Audrey Matamoros (médico cirujano ginecoobstetra) aparece junto a Eneida Borrero (oncóloga clínica), ubicada a la izquierda. A su lado, el psicólogo Hernán Bogarín (licenciado en psicología) comparte escena con Milagros Gutiérrez (también oncóloga clínica). Autor: André Ríos.
Expertos en ginecología y oncología se reunieron el sábado pasado en la sala de conferencias de la Fundación BADAN, en la Torre Bell, Puerto Ordaz, estado Bolívar, para brindar un panorama del Virus del Papiloma Humano (VPH) en el contexto socioeconómico actual de Venezuela.
 
El encuentro académico, titulado «Enfoque global VPH: Virus de Papiloma Humano», fue organizado por la doctora Eneida Borrero, oncóloga clínica, quien ofreció una visión integral del VPH. Lo definió como una infección que no discrimina género, pero que, curiosamente, se manifiesta más en pacientes femeninas; por otro lado, destacó que cualquier individuo con un sistema inmunológico débil puede contraer esta enfermedad de transmisión sexual (ETS).
 
Asimismo, señaló la importancia de la vacunación preventiva de la población contra el virus, que debe ser masiva y gratuita, según Audrey Matamoros, médico cirujano ginecoobstetra egresada de la Universidad Central de Venezuela.
 
De acuerdo con lo expuesto por Matamoros en la jornada científica, a diferencia de Venezuela, países cercanos como Colombia o Perú tienen más del 90 % de su población vacunada con Gardasil, herramienta clave para la defensa inmunológica frente al virus.
 
Una enfermedad de alto riesgo
 
Algo que quizás muchos lectores desconozcan es que algunas cepas del «virus base», como el VPH 16 y VPH 18, pueden alterar el funcionamiento de las células que han contagiado al grado de desarrollar tumores malignos. Por eso, la oncóloga clínica Milagros Gutiérrez, junto al cirujano oncólogo mastólogo Orlando Dania, se presentaron en el lugar para exponer los altos riesgos que puede implicar la enfermedad.
 
Los pacientes experimentan una serie de cambios, incluidos psicológicos, que deben ser manejados adecuadamente, ya que la mayoría se juzga al grado de aislarse socialmente.
 
Según el último exponente en la jornada científica, el licenciado en psicología Hernán Bogarín, la terapia cognitivo-conductual permitiría al individuo cambiar la perspectiva negativa de su realidad por una menos catastrófica y más funcional.
 
Cada intervención se articuló con precisión, ofreciendo a los asistentes una visión integral de una enfermedad que, pese a su impacto, aún no recibe la atención necesaria para avanzar hacia su erradicación en Venezuela.

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