Washington.- La Organización de Estados Americanos (OEA) dio este miércoles al presidente nicaragüense, Daniel Ortega, una última oportunidad para buscar una «solución pacífica y eficaz» a la crisis en Nicaragua y, de fracasar esa iniciativa, amenaza con expulsar al país centroamericano del organismo.
Con la oposición de tres países y el voto a favor de 21, la OEA aprobó la creación de una comisión que tendrá 75 días para dialogar con Ortega e intentar buscar una salida a la crisis que comenzó el 18 de abril de 2018 y que ha dejado cientos de muertos, presos y desaparecidos, además de miles de nicaragüenses en el exilio.
De fracasar esas gestiones diplomáticas, la OEA iniciará el proceso para aplicar a Nicaragua la Carta Democrática Interamericana, un instrumento jurídico que contempla la posibilidad de suspender a un Estado cuando se produce una «alteración de su orden constitucional».
La suspensión es la mayor forma de sanción que tiene la OEA y, en sus 70 años de historia, el organismo solo ha aplicado ese castigo a dos Estados: Honduras, en 2009, después del golpe de Estado que depuso a Manuel Zelaya como presidente; y Cuba tras el triunfo de la Revolución de Fidel Castro, en 1959.
Frente a la iniciativa de la OEA, el embajador de Nicaragua ante el organismo, Luís Alvarado, manifestó la «enérgica protesta» de su Gobierno, que considera el ultimátum de la OEA como un acto «lesivo a su soberanía nacional».
La comisión estará compuesta por cinco miembros: el subsecretario de Asuntos de América del Ministerio de Exteriores de Argentina, Leopoldo Francisco Sahores; la representante de Panamá en la OEA, Elisa Ruiz Díaz; así como el embajador de EE.UU. ante el organismo, Carlos Trujillo, y otro delegado de Canadá, así como uno de Jamaica.
Los nombres de esos dos últimos integrantes aún no han sido concretados.
Fuera de la OEA, una veintena de nicaragüenses se concentraron con banderas azules y blancas (convertidas en un símbolo de las protestas contra Ortega), mientras dirigían un mensaje a los diplomáticos en el interior del edificio: «¡Hagan su trabajo!», «¡Almagro escucha, seguimos en la lucha!».
Jorge Blas, de 27 años, aseguró a Efe que estaba «decepcionado» porque la OEA lleva un año reuniéndose y haciendo declaraciones de condena, pero sin tomar «ninguna acción contundente».
«El pueblo de Nicaragua no puede seguir esperando. En Nicaragua no se van a resolver las cosas solo con palabras y sin hacer nada. ¿De qué nos sirve a nosotros?», se preguntó Blas.
Por otro lado, la OEA aprobó hoy una resolución para reclamar una investigación «creíble» para enjuiciar a quienes han cometido violaciones de derechos humanos en Venezuela, una medida que busca crear fisuras en el círculo cercano al presidente de ese país, Nicolás Maduro.
Asimismo, el organismo respaldó una declaración propuesta por México para condenar el tiroteo de principios de agosto en El Paso (Texas, EE.UU.), en el que murieron 22 personas, entre ellas ocho mexicanos.
EFE
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