Según un reciente estudio publicado en The Lancet Public Health y difundido por DW en Español, aproximadamente 80 millones de adultos en todo el mundo sufren de ludopatía o presentan una relación problemática con los juegos de azar.
Este informe destaca la necesidad urgente de que los gobiernos traten este asunto como un problema de salud pública.
Graves cifras de adicción al juego
El estudio revela datos alarmantes: 448,7 millones de adultos se encuentran en situación de riesgo, experimentando al menos un síntoma de adicción al juego y alguna consecuencia adversa derivada de esta.
En particular, el 15,8% de los adultos y el 26,4% de los adolescentes que participan en casinos o tragamonedas en línea podrían padecer ludopatía o trastorno del juego.
En el ámbito de las apuestas deportivas digitales, los porcentajes de riesgo son del 8,9% para los adultos y del 16,3% para los adolescentes.
El impacto de las plataformas digitales
Ante estos resultados, los expertos sugieren la necesidad de restringir las actividades de aplicaciones y plataformas digitales de juego, cuya expansión es vertiginosa, incluso en países donde esta práctica está prohibida.
Heather Wardle, de la Universidad de Glasgow en Reino Unido, afirma: «Cualquier persona con un teléfono móvil tiene ahora acceso a lo que básicamente es un casino de bolsillo, las 24 horas del día.
Las estrategias de marketing y las tecnologías sofisticadas hacen que sea más fácil empezar a jugar y más difícil detenerse».
Consecuencias del juego compulsivo
El informe también subraya que el juego se asocia a graves consecuencias como pérdidas financieras, problemas de salud física y mental, rupturas familiares, mayor riesgo de suicidio y de violencia doméstica, incremento de delitos y pérdida de empleo.
Estas consecuencias afectan especialmente a grupos vulnerables, como las personas desfavorecidas socialmente y los niños y adolescentes expuestos de forma rutinaria a la publicidad de productos de juego.
Llamado a la acción
Los comisionados instan a las autoridades a implementar una regulación eficaz en todos los países, independientemente de la legalidad del juego en cada región.
Entre sus recomendaciones se incluyen la reducción de la disponibilidad de estos productos y la disminución de la exposición de la población a ellos, mediante restricciones en acceso, promoción, marketing y patrocinio.
También sugieren ofrecer apoyo y tratamiento accesible para quienes padecen trastornos del juego, junto con campañas de concienciación social.
Charles Livingstone, de la Universidad de Monash en Australia, enfatiza que «los australianos son los que más gastan en juegos de azar per cápita en el mundo, con unos 1.555 dólares australianos por adulto al año», y asegura que existe voluntad en el país para abordar esta problemática como una cuestión de salud pública.
El informe de The Lancet Public Health deja claro que es imprescindible tratar la ludopatía con la seriedad que merece, implementando medidas preventivas y de apoyo a nivel global.
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