Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y Chile, Gabriel Boric, relegaron este lunes la crisis desatada tras las elecciones en Venezuela y centraron su comparecencia pública en Santiago en temas relacionados con la agenda bilateral.
Lula da Silva, considerado un actor clave en la resolución de la crisis por su influencia regional y su antigua cercanía con el chavismo, se limitó a recordar que Brasil, junto a México y Colombia, se comprometieron a buscar una salida negociada a un conflicto que mantiene en vilo a la región.
«El respeto por la soberanía popular es lo que nos mueve para defender la transparencia. El compromiso con la paz es el que nos lleva a promover el diálogo y el entendimiento entre Gobierno y oposición», indicó el gobernante brasileño desde el palacio de La Moneda, sede del Gobierno chileno.
Se trata de la primera declaración pública de Lula da Silva desde que el pasado 1 de agosto los Gobiernos de Brasil, México y Colombia pidieron publicar de forma «expedita» los datos «desglosados por mesa de votación» de las elecciones del 28 de julio e hicieron un llamado a «mantener la paz social y proteger las vidas humanas».
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela le atribuyó la victoria al actual presidente, Nicolás Maduro (51,95 %), frente al exdiplomático opositor Edmundo González Urrutia (43,18 %), pero más de una semana después aún no ha publicado las actas que prueban el triunfo.
La oposición y parte de la comunidad internacional sospechan que el Gobierno chavista cometió un fraude y ya hay países como Estados Unidos, Argentina, Uruguay o Perú que han reconocido a González Urrutia como ganador.
Boric, que fue el primer líder internacional en exigir transparencia y que insiste en que no validará ningún resultado que no esté verificado por «organismos internacionales independientes», evitó referirse a la crisis venezolana durante su declaración pública e indicó que hará una declaración «mañana (martes) en la tarde».
Chile es uno de los siete países latinoamericanos que tuvieron que retirar sus misiones diplomáticas de Venezuela tras la orden de Maduro en rechazo a sus «injerencistas» declaraciones sobre las presidenciales.
19 acuerdos bilaterales
Esta es la primera visita de Lula da Silva a Chile desde que retornó al poder en enero de 2023, tras el mandato del ultraderechista Jair Bolsonaro, un periodo en el que, aseguró, Brasil «sufrió un retroceso muy grande».
«Brasil salió de un apagón diplomático en el que estaba desde el 2018 hasta el 2022. Brasil no tenía relaciones con nadie y Brasil buscaba incluso ofender a otros países aliados», apuntó el gobernante brasileño, quien ensalzó la buena relación que mantiene con Boric y le extendió una invitación a participar en la cumbre del G20, que se celebrará en noviembre en Brasil.
Ambos líderes progresistas firmaron 19 acuerdos bilaterales, entre ellos un tratado de extradición, y se comprometieron a impulsar proyectos de integración «reales», como -dijo Boric- el Corredor Bioceánico Vial, que busca unir por vía terrestre el sur de Brasil con puertos del norte de Chile, pasando por Paraguay y Argentina.
«Nos propusimos inaugurar el corredor durante nuestros mandatos», subrayó el exlíder estudiantil, quien dio las gracias a Lula da Silva por «construir una izquierda y un progresismo que sea democrático y que siempre, a todo evento, respete y haga respetar los derechos humanos»
«Brasil puede ser la puerta de entrada de Chile para África y Chile la puerta de entrada para Asia», agregó por su parte el brasileño, quien clausurará un foro comercial la tarde de este lunes con empresarios de ambos países.
En 2023, Brasil fue el primer socio comercial de Chile en la región y el tercero a nivel mundial, mientras que el intercambio comercial entre ambos países llegó a los 12.250 millones de dólares (unos 11.177 millones de euros), superior al comercio de Brasil con Francia o Italia.
Lula da Silva, que estuvo acompañado por 13 de sus ministros, concluirá su visita oficial a Chile el martes con reuniones con la alcaldesa de Santiago, la comunista Irací Hassler, y el expresidente socialista Ricardo Lagos (2000-2006), además de una visita a las obras del futuro Centro Nacional Espacial que la Fuerza Aérea de Chile (FACh) está construyendo en la periferia de la capital.
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