Asunción, Paraguay. Dieciocho puntos en seis partidos es lo que queda a la selección absoluta de Paraguay para enderezar el camino y volver a un Mundial de fútbol, como el jugado por última vez durante 2010 en Sudáfrica.
Y para hacer posible desde el banquillo lo que para muchos fatalistas ya no es posible en la cancha, la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) ha llamado a Guillermo Barros Schelotto, un exjugador que fue ídolo de una de los más emblemáticos clubes argentinos, Boca Juniors, que ha dado cortos pasos en su rol de entrenador y que solo en noviembre tendrá su primera experiencia como seleccionador.
Sin haber tenido contacto con el banquillo de la Albirroja, Guillermo y su hermano mellizo Gustavo, quien desempeña el rol de asistente, ya han recibido las críticas del exguardameta José Luis Chilavert, para quien los sucesores del también argentino Eduardo Berizzo «no tienen el currículum ni la capacidad para quedar al frente de la selección».
Sin tener fecha oficial para la presentación en sociedad, el nuevo seleccionador ya ha anunciado que viajará cuanto antes a Europa para ver jugar y conversar con los principales referentes.
Paraguay ocupa el octavo puesto de las eliminatorias sudamericanas del Mundial al cabo de la duodécima de las dieciocho jornadas establecidas para determinar los cuatro clasificados directos a Catar y el quinto, que tiene derecho a jugar una repesca.
En otras palabras, la Albirroja ocupa el antepenúltimo puesto con 12 puntos, es decir 19 menos que los del líder absoluto, Brasil, o 13 por debajo de los sumados por el segundo clasificado, Argentina.
Dado que el cuarto país de las eliminatorias, el último que se lleva un pasaje directo al Mundial de 2022 tiene 16 puntos, las aspiraciones de remontada de la Albirroja apuntan a este puesto, o al quinto que ocupa Uruguay con los mismos 16.
Desafíos parecen ser el combustible de los hermanos nacidos hace 48 años en La Plata.
El nuevo seleccionador paraguayo hizo parte del Boca Juniors estelar que conquistó tres ediciones de la Copa Libertadores (2000, 2001 y 2003) y dos de la Copa Intercontinental de Clubes, el primero en 2000 a expensas de los ‘galácticos’ del Real Madrid y el otro en 2003 sobre el Milán.
Una década antes, Guillermo Barros Schelotto había debutado en Gimnasia y Esgrima La Plata, a donde llegó gracias a su padre, Hugo Barros Schelotto, quien lo llevó a la institución en la que era médico y de la que había sido presidente.
El estreno ocurrió el 6 de octubre de 1991 y solo seis años después él y su hermano mellizo fueron transferidos a Boca Juniors por recomendación del mismísimo Diego Maradona, que ya planeaba su retirada.
Se empezaba a gestar el ciclo dorado del club de La Bombonera con los Schelotto, Martín Palermo, Juan Román Riquelme, Sebastián Battaglia (hoy entrenador) y los colombianos Óscar Córdoba, Mauricio Serna y Jorge Bermúdez bajo el mando de Carlos Bianchi, ‘el Virrey’.
En 2007 emigró al fútbol de la MLS atraído por una oferta del Columbus Crew, que pagó tres millones de euros.
Tres temporadas después, el delantero había ganado cinco títulos y también era ídolo del Columbus, pero en 2011 regresó a Argentina para ayudar a salvar a Gimnasia y Esgrima del descenso. Y no lo consiguió.
Fue como el comienzo del fin de su carrera como futbolista.
Jugó su último partido como profesional en la promoción en la que Gimnasia perdió la categoría y descendió a la Primera B Nacional al caer ante San Martín de San Juan.
En 2012 Barros Schelotto asumió como entrenador de Lanús.
Fue un debut de carrera prometedor pues el Granate alcanzó un tercer puesto y luego el subcampeonato en la Liga argentina, y se clasificó para la Copa Sudamericana 2013 de la que sería campeón.
En enero de 2016 asumió la conducción del Palermo de la Serie A del Calcio, pero solo duró un mes por problemas con el permiso para entrenar en Italia.
Regresó a la Bombonera en marzo de 2016 en reemplazo de Rodolfo Arruabarrena y condujo a sus dirigidos a dos títulos en los torneos de 2016-2017 y 2017-2018.
Además, llegó a una final sin antecedentes en la historia de la Copa Libertadores precisamente frente a su más enconado rival, River Plate. Y en el estadio Santiago Bernabeu.
River se impuso de remontada por 1-3 y al año siguiente el técnico salió de Boca para dirigir a Los Ángeles Galaxy, donde pasó con más pena que gloria.
El primer desafío con Paraguay de los hermanos nacidos un 4 de mayo será el 11 de noviembre en el estadio Defensores del Chaco frente a la selección de Chile, que es sexta con 13 puntos.
Y cinco días después visitarán a Colombia en la caribeña ciudad de Barranquilla. Para entonces habrán transcurrido dos de las seis fechas que marcan la cuenta atrás para las selecciones que aún pretenden sellar el visado a Catar.
EFE noticias
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