Madrid.- 14 años después de «Guerra Mundial Z» el escritor estadounidense Max Brooks regresa con la intención de «formar y educar a través del entretenimiento» con la novela «Involución», una historia de terror ecológico y sociológico donde vuelve a criticar la «incapacidad de adaptación» del ser humano.
Y lo hace porque, según ha contado en una rueda de prensa virtual desde su casa en California, él es un experto en la necesidad de adaptarse, ya que de niño sufrió dislexia, y de no ser por la ayuda de madre, la actriz Anne Bancroft, y la enseñanzas que encontró en las obras de su «maestro» el escritor Tom Clancy, no sería el escritor que es «hoy».
Un autor de pocos títulos, pero todos ellos superventas como «Guerra Mundial Z» o «Zombie: Guía de Supervivencia», que en esta nueva obra (a la venta mañana en España de la mano de Reservoir Books) ha fabulado una historia que podría ser real: la que ocurrió en localidad Greenloop, una exclusiva comunidad ecológica, hasta la inesperada erupción del Mount Rainier.
Un lugar ubicado en los bosques del estado de Washington, a poca distancia de Seattle, en la que sus habitantes viven ajenos a los problemas del mundo gracias a unos avances tecnológicos que están en comunión con la naturaleza.
Pero sucede que tras la erupción de este volcán real, se encuentran el diario de una de sus habitantes, Kate Holland, donde va describiendo cómo en Greenloop se vivió una matanza llevada a cabo por los «Bigfoot», esa especie de monos gigantes.
«Escribo para formar y educar para a través del entretenimiento (…) y lo que hace el terror es darte una protección psicológica para que la mente humana pueda explorar una crisis real, y si esa ficción la haces con zombis o ‘bigfoot’ y una situación que no sea actual le das a la mente un espacio para respirar. Y eso permite que entre la parte comunicativa», afirma el autor (Nueva York, 1972).
Así, usando «enemigos de ficción» como los protagonistas de sus pesadillas infantiles, Brooks se mete de lleno en una crítica a la «dependencia de la tecnología» y a lo que «supone cuidar de nosotros».
Pero en «Involución», resalta, va más allá porque se mete de lleno en una reflexión muy actual: «qué sucede cuando la gente de la ciudad intenta salvar la naturaleza sin entender el mundo natural para nada».
Y por eso en su obra cita a Rousseau, «porque era un imbécil», porque «era un tío de la ciudad que quería salvar la naturaleza». Justo lo mismo que hacen los habitantes de Greenloop cuando se enfrentan a los «Bigfoot».
«He leído mucho sobre supervivencia de individuos y de países, de especies, y en este libro se trata de la supervivencia de una comunidad. En todos mis libros siempre hay un tema central, la cooperación, trabajar juntos (…) en las grandes crisis lo que se requiere es luchar contra la crisis todos unidos, en este planeta si hay una catástrofe medioambiental tenemos que luchar todos o no venceremos, a no ser que escapemos de este planeta», explica.
Así que, reconoce, no está «obsesionado» con el fin del mundo, sino «con el fin del antiguo mundo, con el cambio».
«1914 ya fue el fin del mundo tal y como lo conocíamos en ese punto, el cambio no significa el final, pero podría serlo si no cambiamos nosotros. Yo escribo sobre adaptación, mis personajes viven sus vidas y de repente algo se mete en su camino y tiene que adaptarse, y a mi eso siempre me ha fascinado», agrega Brooks.
En este sentido, añade, en su «pequeña y corta vida de 48 años» ya ha visto cambios y «qué pasa cuando no se cambia»: «vi el final de la Guerra Fría, y si hablamos de coronavirus la vida como la conocíamos se ha acabado, es como en 1914, seguro que vamos a superar esta crisis, no es una apocalipsis, pero el mundo que creemos después del coronavirus será distinto».
«Y lo que intento hacer con mis libros incide es hablar sobre lo que supone adaptarse, y por eso escribo ficción porque si vas dando lecciones a la gente o bien los adormeces, o los insultas. Pero si cuentas una gran historia y le añades hechos y verdad, datos reales, entonces creas un buen entretenimiento con sustancia», asevera.
Según asegura, en «Involución» el lector se enfrentará a una «violencia muy gráfica», pero «no gratuita» porque no se trata de un escritor que use la violencia para entretener, sino porque realmente, como sucede en este libro, «los primates matan y cazan».
«No he puesto nada en el libro que no haya visto con mis propios ojos. Lo que explico es lo que pueden hacer los primates. La naturaleza puede ser muy brutal, puede ser amable y pacífica. Y esos mismos animales que pueden desplegar esa ternura también son capaces de una violencia terrible y eso era necesario mostrarlo», afirma Brooks que antes de ponerse a escribir se convierte en «estudiante» de la materia que va a abordar.
Docente del Modern War Institute de West Point, Brooks ha confesado también que ha trabajado con funcionarios del gobierno americano para «pensar en armas con gérmenes», por eso reconoce que «ahora hay gente que dice que este virus (en referencia al coronavirus) es poder».
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