Buenos Aires.- El Gobierno argentino, que encabeza el peronista Alberto Fernández, hace este lunes balance de su derrota en las legislativas de ayer, en las que, aunque la oposición ganó al oficialismo en gran parte del país, la victoria fue menos contundente de lo previsto, en un momento de gran incertidumbre por los efectos de los comicios en la inestable economía.
En las elecciones intermedias -a la mitad del mandato presidencial- se elegían 127 de los 257 escaños de la Cámara de Diputados -que seguirá sin mayoría absoluta de ningún grupo- y 24 de los 72 del Senado, en el que el peronismo perderá su holgada mayoría, por primera vez en más de tres décadas, si el escrutinio definitivo que hará la Justicia Electoral en los próximos días confirma los datos del conteo provisional.
En concreto, para la Cámara Baja, Juntos por el Cambio, coalición opositora a la que pertenece el expresidente conservador Mauricio Macri (2015-2019), venció en 12 de los 24 distritos -13 si se cuenta el triunfo de un aliado en la provincia de San Luis-, frente a las nueve provincias en las que ganó el oficialista Frente de Todos.
En el caso del Senado, el oficialismo solo lideró en dos de las ocho provincias a las que este año correspondía elegir senadores, mientras que en las otras seis el frente opositor fue el más votado.
Resultados que, pese a las dudas sobre cómo podían influir en la economía, han sido tomados con cautela en el mercado cambiario, con relativa estabilidad tanto en el tipo de cambio oficial como en el ilegal.
«El oficialismo tuvo una derrota contundente en prácticamente todo el país, una de la peores elecciones históricas del peronismo desde el retorno de la democracia», afirmó a Efe el consultor político Patricio Giusto, convencido de que los «padres» de ese mal resultado son el propio presidente y la vicepresidenta, Cristina Fernández, líder del ala kirchnerista.
«CELEBREMOS ESTE TRIUNFO»
El peronismo se había preparado para una contundente derrota tras los malos datos que tuvo en las primarias de septiembre, consideradas una encuesta previa a las generales.
Pero aunque el escrutinio de ayer no varía en demasía al de hace dos meses, el oficialismo logró mejorar en lugares cruciales como la provincia de Buenos Aires, el distrito más poblado y tradicional bastión peronista, donde la lista del Frente de Todos logró achicar la distancia con Juntos por el Cambio.
«Si comparás con el resultado de las primarias, que es un poco la estrategia comunicacional que ya está haciendo el Gobierno, ellos tienen algunas señales como para ilusionarse», agregó Giusto, pero descartó que sea para celebrar como un «triunfo».
Ya en la noche del domingo, en su discurso en el búnker electoral -en el que Cristina Fernández fue la gran ausente-, el presidente invitó a celebrar los resultados.
«Les pido que el próximo miércoles, que recordamos el día de las militancias, llenemos la Plaza de Mayo y celebremos este triunfo como corresponde», expresó el jefe de Estado.
Antes, en un mensaje desde su residencia oficial, Fernández reconoció haber cometido errores pero prometió aprender de ellos y llamó a abrir una etapa de esperanza y dejar atrás la que ha estado marcada por la pandemia de la covid-19 y la crisis económica que aseveró recibió del Gobierno de Macri.
También abogó por priorizar el diálogo político en un momento en que, según remarcó, ya se siente la recuperación económica, pero en que es crucial llegar a un «acuerdo sustentable» con el Fondo Monetario Internacional, para refinanciar la deuda de 44.000 millones de dólares contraída por el anterior Ejecutivo.
UNA OPOSICIÓN CON ALEGRÍA MODERADA
Por su parte, Juntos por el Cambio celebró por todo lo alto su victoria -lejos ya de la derrota de Macri en las presidenciales de 2019- y ya se ve en el horizonte la disputa por las candidaturas para las presidenciales de 2023.
Sin embargo, el principal frente opositor confiaba en haber podido ganar con más diferencia en la provincia bonaerense y haber conseguido una mayor presencia en Diputados, donde el peronismo seguirá siendo primera fuerza pero sin mayoría absoluta.
Sobre la oposición, Giusto consideró que también debe estar «alerta», ya que en la ciudad de Buenos Aires, su principal bastión, perdió unos 15.000 votos, mientras emergen a la derecha figuras como el economista libertario Javier Milei, que cosechó el 17,04 % de los votos en la capital.
«Ocupa un espacio ideológico y político que está vacante en Argentina, que lo estamos viendo en España y otros países de Europa y Latinoamérica, que es el crecimiento de los extremos», concluyó Giusto, y destacó el «impresionante» crecimiento del Frente de Izquierda.
EFE
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