Una comunidad anclada en antiguo muelle de la chalana en Puerto Ordaz. Foto: Níger Martínez

Residentes de Los Oleandros, han demostrado un notable sentido de pertenencia y resiliencia a pesar de enfrentar un pasado lleno de vicisitudes.

Esta comunidad sabe adaptarse y encontrar esperanzas en medio de las adversidades que han marcado su historia.

Los problemas diversos en el sector no opacan a los vecinos para reorganizarse y mejorar su entorno, no niegan de algunas mejoras realizadas por el ayuntamiento en la comunidad.

Tampoco ocultan el mal trabajo de ingeniería de la construcción de un colector de aguas de lluvias en la calle San José, según, no cubrió sus expectativas, cuando llueve varias casas se inundan.

Empotraron un tubo de seis pulgadas e hicieron dos sumideros para recoger el agua, sin embargo, no soportan el caudal del agua de los aguaceros, las mismas se rebosan e ingresan a las viviendas.

Las fallas constantes del servicio eléctrico no desaparecen, reciente estuvieron cinco días sin luz en el barrio, los apagones causan pérdidas a los emprendedores que se mantienen con las ventas de tetas, refrescos, jugos y otros productos fríos en sus casas.

Una tanquilla que colapsa con el caudal de aguas de lluvias e inundan las viviendas

Mujer con resiliencia

Yolaiza Farfán, tiene una bodega, hija de padres fundadores de la comunidad, trabajó más de un año en Corpoelec, educadora pero se auto jubiló por el poco salario que devengaba a través del Ministerio de Educación.

Cuenta que son cuatro calles que tiene la comunidad, luego de ser el muelle de la chalana y posteriormente muchos centros nocturnos y algunos hoteles que alojaban a las cortesanas.

Menciona que aún viven personas que recuerdan cuando las aguas del río Caroní llegaban a la avenida Castillito, “este sector es uno de los que se fundó con la llegada de la chalana, también se establecieron algunos burdeles y con el tiempo desaparecieron”.

Según, aún quedan algunas personas que laboraron en los referidos sitios de libertinajes pero alejadas de este tipo de trabajo.

Las labores que realizaba en Corpoelec, era entregar el recibo del consumo de luz a la gente, iba casa por casa dejando la factura, ya el suscriptor sabía cuánto y cuando debía cancelar a la empresa.

Cuenta que diario visitaba más de 200 viviendas y laboró 1 año y 6 meses.

Actualmente, tiene una bodega en su casa, los cortes constantes del servicio eléctrico, la obligó a abandonar la venta de helados cremosos, “después que se descongelan dejan de ser cremosos y pierden el gusto, la gente deja de comprarlo”.

Afirma que los vecinos de esta comunidad son muy unidos, “al momento de hacer operativos de limpiezas, u otras actividad en el sector que sea en beneficio de todos, nos  organizamos y entre todos hacemos el trabajo”.

Yolaiza Farfán, una mujer con gallardía y temple para enfrentar los peores momentos

Crecimiento urbano

Los Oleandros, creció a la par de Puerto Ordaz como parte del desarrollo de la ciudad, tiene cuadro calle: Los Cortijos, calle 3, calle San José y calle Los Oleandros.

En la mencionada comunidad se encuentra la capilla San José, perteneciente a la Parroquia Nuestra Señora del Valle, cuyas fiesta patronales se celebran en marzo, es posible que el nombre de Los Oleandros, se deba a plantas de flores vistosas que posiblemente se conseguían en esta zona.

 

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