Jerusalén.- Los ministros de Exteriores de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Baréin, Marruecos y Egipto cerraron hoy la Cumbre del Néguev en Israel con mensajes en favor de la paz regional, mostrándose unidos ante la amenaza iraní y enfatizando la necesidad de resolver el conflicto palestino-israelí.
«Lo que tratamos de lograr aquí hoy es cambiar la narrativa, crear un futuro diferente y construir una vida mejor para todos», declaró el ministro de Exteriores emiratí, Abdalá bin Zayed al Nahyan, cuyo país fue el primero en acordar la normalización con Israel bajo los Acuerdos de Abraham en 2020, al que siguieron Baréin y Marruecos.
Al Nahyan apeló a «ponerse al día» y «construir una relación más fuerte» con Israel, tras décadas en que este país «ha sido parte de esta región», pero sin mantener casi contacto con el mundo árabe.
Sus declaraciones se produjeron en la rueda de prensa conjunta entre los seis ministros en la localidad israelí de Sde Boker, que cerró la histórica cumbre realizada por iniciativa de Israel, quién resaltó la voluntad de crear un frente común junto a sus socios regionales contra Irán.
El titular de Exteriores bareiní, Abdulatif bin Rashid, emitió también un mensaje de concordia y aseguró que la reunión era «una buena oportunidad para construir sobre los históricos Acuerdos de Abraham» y «aumentar la cooperación» ante el desarrollo nuclear de Irán y los ataques contra Arabia Saudí de los hutíes yemeníes, respaldados por Teherán.
«Le demostraremos a la región lo que podemos conseguir trabajando juntos», ya que «juntos podemos superar desafíos regionales», dijo Bin Rashid, que también hizo mención a la importancia de resolver el conflicto palestino-israelí en base a la solución de dos Estados.
Su homólogo marroquí, Naser Burita, hizo declaraciones en una línea parecida: «Estamos aquí porque creemos de forma genuina, sincera y profunda en la paz».
Asimismo, añadió que Rabat pretende «crear y fortalecer una dinámica positiva y una narrativa diferente sobre las relaciones» entre Israel y Marruecos, e hizo hincapié en los orígenes de muchos israelíes en la vieja comunidad judía marroquí.
A su vez, remarcó que su Gobierno puede actuar como «fuerza de paz» y contribuir a «una solución para el conflicto palestino-israelí», apelando también a la clásica vía de los dos Estados.
Por otra parte, el titular de exteriores egipcio, Sameh Sukri, cuyo país mantiene desde hace décadas una cierta posición de mediador entre israelíes y palestinos, hizo énfasis «en que los dos países deberían vivir juntos en paz».
Además, destacó que este sábado se cumplió el 43 aniversario de la firma de los acuerdos de paz entre Israel y Egipto de 1979, y precisó que al igual que aquella ocasión favoreció la paz regional, la Cumbre del Néguev supone una oportunidad para fortalecer relaciones entre distintos países de la región.
Antony Blinken, secretario de Estado de EE.UU., también remarcó la necesidad de resolver el conflicto palestino-israelí y alertó que la cercanía de Israel con los países árabes firmantes de los Acuerdos de Abraham «no son un sustituto del progreso» que debería haber en el proceso de paz entre Israel y palestinos, suspendido desde 2014.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP), que no formó parte de la cumbre y que ha rechazado la normalización de relaciones de países árabes con Israel, presentó hoy una postura crítica frente al evento y su primer ministro, Mohamed Shtayeh, lo describió como «un espejismo y una recompensa gratuita para Israel».
EFE
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