Ciudad Guayana.- Corales, orquestas y cualquier otro grupo dedicado a expandir la cultura en Ciudad Guayana, han sufrido la falta de apoyo por parte de los entes gubernamentales para poder seguir desarrollando los talentos artísticos que le han dedicado a Venezuela.
Uno de los casos más recientes, fue cuando Hidrobolívar entregó 16 panelas de papelón a la Coral Infantil Integrada de Guayana, supuestamente para el apoyo de la cultura y el futuro artístico de Venezuela.
La donación fue publicada por la misma compañía, a través de Twitter, donde expresaban que «Seguimos trabajando para edificar país, siempre bajo la gestión del gobernador incansable Justo Noguera».
La acción solo generó indignación y rechazo entre los ciudadanos, quienes señalaban el hecho como un trato humillante para la cultura del estado Bolívar.
La directora del grupo coral de mujeres, Irma Conchita Iorio, quien ha mantenido, junto a sus integrantes, uno de los grupos artísticos más transcendentales del municipio Caroní, explicó para Soy Nueva Prensa, todo lo que deben hacer las personas que quieren mantener la cultura en el estado, a pesar de la falta de recursos y sin una ayuda real por parte del Gobierno.
En el 2007, el grupo fue nombrado oficialmente como Patrimonio Cultural Venezolano del municipio Caroní, sin embargo, no sabía exactamente el por qué le dieron ese título, si ya no recibían apoyo de parte del Estado para sustentar sus actividades.
A partir del 2014, la agrupación femenina forma parte del Sistema Nacional de Culturas Populares del Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Al principio recibían ayudas económicas para sustentar las actividades, pero desde hace años deben mantenerlas por sí mismas.
“El Gobierno no se ha ocupado nunca más de una agrupación coral que sigue trabajando, a pesar de la pandemia y que sigue atendiendo las necesidades espirituales y musicales de un grupo de mujeres amantes del arte y del canto, quienes siguen a pesar de todas las dificultades, como la falta de transporte o gasolina”, dijo Iorio.
Añadió que la coral se mantenía realizando actividades por “voluntad propia” y las “ganas de seguir existiendo”.
La forma de hacerlo, es que entre las mismas integrantes se apoyan para poder movilizarse hacia los lugares de ensayo, aunque eso significa gastar gasolina, lo que es sinónimo de estar en una cola por los próximos días para volver a abastecerse.
“Cuando consiguen gasolina, le dan la cola a las otras. Hemos hechos rifas, hemos pedido a los poquitos patrocinantes que tenemos, que todavía creen en la cultura, apoyo económico para poder sustentar nuestras actividades”, señaló.
Iorio agregó que tuvieron que emigrar a las ensayos virtuales, no solo por las medidas de bioseguridad, sino para evitar los constantes traslados y minimizar los gastos de gasolina. No obstante, el deficiente servicio de internet, también dificulta y obstaculiza dicha meta.
“No entiendo porque el Gobierno no se preocupa por mantener la cultura en el estado Bolívar, ni por los grupos musicales ni orquestas. Caticum Merú es un coro que ganó una medalla de oro en Japón en el 2001. Éramos el único grupo femenino latinoamericano que participó en ese concurso y ganamos la medalla de oro”.
Iorio ya había intentado esfuerzos e intentos anteriormente para pedirle colaboraciones al Gobierno y con el Ministro de la Cultura, sobre todo cuando se movilizaron hacia Argentina por su invitación al Festival Internacional de Coros Femeninos, (Ficfe), en el 2019.
El coro solicitó un comunicado formal sobre la representación de Canticum Merú en el festival para que al momento de atravesar la frontera por Brasil, no hubiera problemas por si las llegaban a obstaculizar, pero todas las solicitudes fueron ignoradas.
“Nosotras nos encargamos de nuestro pasaje, de todo el viaje, solo pedimos un comunicado, pero ni eso nos dieron”.
“El Gobierno debe responsabilizarse por el sector cultural, no solo en el estado Bolívar, sino en toda Venezuela, de esa forma, todos los que hacemos vida artística en este país, nos sentiremos motivados para continuar y saber que nuestro esfuerzo vale la pena y es respaldado. Nosotras hemos continuado por amor a nuestro trabajo, pero no todos los grupos o corales pueden hacerlo por su cuenta”, sentenció.
Ruth Meyerowitz
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