Evangelio del Día. Mateo 10,16-23

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 “En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: Miren que los envío como ovejas en medio de lobos: sean, pues, precavidos como la serpiente, pero sencillos como la paloma. ¡Cuídense de los hombres! A ustedes los arrastrarán ante sus consejos, y los azotarán en sus sinagogas. Ustedes incluso serán llevados ante gobernantes y reyes por causa mía, y tendrán que dar testimonio ante ellos y los pueblos paganos.

Cuando sean arrestados, no se preocupen por lo que van a decir, ni cómo han de hablar. Llegado ese momento, se les comunicará lo que tengan que decir. Pues no serán ustedes los que hablarán, sino el Espíritu de su Padre el que hablará en ustedes. Un hermano denunciará a su hermano para que lo maten, y el padre a su hijo, y los hijos se sublevarán contra sus padres y los matarán.

Ustedes serán odiados por todos por causa mía, pero el que se mantenga firme hasta el fin, ése se salvará. Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. En verdad les digo: no terminarán de recorrer todas las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del Hombre”.

  Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

 La Iglesia universal celebra hoy la fiesta entre otros santos, en honor a San Agustín Zhao Rong y 119 compañeros, mártires en China. Canonizado el 1 de octubre del año 2000, Zhao es uno de los 120 mártires chinos que derramaron su sangre en medio de una de las tantas oleadas de persecución de la Iglesia en el imperio chino. Los 120 mártires santos vivieron entre los años 1648 y 1930. Había cuatro sacerdotes, los demás eran niños, catequistas, padres, trabajadores, de entre nueve y 72 años de edad.

Y la liturgia diaria, nos presenta al Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO según San Mateo, capítulo 10, verso 16 al verso 23. En el que, en una lectura continuada, sobre el envío misionero, se nos presenta hoy las advertencias sobre las adversidades y conflictos por los cuales los discípulos tienen que pasar, al confrontarse con los malvados de este mundo. Porque no se trata de volverse violentos como ellos para combatirlos, si no dar testimonio de Fe, con la sencillez y con el AMOR, ya que la Justicia Divina está por encima de las injusticias de este mundo.

 JESÚS no esconde a nadie, ni minimiza la suerte que amenaza el destino que libremente asume quien decide seguirlo. La comparación que utiliza es durísima: “Como ovejas entre lobos”. Y es que, “Lobos” son todos aquellos que, sin asomo de escrúpulo, persiguen, maltratan, amenazan o hacen desaparecer a los portadores del Evangelio. No importa si los “lobos” son los poseedores del poder en este mundo, los gobernantes, los adversarios declarados o, incluso, la propia familia. El ambiente que vaticina es, pues, de gran tensión. Y en un momento dado, puede inducir a la pérdida de confianza y autocontrol si no se asume una actitud serena y una inquebrantable Fe, en JESUCRISTO Muerto y Resucitado.

  Al confrontarnos con el texto, vemos que JESÚS le habla con mucha claridad a sus seguidores de todos los tiempos y nos dice que, al asumir nuestra condición de discípulo, correremos muchos riesgos. Ya que, todos aquellos que andan por malos caminos, explotando, robando y excluyendo a sus semejantes, al saberse amenazados por la novedad del Evangelio, reaccionan con diversas formas de violencia, tanto de frente como velada. Buscando por diversas vías acallar las voces incómodas que los acusan y que exponen ante la sociedad sus malos procederes.

Y es que, lamentablemente la violencia practicada contra aquellos que, siguen el camino de JESÚS, en su ejemplo de Anunciar la Verdad y la Liberación a los oprimidos y excluidos, es un hecho que se ha vivido desde las primeras comunidades cristiana, hasta nuestro tiempo.  Por eso es que, el seguimiento, tal como lo señala JESÚS puede llevar a las diversas dificultades, pero en la alegría y la felicidad de la comunión con DIOS se supera todo. Porque quien permanece en el AMOR permanece en DIOS y DIOS permanece en él.

 Por eso es importante atender a las enseñanzas del Evangelio, que nos conducen a confiar en el Espíritu de JESÚS que nos lleva por los caminos, de un auténtico discernimiento.  Ya que Su propuesta se orienta con una directriz bien práctica. Ser sencillos como palomas y sagaces como serpientes. De allí que hoy sea un buen día para repasar nuestra vida, contemplando las pequeñas o grandes cicatrices que la Misión ha ido dejando tatuadas en nuestra alma. Y a la luz de este Evangelio, dejarnos consolar y aprender del pasado las experiencias necesarias, para nuevos criterios de actuación para el futuro que nos recuerda el Maestro.

 Señor JESÚS, ayúdanos a aumentar nuestra confianza en el Espíritu Santo, para ser más creativos, audaces y proféticos en la Misión que nos has encomendado y de esta manera vencer los obstáculos y las dificultades del mundo. Amén.

Luis Perdomo

 

 

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