Roma, Italia. Han pasado 38 años, nada menos, pero su imagen sigue muy fresca para aquellos que pudieron disfrutar del primer y único Mundial de fútbol en España en 1982. Sandro Pertini celebraba a lo grande el título de Italia en el palco del Santiago Bernabéu. Abajo, en el césped el gran protagonista, todo el torneo, fue Paolo Rossi.
‘Pablito’ o el ‘Bambino de Oro’, un chico normal nacido en Santa Lucía (Prato), el 23 de septiembre de 1956, había conducido a la ‘azzurra’ a la gloria con sus goles.
Era un goleador instintivo. Sabía dónde y cómo situarse, sorprender al defensa. Era una de sus principales características, que explotó, como pocos, en aquel Mundial de España’82, al que su selección, dirigida por Enzo Bearzot, llegó sin partir entre las favoritas y que incluso estuvo a punto de caer en la fase de grupos.
«No era una fuera de serie, ni un portento físico. Era uno del montón», llegó a decir de sí mismo. Y como su amigo Diego Maradona, que también falleció hace unos días, vivió una montaña rusa al verse afectado en el denominado escándalo del ‘Totonero’ por manipulación de árbitros y compra de partidos, por lo que fue castigado cuatro años, aunque tan solo tuvo que cumplir dos.
Llegó a tiempo para estar en el Mundial y su voluntad guio su éxito y el de Italia por los campos de España. Superada la primera fase con más pena que gloria gracias a dos tantos anotados en la misma (obra de Conti y Graziani), Paolo Rossi pasó de villano a héroe y empezó a volar en la segunda fase, en la que su equipo sorprendió en el mítico estadio barcelonés de Sarría a la Argentina de Diego Maradona y a la Brasil de Sócrates, ante la que logró un triplete memorable.
Su olfato goleador era el factor diferencial de aquel bloque que había conseguido formar Bearzot. Lo volvió a demostrar en la semifinal, en el Camp Nou, ante Polonia. 2-0, con doblete de Rossi, y a la final del Bernabéu. Y allí, ante la también todopoderosa Alemania Federal, abrió el camino de la gloria con el primer gol que remacharon Marco Tardelli y Alessandro Altobelli.
Ganó la bota de oro al máximo goleador y el balón de oro al mejor jugador, ‘Pablito’ se ha había convertido en todo un ‘bambino de oro’. Héroe y símbolo de la Nazionale. Hasta del fútbol mundial de aquellos tiempos.
Funeral será este sábado en el Duomo de Vicenza
Roma. El funeral de Paolo Rossi, el héroe de la selección de Italia que ganó el Mundial de España de 1982 fallecido este jueves a los 64 años, se celebrará este sábado en el Duomo de Vicenza, informó el Ayuntamiento de la ciudad norteña.
«Pablito», como era apodado el delantero nacido en Prato (Toscana, centro), tendrá su funeral en Vicenza, una ciudad en la que jugó de 1976 a 1979 y de la que fue nombrado «ciudadano honorario» en 2018.
El horario del funeral no ha sido confirmado oficialmente por el Ayuntamiento aunque Giuseppe Bergomi, compañero de Paolo Rossi en el Mundial de España 1982 ganado por los «azzurri», informó de que ha recibido la cita para acudir a las 10.30 de la mañana italiana (9.30 GMT).
Pese a no contar con un físico potente o con gran técnica, Paolo Rossi destacaba por su inteligencia en el campo, por su capacidad de posicionarse en la manera correcta en el área y sorprender al defensa.
Se convirtió en un símbolo inolvidable del fútbol italiano en 1982, gracias a los seis goles anotados a partir de los cuartos de final del Mundial español, con un triplete a Brasil, un doblete a Polonia y un gol en la final ganada 3-1 a Alemania Oeste.
El mundo del fútbol italiano expresó su profundo pésame por la pérdida de un hombre humilde, simpático y genuino, que tras retirarse abrió una carrera como comentarista televisivo en varias cadenas italianas.
EFE noticias
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