Ciudad Guayana.- Dicen que el tiempo de ocio no es bueno ni malo. Depende del empleo que le des a esas horas fuera de las tareas cotidianas y, en plena cuarentena, escapar de la TV, las redes sociales y la computadora ha sido la opción de muchos en Ciudad Guayana.
Desde el alba, 5.30 am, los ciudadanos caminan por las aceras. En Puerto Ordaz, los espacios más concurridos son Alta Vista y la avenida Loefling hasta el parque La Llovizna.
Sin embargo, en populosas zonas como Unare y el Paseo Caroní se observan a grupos de dos o tres personas haciendo lo propio: oxigenando el cuerpo y la mente.
Mens sana in corpore sano
No en vano, la sátira más famosa del romano Juvenal engloba el efecto del ejercicio físico para la salud mental. Y en tiempo de ocio, nada como ejercitarse.
Es lo que los guayaneses están buscando hoy. Alejarse del bombardeo informativo e incorporarse a nutrir el alma, además de hacer sus deberes en casa o en el trabajo (a media máquina), hasta que el Covid-19 sea historia.
Enrique Guzmán tiene tres días haciendo pesas en La Churuata, donde se reúnen jóvenes y adultos a realizar rutinas físicas, por la mañana y la tarde.
Era sedentario. Del trabajo a la casa, al mercado y viceversa.
“Varios vecinos nos hemos integrado para mejorar nuestra condición de salud, tener momentos de esparcimiento y, sobre todo, mantenernos motivados a la acción”, cuenta luego de hacer un press de banca.
Asegura que cuando acabe la pandemia, cuando entremos a la nueva normalidad, mantendrá su jornada diaria de entrenamiento que, además, le permite desarrollar anticuerpos y activar la inmunidad.
Más acción
La Organización Mundial de la Salud propuso llevar una vida saludable durante la cuarentena, y para ello recomienda realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada o 75 minutos de actividad física intensa.
Y así como las personas se dedicaron al trabajo en línea para generar ingresos, muchos asumieron que era la oportunidad para salir del sedentarismo, aprovechar el tiempo de ocio, y fue cuando se posicionó en las redes sociales la etiqueta #YoMeMuevoEnCasa.
Sin embargo, poco a poco la casa se hizo un espacio monótono, y la gente se fue a la calle, especialmente en los países donde comenzó a flexibilizarse el confinamiento.
“Estar confinados implica generar muchos pensamientos negativos, especialmente por la situación que vivimos”, expresa Melvin quien organiza al grupo de La Churuata.
Muy cerca, en residencias Karuai, otro grupo también levanta pesas, hace abdominales y barras paralelas. Irónicamente tienen al lado un gimnasio que, por razones obvias, permanece cerrado.
“Nos hemos integrado como vecinos para mantenernos saludables. Esto nos mantiene la mente fresca”, añaden casi al unísono, haciendo referencia a tantos problemas en la actualidad.
¿Volver al gimnasio?
Mantener las medidas de bioseguridad es lo más importante en cualquier actividad que decidamos hacer, sea fitness o wellness. Hasta en gimnasios improvisados.
Por lo pronto, lo principal es evitar las aglomeraciones y los deportes de contacto. Correr con el tapabocas, preferiblemente de manera individual y, cuando se ejercitan en grupos, mantener la distancia.
Y como el coronavirus no se contagia a través del sudor, los gimnasios en todo el mundo analizan abrir a 30% de su capacidad y con distanciando a los usuarios 1,5 metros entre sí.
Hasta 2013, en Venezuela había 561 gimnasios o centros de entrenamiento que generaban 34 millones de dólares. Estas cifras, por supuesto, han decaído estrepitosamente.
Mientras tanto, los venezolanos planifican su tiempo entre la familia y su bienestar personal de la mejor manera.
¿Qué hace usted por su salud? No se incluya en el grupo de personas que responden “comer y dormir”, cuando le preguntan a qué se dedica durante la cuarentena.
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