Saitama, Japón. La ilusión de las anfitrionas, la selección japonesa, las ha convertido en la gran sorpresa del torneo femenino de baloncesto de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y serán este domingo (11.30 horas, 2.30 GMT) el último contendiente en la marcha de Estados Unidos hacia su séptimo oro consecutivo.
Hasta el momento no se le conocen brechas al conjunto norteamericano. Su juego interior, dominado por A’ja Wilson (16 puntos y 7,4 rebotes de media), Breanna Stewart (15,2 y 9,2) y Brittney Griner (13,8 y 7,6), ha sido inabordable para todos los rivales con los que se han enfrentado. Tan solo Nigeria y Francia en fragmentos de sus partidos han parecido inquietarlas, en ningún caso con éxito en el resultado final.
A este equipo que quiere honrar a sus dos jugadoras más veteranas, la base Sue Bird (40 años) y la escolta Diana Taurasi (39) con el que sería su quinto oro olímpico, solo le falta una estación para lograr el objetivo, que parece muy factible a tenor de lo visto durante el campeonato.
Pero si hay un conjunto que ha conseguido revertir los pronósticos es Japón. La anfitriona ha sorprendido a propios y extraños con un equipo que no solo sabe anotar desde el perímetro -es el conjunto con mayor porcentaje de acierto en el triple, del 40,5% en todo el campeonato-, sino que se defiende en el juego interior pese a no tener grandes torres en su plantilla.
La escuadra nipona baila al son que toca su base Rui Machida, la máxima asistente del campeonato con 55 pases a sus compañeras, una media de 13,8 por partido. De hecho, en las semifinales contra Francia, la nipona estableció el récord de asistencias en unos Juegos Olímpicos, con 18.
Junto a su base, las japonesas cuentan con varias jugadoras con gran capacidad anotadora como las exteriores Saki Hayashi (13,8 puntos por partido) y Himawari Akaho (10,3 puntos por encuentro) y las interiores Yuki Miyazawa (11,3) y Maki Takada (12).
54 VICTORIAS CONSECUTIVAS EN JUEGOS OLÍMPICOS
Las jugadoras estadounidenses acumulan con los cinco triunfos que han sumado hasta el momento en Tokio 2020 54 victorias consecutivas en partidos de los Juegos Olímpicos, un récord fruto de seis torneos inmaculados desde Atlanta 1996 sin dejar escapar un solo encuentro.
Su última derrota fue en las semifinales de Barcelona 1992, una derrota por 79-73 ante el Equipo Unificado formado por las jugadoras de la recién desintegrada Unión Sovética. Desde entonces, y a partir del 88-74 a Cuba en el duelo por el bronce, nunca han dejado escapar un solo encuentro.
Aunque dejaron escapar los dos primeros torneos olímpicos en los que hubo competición femenina de baloncesto, en Montreal 1976 al caer contra Japón (84-71) y la Unión Soviética (112-77) en un torneo jugado en formato de liga todos contra todos, y en Moscú 1980 por el boicot del país a aquellos Juegos por la Guerra Fría, desde Los Ángeles 1984 han ganado ocho de las nueve competiciones posteriores: ocho oros y el bronce de Barcelona.
De hecho, el balance global del equipo estadounidense de baloncesto femenino es de 66 victorias en 69 partidos y solo tres derrotas ya mencionadas, las dos de Montreal 1976 y la de las semifinales de Barcelona.
Ganar en Tokio 2020 sería, además de un homenaje a Bird, que ya ha anunciado que no competirá en más Juegos Olímpicos, una nueva distinción para la superioridad estadounidense, aún más patente en el torneo femenino que en el masculino, donde sus compañeros cayeron ante Francia, el mismo rival al que derrotaron este sábado en la final. Ellas quieren seguir el mismo camino, pero la sorprendente Japón aspira a dar su último bombazo.
EFE noticias
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