Al día siguiente Juan vio a Jesús que venía a su encuentro, y exclamó: «Ahí viene el Cordero de Dios, el que carga con el pecado del mundo. De él yo hablaba al decir: Detrás de mí viene un hombre que ya está delante de mí, porque era antes que yo. Yo no lo conocía, pero mi bautismo con agua y mi venida misma eran para él, para que se diera a conocer a Israel.»
Juan dio este testimonio: «He visto al Espíritu bajar del cielo como una paloma y quedarse sobre él. Yo no lo conocía, pero Aquel que me envió a bautizar con agua, me dijo también: Verás al Espíritu bajar sobre aquel que ha de bautizar con el Espíritu Santo, y se quedará en él. Sí, yo lo he visto; y declaro que este es el Elegido de Dios»
Reflexión del Evangelio
La Iglesia universal celebra hoy la fiesta, en honor al Santísimo nombre de JESÚS, Nombre verdaderamente Divino, que solo Dios pudo imponer a El Salvador del mundo. Nombre Venerable, que hace doblar la rodilla a todas las grandezas de la tierra.
Nombre sacrosanto, que pone en fuga a los espíritus diabólicos.
Omnipotente, en cuya virtud se han obrado los mayores milagros.
Salutífero, de quien reciben en cierto modo toda su eficacia los Sacramentos de la Nueva Ley.
Glorioso, extendido por el celo de los apóstoles a todos los gentiles y a todos los reyes de la tierra.
Augusto, por cuya confesión los santos mártires se gloriaron en sufrir cruelísimos tormentos.
Nombre, en fin, incomparable, pues no hay otro debajo, del Cielo en cuya virtud podamos ser salvos. Alabémosle, pues, y bendigámosle en todo tiempo y lugar.
La liturgia diaria nos presenta al Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO según San Juan, capítulo 1, versos del 29 al 34. Donde se destaca el segundo día del Ministerio de JESÚS, tiempo en el que Juan Bautista lo revela como el Cordero de DIOS, Elegido y Enviado por DIOS, para quitar el pecado del mundo.
Muy importante es destacar que desde el libro del Éxodo (Ex 14,21-28) hasta la narración del Siervo Sufriente del libro de Isaías (Is 53,7), la imagen del Cordero está unida a la Salvación del pueblo de Israel.
JESÚS, convertido en el Cordero de DIOS, Ungido por el Poder del Espíritu Santo, morirá en la Cruz a la misma hora que los Corderos son sacrificados para la Pascua (Jn 18,28).
Para poder llevar a cabo Su Misión Salvífica y que continuará desarrollando luego de la Inmolación y Resurrección del Cordero, cuando Sople sobre los Discípulos, que Recibirán el Poder del Espíritu Santo, para ir a llevar el Mensaje de Salvación hasta los confines de la tierra (Jn 20,22).
Al confrontarnos con el texto y viviendo este tiempo la octava de la Navidad, en la que recibimos la Buena Nueva, no podemos, ni debemos olvidar la importancia del Tiempo litúrgico de la Navidad.
Porque es el Tiempo en que DIOS a través de Su Palabra, nos recuerda el AMOR sublime que tiene por la humanidad al ENCARNARSE en la Persona de JESÚS. Y desde nuestra limitación humana, enseñarnos a vivir la solidaridad y la entrega hacia nuestros semejantes.
Por lo que cada cristiano tenemos como tarea o como compromiso ineludible de lograr el Milagro más profundo: dejar nuestras comodidades e indiferencias para ser portadores de las Buenas Nuevas del Cielo, aquí en la tierra.
Porque, así como DIOS se solidariza con la humanidad a través de la ENCARNACIÓN de Su HIJO, cada uno de los que nos llamamos sus seguidores tenemos que hacer realidad el Reino de los Cielos cumpliendo a cabalidad Su Mandamiento de «Amarnos los unos a los otros».
De allí que hoy sea el día, para hacer un compromiso de inicio de año, para dar Gracias a DIOS, que se hizo hermano nuestro, descendiendo hasta lo más profundo de la impotencia y de la debilidad humana, para elevar a la humanidad hasta la condición de Hijos y Herederos.
Todo este año 2023, esté marcado por la alegría de reconocernos Hijos de DIOS y que nuestro comportamiento sea acorde a la filiación de AMOR que hemos recibido.
Señor JESÚS, Concédenos el discernimiento necesario para encontrar las Enseñanzas de Vida y de Felicidad presente en la Sagrada Escritura y de desde allí poder descubrirte como el Cordero de DIOS, que nos impregna de AMOR, para hacernos mejores personas.
Amén
¡Síguenos en nuestras redes sociales y descargar la app!