Eran los Juegos de Francia y sus deportistas no decepcionaron. Con una cosecha de 64 medallas, el mayor número en más de un siglo, ‘les Bleus’ no solo cumplieron el objetivo de meterse entre los cinco de cabeza del medallero, sino que dieron al país una colección de ídolos con los que soñar.
Los 16 oros, 26 platas y 22 bronces de Léon Marchand, Teddy Riner, Antoine Dupont y compañía, aunque no llegaron a la quimera de 80 metales que aseguraron algunos responsables del olimpismo galo, superaron de largo la mejor actuación francesa de los tiempos recientes, que se había dado en Pekín 2008 con 43 podios.
Solo en una ocasión los atletas galos habían tenido más éxito con las medallas: en la primera olimpiada con sede en París (1900), donde Francia logró 102 preseas.
Pero esa marca histórica no se toma realmente como referencia, ya que en aquellos Juegos tempranos, en los que solo tomaron parte 24 naciones, más del 50 % del casi millar de atletas competidores eran del propio país organizador.
De hecho, las tornas habían cambiado ya la siguiente vez que los Juegos volvieron a la capital francesa, hace justo un siglo, cuando la anfitriona logró 38 metales en un medallero liderado por Estados Unidos.
Ausencia de Rusia
Este 2024, que tuvo la ausencia notable de los deportistas rusos, esa potencia repitió el liderato en la clasificación de éxitos deportivos, por delante de China.
Les siguieron en el medallero Japón y Australia y a continuación se situó Francia para sellar el objetivo prioritario de meterse entre los cinco de cabeza.
«Somos incluso la segunda nación si se mira la diversidad de medallas obtenidas, justo tras Estados Unidos (…) Francia ha sobresalido verdaderamente en muchos dominios», resaltó este lunes sobre los resultados el presidente del país, Emmanuel Macron, al día siguiente de la ceremonia de clausura.
Presupuesto récord para fomentar el deporte
Para asegurarse este éxito, Francia estuvo invirtiendo grandes cantidades de dinero para fomentar el rendimiento de los deportistas de élite, pero también para extender su práctica a nivel popular y para utilizarlo como herramienta de cohesión social.
De hecho, el Gobierno de Macron fijó el deporte como «gran causa nacional 2024» y, bajo ese paraguas, se creó una agenda de proyectos deportivos y sociales, además de campañas para promover, por ejemplo, que los franceses «se muevan» durante al menos 30 minutos cada día, prescindan del ascensor en favor de las escaleras o vayan en bicicleta a trabajar.
Esas iniciativa fue gestionada en buena parte por la Agencia Nacional del Deporte (ANS, por sus siglas en francés), también responsable del deporte de élite. Para ella, de cara al año de los Juegos, en septiembre de 2023 se aprobó un presupuesto récord de 461 millones de euros, un 5 % más que el año precedente.
En total, las políticas en favor del deporte se beneficiaron en esos mismos presupuestos de una asignación de 889 millones de euros, un alza del 7,3 %.
Iconos para inspirar: el ‘rey Léon’ y otros campeones
La gran causa del deporte contaba con el efecto trampolín de los Juegos y también con la inspiración que despertaría ver a los campeones tricolores triunfando en casa.
Francia firmó sobre todo una primera semana espectacular, con una lluvia de medallas que, apenas pasado el ecuador de los Juegos, había superado ya la actuación de Pekín.
Entre los metales más celebrados llegó el oro del rugby 7 -que sirvió para que la gran figura local del balón ovalado, Antoine Dupont, se sacara la espina del fracaso del XV en el Mundial francés del año pasado- o los dos del judoca más laureado de la historia, Teddy Riner, en la modalidad individual y con el equipo mixto.
Pero si hay una figura que emergió en París con auténtico fervor popular fue el nadador Léon Marchand, un joven de 22 años relativamente desconocido para el gran público (más allá de los amantes del deporte) que con sus cuatro oros y un bronce se ganó el apelativo del ‘rey Léon’.
También hizo vibrar a la anfitriona el podio completamente francés de la prueba de ciclismo BMX racing o el bronce en tenis de mesa de Félix Lebrun, quien con su aspecto de empollón desafió el dominio asiático en ese deporte.
Por equipos también hubo éxitos, aunque las finales se quedaron en plata en los grandes deportes, como en fútbol con la selección a las órdenes de Thierry Henry, en balonmano femenino o en baloncesto femenino y en su homóloga masculina, que confirmó al pivot de 20 años y 2,24 metros de altura Victor Wembanyama como otra de las grandes sensaciones del deporte francés.
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