

En un marco excepcional, se cumplió la primera Misa de Celebración de los Santos José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles, recientemente nombrados por la Iglesia Católica como los primeros venezolanos santificados, evento que se llevó ante una excelente concurrencia de cerca a 1500 feligreses.
En la referencia cumplida por Monseñor Carlos Alfredo Cabezas Mendoza significó que «el verdadero milagro de San José Gregorio Hernández, fue su caridad constante y silenciosa, caridad constante y silenciosa, su entrega desinteresada a los enfermos y su humildad al reconocer en ellos el rostro de Cristo, nos lo demuestra».

Peregrinación desde la Inmaculada Concepción
El evento que catapultó a los cielos la celebración para los mencionados santos católicos, inició con una peregrinación desde la Iglesia Inmaculada Concepción de San Félix donde bajo el picante sol guayanés, los feligreses dieron suelta a su alegría y a su devoción para con los recién nombrados santos, en una fecha (26 de octubre) muy especial, por cuanto se trata de la fecha de nacimiento del propio San José Gregorio Hernández Cisneros.
La mencionada peregrinación se cumplió para que los creyentes llegaran por el sector de la izquierda de la Iglesia San Buenaventura de El Roble, evento que precedió el inicio en la Plaza Mayor de la referida Iglesia de Monseñor Carlos Alfredo Cabezas Mendoza, Obispo de Ciudad Guayana e iglesia pastoral que lleva de su mano, el padre Jorge Carreño.
«Celebramos la primera fiesta de San José Gregorio Hernández. Un hombre sencillo, pero a la vez extraordinario. No podemos dejar de recordar el pasado 19 de Octubre, precisamente desde este mismo lugar, en vigilia, estuvimos un buen grupo de personas, orando, celebrando y unidos con el resto del pueblo venezolano y con la Iglesia Universal presidida por el Papa León 14, cuando proclamó santos junto a otros cinco, a los primeros santos venezolanos, Santa Carmen Rendiles y San José Gregorio Hernández», dijo el Obispo en medio de la homilía celebrando a los santos referidos.

«La Santidad no está reservada para unos pocos»
«En la mente en nuestros corazones, está ese momento importante y tan significativo, y la vivencia, la experiencia de haber participado y haber seguido la gran mayoría de nosotros, por los medios audiovisuales ese acontecimiento, que déjenme decirles, seguramente estremeció la ciudad eterna (Roma)».
Más adelante, dijo que «ambos Santos –José Gregorio y Carmen- nos demostraron con sus vidas, tanto el Doctor José Gregorio Hernández como la Madre Carmen Rendiles, que la Santidad no está reservada para unos pocos, sino que puede vivirse en la cotidianidad, bastantes ejemplos tenemos de ambos, de una vida sencilla y humilde, pero impregnada del amor de Dios», observó Cabezas Mendoza.
«Así lo demostró San José Gregorio Hernández, desde allí, desde su consultorio, en la Universidad en la atención a los últimos, a los más necesitados. En las casas de los enfermos que visitaba todos los días, con el único propósito y no otro, de agradar a Dios con su vida», dijo.
A su vez, prosiguió indicando que «podemos decir lo mismo de la Madre Carmen Rendiles que a pesar de su incapacidad –no poseía el brazo izquierdo- no fue esa incapacidad motivo suficiente para no hacer cosas maravillosas y extraordinarias, tan sencillas como tejer, como jugar vóleibol por ejemplo, o tenis o dedicarse a la carpintería, como una sola mano».

Camino a Santidad
El Obispo refirió que las vidas de estos dos santos venezolano, «en un recordatorio de que cada profesión, cada oficio, cada estado de vida es un camino potencial a la Santidad. No necesitamos hacer cosas extraordinarias para ser Santos, sino hacer cosas ordinarias con un amor extraordinario, y extraordinario porque viene de Dios y va dirigido a Dios».
Monseñor dijo también que «San José Gregorio Hernández, quien hoy veneramos de manera especial por el Día de su fiesta, y su primera fiesta como Santo Universal, un ejemplo de cómo la fe y la ciencia pueden coexistir y no solo eso, sino que pueden complementarse».
«Fue un profesor universitario destacado, un científico brillante, pero siempre mantuvo una profunda devoción a Dios, y lo sabemos bien, un hombre de eucaristía diaria, de ferviente oración y devoto de la Virgen María, condiciones indispensables para la Santidad», señaló el Obispo de la Diócesis de Ciudad Guayana.

Curaba cuerpos y el espíritu
Asimismo, ahondó en las virtudes del Santo honrado e indicó que «en su vida de ciencia, José Gregorio Hernández, curaba los cuerpos, mientras su fe y su caridad, curaban el corazón y el espíritu»
«Su legado nos invita a no ver la ciencia como opuesta a la fe sino como una herramienta poderosa para servir y honrar la creación divina, al cual lo conjugó en su vida San José Gregorio Hernández», añadió Cabezas.
Finalizó su ejemplarizante homilía, cargada de mucho dones derramados durante la especial Misa Solemne dijo que «queridos hermanos, más allá del milagros reconocido que además lo conocemos nosotros para su beatificación y luego su canonización y después tantos milagros que sabemos que el Señor ha realizado por intersección suya, basta ir a Isnotú, los que hemos ido, el pueblito donde nació, precisamente un día como hoy (26 de octubre) para ver la cantidad de placas que dicen, la gran mayoría de ellas ‘favor recibido’.
«Sin duda que San José Gregorio Hernández, gracias por el favor recibido, es sin duda una manifestación del amor de Dios en medio de nosotros», siguió.

Importancia de beatificación y canonización
Concluyó indicando que la «beatificación y canonización en realidad son importantes para la vida del hombre y para manifestar el amor de Dios, pero sí, sin embargo, verdadero milagro de San José Gregorio Hernández»
«Fue su caridad constante y silenciosa, caridad constante y silenciosa, su entrega desinteresada a los enfermos y su humildad al reconocer en ellos el rostro de Cristo, nos lo demuestra. Él nos demuestra que el amor al prójimo es el corazón mismo del Evangelio».
Saludo especial
Selló su intervención ante la feligresía, enviado un saludo especial a los congregados en esta celebración solemne «hermanos esta fiesta de San José Gregorio Hernández, en la cual también damos a Dios, por la madre Carmen Rendiles, es una invitación a la acción, nos llama a reflexionar sobre nuestra propia vida. Preguntarnos cómo podemos nosotros imitar su ejemplo, cómo podemos poner nuestros talentos al servicio de los demás y del Señor, tal cual lo hizo San José Gregorio Hernández y la Madre Carmen Rendiles.
«Queridos hermanos, que el ejemplo del médico de los pobres y de la Madre Carmen, nos inspiren a ser instrumentos de la caridad de Dios, es nuestro entorno. En nuestro metro cuadrado, a llevar consuelo a los que sufren y a vivir una vida de fe, sencilla y profunda, que su intersección nos ayude a ser santos en la ordinario, en la cotidianidad de nuestras vidas y que María Inmaculada cuide siempre de nuestro caminar, y que a pesar de las piedras del camino, podamos llegar gozosos al final de la meta, tal cual lo hicieron nuestros dos primeros santos. Que San Gregorio Hernández y Santa Carmen Rendiles, intercedan por nosotros», cerró.

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