Ciudad Guayana.-La primera fecha de José Néstor Pékerman al frente de la selección nacional quedó saldada con una victoria y una derrota. La euforia del 4-1 contra Bolivia se empato con la decepción el 4-1 frente Uruguay en Montevideo.
La Vinotinto dio comienzo a una nueva etapa llena de ilusión con un nuevo timonel al mando. Con respecto a lo mostrado anteriormente durante el interinato de Leo González, tácticamente, no hubo muchos cambios, más el nivel de intensidad en el primer partido ante la selección dirigida por César Farías muestra la intensión ofensiva que busca el entrenador argentino.
La cara mostrada en el segundo encuentro, donde estuvo el que también afrontaba su primera doble fecha como nuevo seleccionador, Diego Alonso, fue radicalmente diferente. “Don José” salió con el mismo once que enamoro en “La Carolina”, con el objetivo de mostrar ese descaro y muestra colectiva fruto de haber saboreado las mieles de la victoria de forma prematura.
Más toda esa emoción inicial fue lapidada al segundo 46 con la volea de Betancourt.
Esta primera jornada dejo muchos puntos, tanto positivos como negativos, pero dejo la misma sensación de Venezuela como esa cenicienta que deslumbra a todos hasta que el reloj marca las 12.
La Vinotinto vs Bolivia
El partido que todo queremos se jugó en el Agustín Tovar “La Carolina” de Barinas, el esperado debut se desarrolló con un lleno total de aficionados que querían ver si era verdad que ahora Pékerman se encontraba en nuestra vereda y que no era un sueño.
El primer once de la renovada Vinotinto contó con una combinación de talento y futbol ofensivo ordenado en un 4-2-3-1 encabezado por una línea de jugones, como Darwin Machis, Rómulo Otero y Yeferson Soteldo con un Salomón Rondón escudado por Tomás Rincón y el “Brujo” Martínez, más la sorpresa de la defensa con Chancellor acompañando a Ferraresi, Ronald Hernández y Oscar González.
Lo más destacado en este primer vistazo de lo logrado por el estratega de 72 años fue la participación constante y punzante de los laterales durante todo el partido, tanto fue la influencia de la pareja González-Hernández que cada uno tuvo participación directa en los dos primeros goles.
La asimetría también formo parte del planteamiento, con un Soteldo que usaba los desdobles por fuera de Oscar, mientras que por la otra banda Machis fijaba por fuera y el carril interior era atacado por Ronald.
La sala de máquinas conformada por Tomás Rincón y José Martínez, que mostro un equilibrio que permitió a los de arriba jugar a placer.
El “Comandante” con una faceta más de conductor y encargado del primer pase, mientras que el “Brujo” era el mediocentro más posicional y encargado de cuidar la retaguardia.
La defensa estuvo firme y contundente, con un Nahuel Ferraresi que se posiciona como el mejor defensa Vinotinto en la actualidad y un Chancellor que entro por encima de Yordan Osorio para evitar que Marcelo Martins no dominara el área, objetivo que el espigado central guayanés logro con creces.
Rómulo Otero y Salomón Rondón fueron los puntos destacados del partido, el primero haciendo la labor de conexión y catalizador de las jugadas, sabiendo cuando acelerar o ralentizar el juego, una faceta que no veíamos del “Escorpión” desde su tutela bajo Noel San Vicente.
Mientras, el “Gladiador”, goleador histórico de la Vinotinto, demostró porque debe ser convocado, aunque su presente en el Everton no sea el mejor, 3 goles a la cuenta y un partido donde se impuso categóricamente a la defensa de 5 propuesta por los verdes.
Uruguay vs Venezuela
El festejo de lo logrado contra Bolivia duro solo 46 segundos, cuando Facundo Pellestri dio una pincelada de lo que sería el resto del partido desbordando a un Oscar González que paso de ser estrella a estrellarse.
Podemos debatir en si era correcto o no repetir el mismo equipo de Bolivia contra Uruguay, pero la realidad fue que los charrúas no salieron a especular y propusieron un juego de alta intensidad y ritmo que supero en todo sentido a los visitantes.
Empezando por la línea defensiva que había funcionado tan bien contra un tanque como Marcelo Moreno Martins. Suarez y Cavani hicieron lucir las falencias de Chancellor, obligándolo a salir constantemente del área y a girarse para seguir los constantes desmarques.
Ferraresi se vio superado al tener que hace cobertura a su pareja y apoyar el desangre que sufría Oscar González.
Lo ocurrido en la banda izquierda pudiera tener su propio artículo, con Ronald Araujo de lateral y Pellestri de extremo, el del Manchester United que se encuentra cedido en el Alavés, nos despertó de la ilusión con una exhibición de antología, tanto atacando la zona entre central-lateral como llegando a línea de fondo para centrar.
Pudiéramos señalar lo poco que ganaron en el medio tanto Rincón como Martínez y la nula incidencia entre líneas de Otero, pero sin duda el problema estuvo por la banda izquierda.
El tándem Soteldo-González fue capital para que Uruguay venciera en Montevideo.
Ninguno de los dos extremos logró ganar duelos claves y Rondón fue anulado por una pareja Godín-Giménez que mostro su vigencia como una de las mejores parejas del continente.
La Vinotinto en mira al 2026
La Vinotinto siempre ha sido una montaña rusa, en tiempos recientes, una imagen realista del Mito de Sísifo. Subimos la piedra hasta la cima de la colina para ver como vuelve a rodar al fondo en una especie de tortura eterna.
Esto no quiere decir que Pékerman vaya a fallar, de hecho, si había que tener este “golpe de realidad” mejor que sea en una eliminatoria donde no peleas un puesto para Qatar, pero donde si te juegas los últimos chispazos de la que, hasta el momento, es la mejor generación que vio nuestro país.
Dentro de lo positivo vemos la consolidación de un grupo de jugadores que hace unos años nos hacía levantarnos a las 4 de la mañana para hacer historia en un mundial sub 20. Ahora, todos esos talentos tendrán una plataforma y unos cimientos en los que crecer, si confiamos en Pékerman y su cuerpo técnico.
La aparición de jóvenes de la liga local que demuestra la capacidad de la Liga Futve para desarrollar talento capaz de debutar con la máxima camiseta de nuestro futbol.
Y lo más importante, un proyecto que no nace de la improvisación y la inercia, sino de la planificación, el trabajo consecuente y la estrategia; este mero detalle es el que nos hace soñar, ya no hacer magia esporádica, sino una función completa.
Porque Venezuela es la tierra de las oportunidades perdidas y ya llego el momento de aprovechar algunas.
Víctor Solórzano
Pasante
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