La guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Gobierno de Colombia reiniciaron este lunes el diálogo de paz en Caracas, donde se reúnen representantes de ambas delegaciones, en presencia de observadores internacionales, para retomar este proceso suspendido desde 2018.
De parte del Ejecutivo colombiano, el equipo negociador está encabezado por Otty Patiño, un exguerrillero cercano al presidente Gustavo Petro, mientras que Israel Ramírez, alias «Pablo Beltrán», lidera la delegación del ELN en este proceso que incluye a Venezuela como país garante.
En una declaración conjunta, las partes acordaron «reanudar con plena voluntad política y ética el proceso de diálogo político», entendido como un reclamo «de los territorios rurales y urbanos que padecen la violencia y la exclusión».
Asimismo, se comprometieron a «construir la paz a partir de una democracia con justicia, con cambios tangibles, urgentes y necesarios» que resulten de la mesa de negociación.
Todo esto, prosigue la declaración que fue leída por una moderadora frente a periodistas, «dando la mayor participación posible y eficaz» a la sociedad, «priorizando a los sectores históricamente marginados y abandonados para un presente y futuro de dignidad, con derechos plenos y democracia auténtica».
Además, el Gobierno y el ELN creen que «la construcción de la paz, como política de Estado, trasciende la temporalidad», por lo que favorecerán «compromisos permanentes y verificables que siembren certeza de una nueva cultura de paz, fundada en cambios reales, que permitan la superación de la violencia política y sus causas».
Las partes agradecieron a Venezuela, que también envió un saludo como país anfitrión, y Noruega y Cuba, naciones igualmente garantes que leyeron otro comunicado en el que ratifican su apoyo al proceso.
De igual forma, aseguraron que asumirán «los valores que hoy en el mundo son básicos e imperiosos», lo que incluye «el respeto de todas las formas de vida y su dignidad».
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