En los tiempos de profundas dificultades que vivimos o ante situaciones adversas agudas o crónicas, la mujer presenta alteraciones emocionales y físicas que afectan no sólo su calidad de vida, sino incluso llegan a comprometerla.
El estrés puede iniciar o agravar trastornos de ansiedad, depresión o insomnio y también puede ocasionar o acrecentar el dolor ginecológico.
Para la doctora Carmen Mantellini, ginecobstetra, “el estrés y la ansiedad pueden iniciar o exacerbar al dolor pelviano que logra manifestarse durante las relaciones sexuales, también conocido como dispareunia, que si no es manejado a tiempo, puede instalarse y hacerse persistente”.
El dolor puede acompañarse de causas anatómicas como el prolapso genital, tumores benignos o malignos de la pelvis, infecciones ginecológicas, causas hormonales y puede ir de la mano de una historia personal de abuso sexual, depresión, ansiedad, insomnio y relaciones de pareja en conflicto, así como también del no reconocimiento de una orientación sexual diferente.
Otro síntoma de estrés o ansiedad es la disfunción sexual, presente en hasta un 40% de las pacientes entre 40 y 80 años. Esta se expresa en señales como disminución del deseo sexual, dificultad para excitarse, incapacidad de lograr el orgasmo y el dolor durante las relaciones.
La especialista explica que “en estudios en los cuales pudo correlacionarse la presencia de estrés y la edad de la paciente, fue el primero la principal causa de disfunción, por encima de la falta de estrógenos que ocurre progresivamente en la medida que envejecemos”.
Afecta la feritilidad
“Hasta un 25% de las mujeres infértiles tienen depresión y 50% de las mismas sufren de algún trastorno de ansiedad, la base biológica de esto último pareciera ser un aumento de la actividad de las células inmunológicas en la interface materno fetal, tan es así, que la terapia psicológica y el apoyo emocional eleva su fertilidad hasta en un 28%” detalló la doctora Mantellini.
Fuente: Analítica.com
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