Moscú/Leópolis.- Rusia intentó hoy quitar hierro a la retirada de su tropas del norte de la región ucraniana de Jersón al otro lado del río Dniéper, maniobra que permitirá al mando ruso reforzar otros frentes, mientras el Ejército de Ucrania informó de acciones defensivas exitosas en el este del país.

En su parte diario, el Ministerio de Defensa de Rusia no hizo mención al repliegue de sus tropas en la región de Jersón y se limitó a enumerar una serie de ataques contra posiciones y depósitos de pertrechos del Ejército de Ucrania, principalmente en las regiones orientales ucranianas.

Según el comunicado castrense, en las pasadas veinticuatro horas las fuerzas ucranianas sufrieron al menos 435 bajas entre muertos y heridos, la mayoría de ellas en las llamadas repúblicas populares de Lugansk y Donetsk, anexionadas por Rusia junto con la regiones Zaporiyia y Jersón el pasado 30 de septiembre.

SILENCIO DE MOSCÚ Y OPTIMISMO DE KIEV

El silencio oficial ruso sobre la retirada de más de 30.000 soldados de norte de la región de Jersón, considerado por expertos como el mayor revés de las tropas de Moscú en lo que va de campaña, contrasta con el optimismo de Kiev sobre el resultado de la contienda.

«En nuestra guerra defensiva contra el enemigo Ucrania va a ganar, es cuestión de tiempo (…) Cada centímetro de Ucrania será liberado», afirmó el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytró Kuleba, en Nom Pem, donde asiste como invitado especial en la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).

El jefe de Policía Nacional de Ucrania, Igor Klimenko, informó hoy de que unos 200 agentes ya se encuentran trabajando en la ciudad de Jersón, donde el mayor peligro son las minas dejadas por las tropas rusas.

«Pedimos a la población se atenga a determinadas normas: desplazarse por la ciudad con precaución y no tocar objetos sospechosos», dijo Klimenko en un vídeo en el que pidió a los habitantes que abandonaron Jersón abstenerse de regresar hasta que concluya la labor de desminado.

LOS COMBATES NO MENGUAN EN EL FRENTE ESTE

El mando de la agrupación ucraniana Este informó este sábado de que las tropas rusas sufren diariamente ingentes bajas en ese sector del frente, donde sus contraataques son rechazados.

«El enemigo ha intentado atacar nuestras posiciones, pero chocó con nuestra resistencia. Sufrió grandes pérdidas. De hecho, pierde diariamente un batallón (de 400 a 800 hombres)», señaló el portavoz de la agrupación Este, Serhiy Cherevatiy.

En declaraciones al telemaratón informativo ucraniano, el militar subrayó que los ataques registrados en el frente oriental fueron lanzados por unidades rusas que fueron desplegadas allí antes de la retirada rusa de la región de Jersón.

La precisión de Cherevatiy no deja de ser importante, ya que el repliegue de más de 30.000 soldados, cerca de 40.000 según el experto militar ucraniano Oleg Zhdánov, a la margen izquierda del Dniépner permite a Rusia liberar a un importante número de efectivos que pueden ser enviados al frente oriental.

Y es que el mayor río ucraniano, sobre todo después de la voladura de los puentes próximos a la ciudad de Jersón, se convierte en una línea de defensa natural que necesita menos efectivos para mantenerla.

KIEV TEME ATAQUE CON MISILES DURANTE LA CUMBRE DEL G20

Mientras, el portavoz de las Fuerzas Aéreas ucranianas, Yuriy Ignat, advirtió de que Rusia podría lanzar un nuevo ataque masivo con cohetes contra Ucrania durante la celebración de cumbre del G20 que tendrá lugar en Bali, Indonesia, los días 14 y 15 de este mes.

«Se acercan acontecimientos, la cumbre del G20. A ellos (los rusos) les gusta mucho lanzar provocaciones en días como esos», dijo en declaraciones a la televisión ucraniana.

Al mismo tiempo destacó que aunque Rusia continúa acumulando armamento, en particular misiles, sus reservas han mermado bastante.

Ignat explicó que los misiles que tenía Rusia cuando comenzó la invasión de Ucrania fueron fabricados durante muchos años y que el proceso de fabricación de un cohete es largo, «no lleva un día ni dos», por lo que necesitará tiempo para reponer sus reservas.

Los ataques masivos con cohetes lanzados por Rusia en las últimas semanas han destruido o dañado en torno al 40 % de la infraestructura energética de Ucrania, lo que ha obligado a racionar el suministro de electricidad y agua en gran parte del país.

«Rusia por razones obvias para toda la gente sensata no ha usado todo su arsenal de medios de ataque. Y no ha atacado objetivos enemigos en poblaciones. Y no solo por la bondad humana que nos caracteriza. ¡Todo a su tiempo!», escribió hoy en su canal de Telegram el vicepresidente de Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvédev.

 

EFE

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