzadas como inmunohistoquímica y biomarcadores, lo que retrasa decisiones terapéuticas vitales.

Los tiempos para iniciar tratamientos varían considerablemente, y en algunas regiones con problemas de acceso pueden extenderse entre seis y ocho meses, mucho más que los 60 días recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La inequidad también se agrava en comunidades indígenas, donde el idioma diferente al español dificulta la entrega de información y la participación activa de las pacientes.

La OPS señala que el desarrollo de registros poblacionales de cáncer es esencial para diseñar, evaluar y financiar planes nacionales, pero su baja cobertura en América Latina dificulta este proceso. México aún carece de una ley general de cáncer, aunque diversas organizaciones civiles fomentan el lanzamiento de un Plan Nacional de Prevención y Control Integral, que incluiría un Registro Nacional de Cáncer y una red oncológica para mejorar la organización y seguimiento de pacientes.

Fundación CIMA

Alejandra de Cima, sobreviviente de cáncer de mama y fundadora de la Fundación CIMA, enfatiza que la base de una política eficaz es contar con datos completos sobre incidencia y mortalidad para crear programas de prevención y diagnóstico oportuno. También subraya la insuficiencia de recursos en el sistema de salud: mientras la OMS recomienda destinar el 6% del PIB, México asignó solo el 3,03% en 2024, insuficiente para una infraestructura médica y personal sanitario a nivel internacional.

Finalmente, las OPS y OMS han destacado el impacto desproporcionado del cáncer de mama en mujeres en edad productiva, afectando a familias y comunidades. La descentralización de servicios oncológicos y el fortalecimiento de redes en distintas regiones son esenciales para reducir desigualdades en el acceso a terapias innovadoras y atención integral.

Este análisis se presenta en el marco del foro virtual ‘Avanzando en el camino del paciente: enfoques terapéuticos innovadores para el cáncer de mama’, que se celebrará el 9 de octubre, organizado por EFE con el apoyo de AstraZeneca, y que busca impulsar políticas sostenibles capaces de cumplir con la meta global de la OMS hacia 2040.

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