En un acto de esperanza y compromiso cívico, guayaneses como Misael Velásquez y Noemí Fuhrmann están retornando a su país natal para participar en las elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo domingo. Noemí, de 37 años, madre de tres hijos, emigró a Ecuador en 2016 debido a la severa escasez de alimentos y medicinas en Venezuela.
«No quise seguir esperando», compartió Noemí en una entrevista exclusiva con Nueva Prensa Digital. «Tenía un niño pequeño y no conseguía lo más básico. En 2016, tomé la decisión de emigrar a Ecuador». Desde entonces, Noemí ha trabajado en varios restaurantes en Quito, lidiando con los desafíos de adaptarse a una nueva cultura y sociedad. «Al principio fue duro. La gente de Quito es fría y cerrada, y como venezolanos migrantes, enfrentamos muchas dificultades para encontrar trabajo decente y justo», explicó.
A pesar de los obstáculos, Noemí decidió regresar a Puerto Ordaz para votar en las elecciones. «Toda mi familia está aquí en Venezuela. Quiero poner mi granito de arena y ver qué pasa. Mucha gente entiende que ya es tiempo de un cambio», expresó con esperanza. Aunque sus hijos tienen una calidad de vida en Ecuador, Noemí siente la urgencia de participar en la transformación de su país de origen.
Noemí partió de madrugada, desde Ecuador, con sus tres hijos, con destino a Puerto Ordaz, estado Bolívar, a sabiendas de que le tocaría vivir un engorroso viaje de cuatro días, debido a que no pudo obtener los permisos necesarios ante la falta de consulados venezolanos en ese país.
«Viajé por mis propios medios, me vine por carretera, cuatro días de viaje. No pude sacar el permiso de los chicos, ellos no tienen pasaporte vigente, no tengo cómo hacer los trámites, porque allá no hay embajada. Salí de la frontera de madrugada, por el mismo problema de los papeles, mi hija es ecuatoriana y no podía sacarla», comentó.
Derechos limitados
El retorno de Noemí y otros expatriados subraya la importancia de este proceso electoral, aunque enfrenten obstáculos significativos. Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), más de 4 millones de migrantes venezolanos han visto limitado su derecho al voto en estas elecciones. A pesar de que el Registro Electoral (RE) muestra 21.620.705 votantes habilitados, esta cifra no incluye adecuadamente a los migrantes recientes que no pudieron actualizar sus datos de residencia.
Según Elvis Amoroso, presidente del CNE, durante la jornada de inscripción y actualización del Registro Electoral, entre el 18 de marzo y 16 de abril, hubo 604.964 nuevos inscritos y 847.999 cambios de residencia. De esa cifra, solo 508 nuevos electores pudieron inscribirse en el extranjero y 6.020 lograron su cambio de centro de votación.
El Observatorio Electoral Venezolano reportó que organizaciones como Voto Joven, Alerta Venezuela y Espacio Público, han denunciado estas limitaciones. Según sus estimaciones, aproximadamente cerca del 25% de la población electoral venezolana se vio afectada por las barreras en el Registro Electoral. Las trabas burocráticas impuestas por el propio CNE han reducido significativamente el número de venezolanos registrados para votar desde el extranjero en los últimos años, el porcentaje equivale a un poco más de 5 millones de potenciales votantes afectados, según el estudio titulado Barreras al Registro Electoral en el exterior.
Medidas como el cierre de consulados en Ecuador por parte del gobierno de Nicolás Maduro han exacerbado esta situación. Esto ha dejado a 1.339 venezolanos registrados sin posibilidad de votar en las elecciones, mientras que en países como Estados Unidos, con el padrón más grande en el extranjero (37.738 electores), la ausencia de relaciones diplomáticas desde 2019 también ha excluido a muchos votantes.
Cabe mencionar que según datos de la Organización de las Naciones Unidas, cerca de 8 millones de venezolanos han abandonado su país desde el inicio de la crisis, escapando de una economía en declive y una agitación política persistente bajo el gobierno de Nicolás Maduro.
Guayaneses: entre la adaptación y el anhelo de regresar
La historia de Misael Velásquez, de 28 años, es similar a la de Noemí y muchos otros. Ingeniero de profesión, egresado de la Universidad Nacional Experimental de Guayana, emigró en el año 2022 a Colombia, ante la falta de oportunidades laborales que le permitieran establecerse económicamente y mejorar su calidad de vida.
Actualmente, reside en la ciudad de Bogotá y aunque todavía no ejerce su profesión, cuenta con un trabajo «estable» dice, en el área administrativa, que le permite costear sus gastos, ahorrar y ayudar con lo que puede a su familia en Puerto Ordaz.
Misael Velásquez confiesa que todavía le cuesta adaptarse al frío de Bogotá y a los episodios de tristeza y soledad al no contar con su familia en esa ciudad, a pesar de que comparte su vida con su pareja, también de nacionalidad venezolana.
Ahora, Velásquez ya se encuentra en su país y asegura que es para contribuir con el futuro de su nación. En entrevista con Nueva Prensa, reflexionó sobre su motivación de regresar:
«Es mi deber como venezolano participar en este proceso. A pesar de las dificultades que enfrentamos en el extranjero, esta es una oportunidad para hacer una diferencia real en la dirección de nuestro país», afirmó.
Misael viajó solo en una larga travesía hasta llegar a Puerto Ordaz, lo hizo por carretera para reducir gastos. Cuenta que su pareja se quedó en Bogotá, por no contar con los recursos económicos suficientes para viajar juntos. «Como me dieron un permiso en mi trabajo, aproveché la oportunidad para venir».
Su pareja forma parte de ese grupo de venezolanos que no podrá votar en Colombia, debido a lo engorroso de los trámites para actualizar los datos en el Registro Electoral. «Ella trabaja en una tienda de un centro comercial y se le hacía imposible viajar a Cúcuta para la jornada que hubo. Fue muy poco el tiempo que dieron para esa gestión, así que no pudo hacerlo. Por eso también vine, voy a votar por los dos».
Venezolanos en Colombia
De acuerdo con la coordinadora de la campaña del movimiento político Vente Venezuela en Colombia, Mariluz Palma Colmenares, el vecino país cuenta con, aproximadamente, 6 millones de venezolanos, de los cuales 2,8 cuentan con documentos legales, según explicó Colmenares en rueda de prensa reseñada por la agencia EFE.
Poco más de 7 mil venezolanos están inscritos para votar y se espera, al menos, que 4 mil de ellos participen.
Según Palma, «miles están regresando» a todas las ciudades de Venezuela, pero “hay una concentración muy fuerte que es San Antonio, Táchira, Zulia, Barquisimeto, Valencia, Maracay, Barinas”.
Misael Velásquez y Noemí Fuhrmann tienen claro que regresarán a su país de residencia tras cumplir con su derecho al voto, sin embargo, no descartan la idea de retomar su vida en Venezuela si su opción gana la presidencia.
«Yo tengo la expectativa de que si gana la oposición me regreso y ayudo a construir el país, porque será un proceso largo», confiesa Fuhrmann.
El viaje de regreso de ambos ha sido un acto de sacrificio personal y un gesto de esperanza para el futuro. «Espero que esta elección marque un punto de inflexión para Venezuela. Necesitamos líderes que nos unan y nos guíen hacia la recuperación», añadió Velásquez.
Con millones de venezolanos que han dejado su tierra natal en los últimos años, la participación activa de los expatriados en estas elecciones es un testimonio del deseo colectivo de cambio y mejora en Venezuela. El 28 de julio, mientras los votantes se congreguen en los centros electorales, el país y el mundo observarán con atención el resultado de estas elecciones, esperando un futuro más próspero y democrático para todos los venezolanos.
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