Prensa Vicepresidencia
El vicepresidente Sectorial de Comunicación, Cultura y Turismo, Jorge Rodríguez, ofreció declaraciones desde el Salón Simón Bolívar en el Palacio de Miraflores, para dar detalles de los actos de corrupción liderados por el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, tras la supuesta entrega de ayuda humanitaria a migrantes venezolanos.
“Voluntad Popular se está comportando como Acción Democrática, porque roban solos, y este es el motivo de la gran división dentro de la oposición. Queda claro que la intención no era llevar ayuda humanitaria, la verdadera intención era violentar la frontera para arremeter en contra del Gobierno Constitucional de Venezuela”, aseveró.
Asimismo, Rodríguez destacó que los principales intereses de la derecha y del diputado es apoderarse de los recursos del país para así arremeter contra el Gobierno Bolivariano.
“Se apropian de los recursos del pueblo venezolano, crean ONGs falsas y se pasan a cuentas personales el dinero para comprar las medicinas del pueblo y pagar las operaciones que necesitan niños venezolanos. Guaidó no tiene interés de hacerse el poder político en Venezuela, lo tienen los gringos o Leopoldo López, su interés es apropiarse del dinero de los venezolanos como lo hemos venido denunciando desde el pasado 23 de marzo”, dijo.
Por otro lado, el Vicepresidente Sectorial manifestó que fueron encontrados mensajes en el dispositivo móvil del asistente de Guaidó, Roberto Marrero, quién sostuvo vinculación en el entramado junto a una fémina identificada como “Rossana de Cúcuta”, en el manejo del dinero destinado a brindar atención a los militares venezolanos que desertaron el pasado 23 de febrero con destino a Colombia.
“Mensajes sacados del teléfono del señor Marrero demuestran la relación de entre el señor Guiadó y Rossana de Cúcuta, quienes hacen la malversación de fondos para la manutención de los supuestos militares venezolanos desertores”, apuntó.
Por otro lado, el también Ministro del Poder Popular para la Comunicación e Información aseguró que la inteligencia venezolana determinó que con los recursos robados a los venezolanos, al gobierno de Colombia y a otras administraciones, se estaba financiando la llegada de sicarios de Guatemala y El Salvador, para perpetrar ataques en el país.
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