Sao Paulo, Brasil. Con Lewis Hamilton y Mercedes con el campeonato de pilotos y constructores en el bolsillo, el Gran Premio de Brasil, penúltima prueba del Mundial de Fórmula Uno, será este domingo el escenario de la batalla por el tercer lugar entre los dos pilotos de Ferrari y el imprevisible Max Verstappen.
Sobre el trazado del Autódromo José Carlos Pace, en la ciudad de Sao Paulo, también se empezará a definir quién conseguirá la séptima posición, considerada casi como un título más para el resto de los mortales, incapaces de alcanzar a Mercedes, Ferrari y Red Bull.
El monegasco intentará afianzar el bronce, aunque para ello tendrá que firmar una épica remontada, pues el cambio de motor en su Ferrari le penalizará con al menos diez posiciones en la parrilla del circuito de Interlagos.
Además, sus ingenieros están evaluando incorporar algunos componentes del propulsor del año que viene en el monoplaza del joven piloto del Cavallino Rampante, por lo que el desafío podría ser doble: salida desde atrás y con una unidad de potencia aún en fase de pruebas.
Vettel llega a Brasil frustrado por una temporada -otra más- en la que se ha visto impotente y muy lejos de disputar el título, mientras que Verstappen espera recuperar los puntos perdidos en las últimas carreras para extender aún más la tercer por el último lugar del cajón aún sin dueño.
Los tres pilotos inmersos en esa lucha están separados por 19 puntos, con Brasil y Abu Dabi aún por disputarse.
De esta forma, las 71 vueltas sobre los 4.309 kilómetros del circuito de Interlagos permitirán vislumbrar qué piloto compartirá fotografía a final de temporada con los dos intocables de Mercedes.
Por detrás de ellos, la Fórmula Uno ‘B’, la de aquellos cuyo máximo objetivo es acabar en los puntos y celebrar como una victoria un séptimo puesto que hoy sabe a mucho.
En esa terna está metido de lleno el británico Alex Albon (Red Bull), hoy sexto, el español Carlos Sainz (McLaren) y el francés Pierre Gasly (Toro Rosso), este último a tan solo siete puntos del primero.
Sainz, que en Austin completó cien carreras en la categoría reina del automovilismo, dijo en una entrevista con Efe que el objetivo sigue siendo el mismo que el de las últimas pruebas.
«Si volvemos a tener unas buenas ‘qualis’ (tandas de clasificación)», hay que «intentar aprovecharlas un poco mejor para la carrera» para «acabar entre los siete u ocho primeros, como siempre», afirmó.
Por el momento, el podio es terreno vedado para el español, que solo espera que puedan convertirse en una realidad para él a partir de 2021, cuando se produzcan profundos cambios en la reglamentación.
No obstante, cualquier punto de él o de su compañero de equipo, Lando Norris, serán importantes también para el Mundial de Constructores, en el que McLaren ocupa un meritorio cuarto puesto, con 121 puntos, frente a los 83 que suma su inmediato perseguidor, Renault.
Batallas todas ellas ajenas a Mercedes, que piensa ya en 2020, tanto que su jefe, Toto Wolff, no acompañará a la escudería germana en Brasil, la primera vez que faltará a un Gran Premio desde hace seis años, según dijo.
«Brasil será la primera carrera desde 2013 en la que no participaré (…) Con los dos campeonatos garantizados, tengo más tiempo para quedarme en Europa y centrarme en otros temas en abierto», comentó.
EFE
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