El presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, está dispuesto a iniciar, bajo la mediación de Rusia, un proceso de normalización de relaciones con Siria, rotas en 2011 tras el estallido de la guerra civil en la que Ankara apoya a los rebeldes y Moscú al régimen de Bachar Al Asad.
«Podríamos tener una invitación de (el presidente ruso Vladímir) Putin y de Al Asad. Si Putin puede visitar Turquía, esto podría ser el comienzo de un nuevo proceso. Los años que han pasado en el escenario sirio han demostrado claramente a todos la necesidad de establecer un mecanismo de solución permanente», señaló Erdogan a los medios.
En declaraciones en el avión que le traía de vuelta de una cumbre en Kazajistán, Erdogan afirmó que «siempre ha tendido la mano de la amistad tendida a su vecino».
El presidente turco ya dijo el pasado viernes que no descarta una reunión con el propio dictador sirio para ayudar a restaurar las relaciones bilaterales.
También declaró entonces que no tiene intención de interferir en los asuntos internos de Siria, donde Turquía tiene desplegadas tropas desde hace años, y que no hay motivos para que Ankara y Damasco no puedan restablecer relaciones.
Ambiente cordial
Ankara y Damasco comenzaron a acercarse en 2004 tras décadas de tensión y hasta 2009 Erdogan se reunió varias veces con Bachar al Asad en un ambiente cordial. La sintonía se rompió al estallar la guerra civil siria en 2011, cuando Turquía empezó a respaldar a la oposición.
Después de tres incursiones militares en 2016, 2018 y 2019, Turquía mantiene bajo control importantes franjas del norte de Siria, en alianza con milicias islamistas opuestas al régimen de Asad y para oponerse a los grupos kurdos.
Rusia, por su parte, ha sido el principal aliado militar y político del régimen sirio.
Asad ha puesto como condición para cualquier proceso de acercamiento la retirada de las tropas turcas de suelo sirio, mientras que Erdogan dice que mantendrá el despliegue mientras los grupos kurdos, a los que considera terroristas, sigan siendo una amenaza para Turquía.
La normalización de relaciones se enfrenta a otros obstáculos, como la presencia de unos cuatro millones de refugiados sirios en Turquía, huidos de la guerra.
En los últimos días ha habido varios ataques xenófobos contra sirios en Turquía, en los que se han destruido viviendas, negocios y vehículos, en los que un chico sirio de 17 murió.
Esto condujo a ataques y protestas contra las tropas turcas establecidas en suelo sirio a lo largo de la frontera.
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