Haely se consagró en la etapa entre Terni y Fossombrone, de 207 kilómetros con un desnivel de 2.500 metros. El irlandés de EF se agrandó ante los gallos en la etapa en la que se esperaba una actuación relevante de los mismos, teniendo en cuenta que en la séptima decidieron aguardar en el pelotón, y firmó su primera victoria en una de las grandes vueltas.
Ya en los últimos kilómetros se supo que, por segundo día consecutivo, no iba a ser una etapa que se decidiera en el final. Era cuestión de tiempo que alguno de la fuga se escapase o que se disputara entre ellos viendo la inactividad general por detrás.
A 68 kilómetros para la meta, el grupo fugado lo formaban trece ciclistas, entre los que se encontraban Haley y el español Carlos Verona (Movistar), a una distancia más que considerable de un pelotón que volvió a desistir, pedaleando a más de cinco minutos.
Pero pocos kilómetros después, en la conocida como la subida de Cappuccini, emergió potente un Healy con ganas de pelea, que con más de 50km por delante se vio con fuerzas para ir aumentando la distancia en la primera bajada, colocándose a un minuto del primer grupo perseguidor.
El irlandés de 22 años no tuvo rival y pudo aguantar su propio ritmo para alzar los brazos en solitario. El podio lo completaron el canadiense Gee Derek y el italiano Filippo Zana.
La pelea interesante que siempre promete el Giro llegó un poco por detrás. Y es que falta de cinco kilómetros, Roglic atacó viendo que Evenepoel no iba sobrado de fuerzas. Con una buena escalada, el esloveno recortó quince segundos en la pelea por la general, aunque el noruego Andreas Leknessund logró colocarse en la rueda de Roglic y mantuvo el liderato.
Este domingo, la crono de 35km entre Savignano sul Rubicone y Cesena, en la región de la Emilia-Romaña, se antoja clave y podría deparar cambios en la general.
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