El Ejército y el Gabinete de Seguridad israelíes mantuvieron anoche una reunión como parte de un ejercicio militar que simula un conflicto en que su país es atacado a la vez desde múltiples frentes, incluido Irán, un nuevo escenario de guerra para el que Israel se prepara desde hace tiempo.
«Estamos dispuestos a actuar contra el programa nuclear iraní, contra los ataques con misiles contra el Estado de Israel y contra la posibilidad de que los frentes se vinculen», declaró el primer ministro, Benjamín Netanyahu.
Este participó anoche en un encuentro del Gabinete de Seguridad en la sede del Ejército en Tel Aviv que fue parte del amplio ejercicio militar conjunto, llamado «Mano Firme».
Este se trata de un simulacro a gran escala que tiene dos semanas de duración, en el que se realizarán ataques simulados y en el que también participan tanto las fuerzas aéreas como la marina israelí.
Según Netanyahu, Israel debe adelantarse a la situación de seguridad actual, lo que implica valorar «con anticipación» las decisiones que deberían tomar Gobierno y Gabinete de Seguridad junto al aparato de Defensa ante un conflicto con frentes abiertos en varios países y lugares como Líbano, Siria o la Franja de Gaza.
A inicios de abril, con pocos días de diferencia, se lanzaron cohetes a Israel por parte de milicias palestinas desde Gaza y Líbano y posiblemente de grupos armados proiraníes desde Siria, donde apoyan al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad.
Esto acentuó la percepción desde el aparato de seguridad israelí sobre la necesidad de prepararse ante posible conflicto multifrente.
«La realidad de nuestra región está cambiando rápidamente» y «adaptamos nuestra doctrina de combate y nuestra posibilidades de acción de acuerdo con estos cambios», declaró el primer ministro.
El ejercicio militar israelí se centra especialmente en el área norte, que limita con Siria y Líbano.
Ahí, más allá de milicias palestinas -responsables de lanzar 34 proyectiles a Israel desde suelo libanés en un solo día en abril-, actúan la milicia chií libanesa Hizbulá -con gran control en el sur de Líbano- y grupos armados variados en Siria aliados de Irán, el principal enemigo de Israel en la región.
En 2006, el Estado judío libró una guerra de varias semanas contra Hizbulá, estrecho socio de Teherán que ha reforzado sus capacidades militares los últimos años, lo que incluye cohetes de largo alcance que podrían llegar hasta puntos alejados del interior de Israel en un posible conflicto bélico, otra cuestión que preocupa al Estado judío.
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