El presidente boliviano, Luis Arce, restituyó este jueves a su ministro de Gobierno (Interior), Eduardo del Castillo, inmediatamente después de haberle destituido para cumplir con una formalidad legal por la censura que le aplicó el Parlamento nacional, en medio de una pelea interna en el oficialismo.
Arce volvió a tomar juramento a Del Castillo en un acto en la casa de Gobierno en La Paz al que también asistieron otras altas autoridades, funcionarios, dirigentes sindicales y organizaciones sociales afines a su Gobierno.
El mandatario explicó que si bien la Constitución establece que los ministros que son censurados por el Parlamento deben ser destituidos, también faculta al presidente designar a sus colaboradores.
Por ello, señaló que primero emitió un decreto para destituir a Del Castillo y luego firmó otro para reponerlo en el puesto.
«Siendo que en este momento no existe ninguna normativa que nos impida hacer esto, el Gobierno nacional tomó la decisión de nombrar al ciudadano Eduardo del Castillo como ministro de Gobierno», afirmó Arce.
Además justificó su decisión alegando que ha «escuchado al pueblo boliviano» porque «muchas» organizaciones sociales se expresaron «dando un apoyo rotundo» para que Del Castillo permanezca como ministro.
Según Arce, la intención de la censura del ministro era «entorpecer la gestión» gubernamental» y lamentó que pareciera que «algunos malos bolivianos» no quieren que el país se desarrolle.
En una alusión a las peleas internas del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS), el mandatario dijo que también parece que «a algunos compañeros se les olvidó» que combatieron «a un Gobierno de facto», como llama el oficialismo a la Administración transitoria de Jeanine Áñez.
Manifestó que su Gobierno ha recurrido «a las organizaciones sociales, al pueblo boliviano» e insistió en que está obedeciendo «ese mandato sin violar la Constitución».
Por su parte, Del Castillo aludió a los parlamentarios oficialistas del ala evista, o cercanos al exmandatario Evo Morales, quienes votaron a favor de su censura y de los que dijo que «decidieron traicionar para apoyar a sus verdugos».
También hizo alusiones a Evo Morales, aunque sin nombrarle directamente, al señalar que «aquel señor que vimos ingresar al Palacio en 2005 ganando con más del 50 % de votos y con una mochila llena de esperanza hoy lamentablemente es un hombre totalmente cambiado», algo que «duele mucho».
Además el ministro sostuvo que «la revolución es más grande que una persona y sus apetitos electorales» y que actualmente «el conductor» de esa «revolución es el presidente Luis Arce».
El Legislativo censuró el martes a Del Castillo con 101 votos entre los 144 legisladores que asistieron a la interpelación propuesta por parlamentarios opositores por el tráfico de vehículos robados en Chile que después se vendían en Bolivia y que implicó a algunos mandos de la Policía hace más de un año.
Del Castillo ha sido uno de los ministros más resistidos por los legisladores evistas y por el mismo Evo Morales, quienes pidieron varias veces a Arce su cambio, algo que el mandatario no hizo y que activó la división en el MAS.
La destitución y restitución casi inmediata de ministros fue una estrategia empleada por Jeanine Áñez ante las censuras aplicadas por el MAS desde el Legislativo durante el Gobierno transitorio.
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