Seúl.- La presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, envió hoy desde Corea del Sur un mensaje de disuasión a Pionyang frente a sus desarrollos armamentísticos, en plena crisis entre Washington y Pekín por su paso previo por Taiwán.
Seúl fue la siguiente parada de Pelosi después de su viaje relámpago, y no anunciado oficialmente, a Taiwán, que ha desencadenado las protestas airadas de China y represalias como el inicio este mismo jueves de maniobras militares con fuego real en torno a la isla.
Durante su visita de este jueves, centrada en asuntos de cooperación sobre seguridad entre EE.UU. y Corea del Sur, Pelosi se reunió con su homólogo surcoreano, Kim Jin-pyo; mantuvo una conversación telefónica con el presidente del país, Yoon Suk-yeol, y visitó la frontera desmilitarizada intercoreana.
«DISUASIÓN PODEROSA Y EXTENDIDA»
Pelosi y su homólogo surcoreano se comprometieron a mantener «los esfuerzos de ambos gobiernos para la desnuclearización y la paz a través de la cooperación internacional y los diálogos diplomáticos», sustentados sobre «una disuasión poderosa y extendida» ante Pionyang, indicaron en un comunicado conjunto.
Ambos también expresaron su «preocupación por la grave situación, en la que el grado de amenaza de Corea del Norte está aumentando», en alusión al número récord de lanzamientos de misiles realizados este año por Pionyang y los indicios sobre un nuevo test nuclear del régimen que puede tener lugar de forma inminente.
El presidente surcoreano afirmó en la misma línea que la visita de Pelosi supone «una señal de disuasión por parte de Corea del Sur y Estados Unidos hacia Corea del Norte», según dijo su portavoz.
Yoon limitó su contacto con Pelosi a una conversación telefónica de unos 40 minutos, debido a que el presidente surcoreano se encontraba de vacaciones en las fechas elegidas por la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU. para visitar el país, según el Ejecutivo surcoreano.
Los medios locales especularon con la posibilidad de que el presidente haya evitado reunirse con Pelosi para no caldear más el ambiente con China, después de que la visita de la presidenta del Congreso a Taiwán, la de más alto nivel de un político estadounidense en 25 años, desatara la ira de Pekín.
El gigante asiático comenzó este mismo jueves -menos de 24 horas desde la visita de Pelosi a la isla considerada por Pekín como una provincia rebelde de su territorio- maniobras militares que incluyeron el lanzamiento de misiles de largo alcance en torno a Taiwán, que las considera «un bloqueo» y una «violación de sus derechos».
Durante su estancia en Corea del Sur, Pelosi asimismo visitó la aldea de Panmunjom, también conocida como la Zona de Seguridad Conjunta (JSA) en la frontera intercoreana, antes de embarcar en un avión desde la base de Osan (al sur de Seúl) sobre las 20:15 (11:35 GMT) con destino a Japón, la última parada de su gira asiática.
Su visita a la JSA supuso la de mayor perfil de un político estadounidense desde la realizada por el expresidente Donald Trump en 2019, que se reunió allí con el líder norcoreano, Kim Jong-un.
PROTESTAS DE COREA DEL NORTE
El régimen encabezado por Kim acusó este mismo jueves a Estados Unidos de tener una postura «de confrontación» por afirmar que Pionyang representa «una amenaza» debido a su programa nuclear, a través de un comunicado emitido por su representación permanente ante Naciones Unidas.
Las negociaciones sobre desnuclearización entre Pionyang, Seúl y Washington están en punto muerto desde la fallida cumbre de Hanói de 2019 entre Trump y Kim, que no llegaron a un acuerdo sobre las concesiones del Norte y el levantamiento de sanciones impuestas al régimen por sus programas de desarrollo de misiles y atómico.
El Norte también criticó en la víspera la visita a Taiwán de Pelosi, y la definió como una «imprudente interferencia en los asuntos internos de otro país», apoyando así la postura de China, principal aliado del hermético régimen.
«La situación actual demuestra que la injerencia sin escrúpulos de Estados Unidos en los asuntos internos y las provocaciones políticas y militares intencionadas son la causa fundamental del daño a la paz y la seguridad de la región», señaló un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores norcoreano en declaraciones recogidas por la agencia de noticias KCNA.
EFE
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