Juan Pablo II
Su Santidad Papa Juan Pablo II durante su visita y almuerzo a la empresa Sidor. Le acompañan el presidente de la factoría César Mendoza, el Ing. Leopoldo Sucre Figarella, el Lic. Francisco 'Pancho' Salazar y al fondo –lado derecho del Papa- el obispo de Ciudad Guayana, Medardo Luzardo Romero.

En el marco de la Festividad del San Juan Pablo II, este 22 de octubre, en el calendario litúrgico de la Iglesia Católica, hoy habrá celebración en la Parroquia Catedral, donde se levanta la Catedral San Juan Pablo II; nombrada así en homenaje al sumo pontífice que visitó dos veces a Venezuela.

Precisamente en la transcendencia, específicamente, de la primera visita al país, aquel 29 de enero de 1985, Nueva Prensa Digital quiere rendirle un especial homenaje a uno de los mejores Pontífices que ha tenido la Iglesia católica en toda su historia.

Cabe destacar que la fecha de hoy, no conmemora su nacimiento (18 de mayo) ni su muerte (2 de abril), sino que recuerda el inicio solemne de su Pontificado, que ocurrió un 22 de octubre de 1978 durante la inauguración de su ministerio petrino donde pronunció las famosas palabras que marcaron su papado: «¡No temas! ¡Abre, más todavía, abre de par en par las puertas a Cristo!».

Guayana: ciudad elegida para la visita del Papa

Ciudad Guayana fue elegida para la visita del Papa Juan Pablo II, por tener el atractivo de «rendir homenaje al mundo del trabajo» en el complejo de instalaciones en torno a las industrias del hierro (como Sidor) y afines, siendo una ciudad industrial en pleno desarrollo en ese momento.

Se descartaron otras opciones como Margarita, Cumaná y Maturín por razones logísticas.

La visita a Venezuela en general fue un viaje apostólico, promovido por la Conferencia Episcopal Venezolana en coordinación con el Gobierno nacional de la época, encabezaba por el entonces presidente Jaime Lusinchi.

Las versiones citadas en aquella fecha, se trató «de una gran celebración eucarística tuvo lugar en un área de los terrenos que pertenecían a la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) y no de la Corporación Venezolana de Guayana como se creía, sin embargo, hay vinculación de la empresa siderúrgica con el emporio cevegista.

Multitudinario fue el recibimiento brindado al Santo Papa Juan Pablo II por los feligreses del Oriente del país reunidos en la explanada de la Cruz del Papa entonces, hoy tierra santa donde se construye la Catedral San Juan Pablo II.

 

Eucaristía presidida por Juan Pablo II

En el lugar, hoy conocido como la ‘Cruz del Papa’, se levanta La Catedral que lleva su nombre, motivo por la que hoy hay celebración especial.

Se construyó, para el evento, una tarima con forma piramidal para el altar, permitiendo la vista hacia los imponentes paisajes de la ciudad industrial, ubicada en la confluencia de los ríos Orinoco y Caroní.

En su homilía, el Papa saludó de forma especial a la multitud obrera, destacando que el problema del «trabajo humano» era el centro de esa liturgia.

Asimismo, subrayó la enseñanza de la Iglesia sobre la dignidad del trabajo, indicando que «el trabajo es para la familia y no la familia para el trabajo (…), a pesar de la fatiga y del esfuerzo que requiere, el trabajo no deja de ser un bien».

Parte de la historia

El papa San Juan Pablo II visitó Ciudad Guayana el martes 29 de enero de 1985, que fue primera gira apostólica por Venezuela del máximo representante de la Iglesia católica se cumplió entre el 26 y el 29 de enero de aquel año, cumpliéndose el pasado mes de enero, 40 años de su paso por la ciudad.

Cuatro décadas de un hecho icónico en la historia del catolicismo guayanesa, que marcó un antes y un después con un sello innato de lo que representó para la Iglesia católica el pontificado de Juan Pablo II en su momento.

Bajo esta premisa, sumamos las voces y recuerdos excepcionales de los obispos Carlos Cabezas Mendoza y Mariano Parra Sandoval, los laicos Teodardo Porras y Raúl Yegres, el padre Gerardo Moreno Torrealba, actual párroco de la Catedral ‘San Juan Pablo II’ en honor al también llamado ‘Papa Bueno’ y el hoy ingeniero Christian Malagón Forero, integrante de la coral que cantó El Peregrino de la voz del recordado Adrián Guacarán.

De izquierda a derecha el laico Raúl Yegres, el Obispo Parra Sandoval y el Ing. Teodardo Porras.

La elección de Ciudad Guayana como una de las paradas de la primera visita del papa Juan Pablo II a Venezuela en 1985 tuvo una justificación muy clara y un profundo significado social y doctrinal fue un homenaje al «mundo del trabajo».

«Juan Pablo II, conocido por su experiencia de juventud como obrero en Polonia y su fuerte enseñanza social sobre la dignidad del trabajo (plasmada en su encíclica ‘Laborem Exercens’), buscaba siempre en sus viajes apostólicos dirigirse a los trabajadores», refieren cita de aquel entonces.

La justificación principal para incluir a Ciudad Guayana en el itinerario, según los relatos de la época y líderes eclesiásticos como el Cardenal Baltazar Porras, se basó en los siguientes puntos:

Homenaje al mundo del trabajo

Ciudad Guayana (conformada por Puerto Ordaz y San Félix) era, y es, el principal polo industrial de Venezuela, especialmente en el sector de las industrias básicas.

La ciudad albergaba el complejo de instalaciones en torno a las industrias del hierro y afines (como Sidor), el acero, el aluminio y la hidroenergía.

Al visitar esta ciudad, el Papa tuvo la oportunidad de dirigir un mensaje a la clase obrera y a los industriales de la nación.

Importancia industrial y demográfica

La ciudad era reconocida por ser «uno de los núcleos industriales más importantes de Venezuela», atrayendo a trabajadores no solo de otras regiones del país, sino también de otros lugares de América Latina.

Permitió al Papa entrar en contacto con una realidad social y económica distinta a la de las grandes capitales o las zonas andinas.

Logística y descarte de otras opciones

La escogencia del lugar en el oriente-sur del país no fue fácil, y otras opciones fueron descartadas por razones logísticas.

Por ejemplo, la Isla de Margarita (sede de la devoción a la Virgen del Valle) se descartó por la falta de un lugar adecuado para acoger a una gran cantidad de peregrinos.

Ciudad Guayana, en cambio, ofrecía una ubicación con capacidad para la movilización de masas.

El mensaje a los trabajadores

El encuentro principal en Ciudad Guayana fue la Liturgia Eucarística con los Trabajadores, celebrada el 29 de enero de 1985 en los terrenos de Sidor en Alta Vista.

En su homilía, el Papa Juan Pablo II centró su mensaje precisamente en el «problema del trabajo, del trabajo humano».

Al inicio de su discurso, el Santo Padre saludó de manera especial: «Saludo especialmente a todo el mundo del trabajo venido no solo de Venezuela, sino también de otros países de América Latina, debido al desarrollo de la industria del hierro y del acero, del aluminio y de la hidroenergía, que ha hecho de esta ciudad uno de los núcleos industriales más importantes de Venezuela. Por tal motivo, el problema del trabajo, del trabajo humano ocupa el centro de esta liturgia eucarística».

De esta forma, la visita a Ciudad Guayana se consolidó como una declaración papal sobre la centralidad y la dignidad del trabajo humano en la vida cristiana y social de Venezuela.

Además de la misa, el Papa compartió un almuerzo con directivos, trabajadores y obreros siderúrgicos, reforzando ese encuentro directo con el sector laboral.

VI Obispo de Guayana ordenado por Juan Pablo II

Monseñor Carlos Alfredo Cabezas Mendoza, VI Obispo de Ciudad Guayana rememora cómo se enteró de que el Papa Juan Pablo II venía a la localidad.

«Yo era seminarista en el Colegio Santa Rosa de Lima en Caracas, estaba cursando el tercer año de Filosofía, por supuesto que había años antes, la noticia y el trabajo de preparación a la primera venida de un Papa a Venezuela, unos dos o tres años antes que ya se hablaba de esta visita. Ese tipo de visitas lleva una etapa de preparación», recuenta.

«Lo recuerdo muy bien, ya que a mí me tocó estar como seminarista en la eucaristía en Montalbán en la explanada de Montalbán, que se hizo antes de la visita a Guayana de su Santidad, el día 27 de enero, cuando fue la Misa en Montalbán en Caracas, y cargo un recuerdo muy especial por qué por primera vez yo repartí comunión, como seminarista, porque nos dieron la oportunidad de repartir la comunión, yo nunca lo había hecho, repartir la comunión», refería Monseñor sobre un tema bien particular y que lo tocó de lleno en su vivencia pastoral.

El VI Obispo de Ciudad Guayana, Monseñor Carlos Cabezas Mendoza.

Un secreto a voces

La razón privaba por la cantidad de gente que se presumía, con justa razón, asistiría a la misa multitudinaria realizada en la capital y había que apoyar además a los sacerdotes que les correspondió ese momento tan especial en medio de una Santa Misa, como esa.

«Recuerdo ese día con mucho afecto, porque se trató la primera vez que yo repartí la comunión, ese día 27 de enero, que además era el día de mi cumpleaños, entonces fue un momento de mucha alegría y mucha emoción no solo para mí, sino para Venezuela. Y uno puede decir que la Iglesia venezolana tiene episodios muy importantes en su historia, pero la visita del Papa Juan Pablo II, la primera, marcó un antes y un después para la Iglesia venezolana».

Ese domingo, 27 de enero, en medio de la celebración de la referida misa multitudinaria en la explanada de Montalbán, se bendijo la imagen de Nuestra Señora de Coromoto.

Relación especial

«En aquella ocasión no lo pude saludar, pero sí lo vi de cerca. Con Juan Pablo II hubo una relación muy bonita, en el sentido de un afecto, un aprecio y una admiración por ese personaje y yo tuve la dicha que posteriormente de estudiar en el Seminario del Papa en Roma, el año siguiente (1986), allí sí tuve la oportunidad de saludarlo y conocerlo. En el 1990, él me ordenó sacerdote», contó el obispo de Guayana.

A su vez, dijo que «fíjense de todas las cosas que me unieron a Juan Pablo II, de hecho en mi escudo como Monseñor, una parte de ese escudo es el propio escudo de Juan Pablo II. Lo coloqué por lo que significa él, para mí».

«Imagínese la primera vez que di comunión fue en una misa oficiada por él, en mi cumpleaños, y ordenado después por él mismo, cuatro años más tarde» recordó Cabezas.

Luego dijo que siguieron el resto de la visita a través de los medios especialmente los televisivos con mucho afecto, «aquí en Guayana nos llenó aquel episodio tan bonito que se produjo donde ahora se levanta la Catedral de nuestra diócesis, con la canción de ‘El Peregrino’ que cantó Adrián Guacarán que lo cantó en el momento de la comunión. Recordadísimo ese momento, y yo creo que ese resume un poco la historia mía, personal con San Juan Pablo II, en ese momento histórico de su venida».

«Terminada la canción –reafirma- en medio de un momento emotivo, y ahora cantamos esa canción en muchos episodios de nuestra vida de Iglesia aquí en Ciudad Guayana».

Construcción de la Catedral de Ciudad Guayana

La posibilidad de conocer algunos entretelones de la construcción que se levanta en la actual Catedral de Ciudad Guayana, nombrada San Juan Pablo II no podíamos dejar pasar por alto.

«La Diócesis es relativamente joven, vamos apenas a cumplir 50 años. Hay una procatedral que es la parroquia de Nuestra Señora de Fátima, que funciona en el Centro Cívico. Ha estado siempre como la procatedral, mientras se construye la nueva catedral. Que se decidió construir luego de alguna disyuntiva que tenía que ver con la locación, entre San Félix y Puerto Ordaz, decidiéndose por Puerto Ordaz», explicó.

Asimismo, apuntó que se elige «por el recuerdo a la visita del Papa Juan Pablo II, lo que también significó un antes y después para la ciudad para la Diócesis».

Monseñor develó que en la actualidad hay un grupo de empresarios que quisieran colaborar y apoyar a esta construcción, darle un empujoncito y «en ese trabajo que se debe realizar, ver la posibilidad de darle continuidad, tal vez no en la dimensión que inicialmente se trazó, pero sí lograr un anhelo importante para cumplir con tal fin».

Por su parte, reconoció la labor que ha venido llevando a cabo el padre Gerardo Moreno, párroco de la parroquia catedral y de los feligreses que allí se congregan.

«La comunidad cristiana es lo más relevante», enfatizó.

«Está habilitado el sótano con tiene aire acondicionado. Seguir la obra respetando el diseño original, tal vez hacerlo con materiales más livianos y más económico. Estamos en eso, no hemos parado y ojalá en un futuro podamos nosotros bendecir e inaugurar La Catedral San Juan Pablo II», apuntó.

quí se levanta, en tierra Santa, La Catedral San Juan Pablo II. Ya la primera fase está culminada que es la planta baja donde está la cripta.

Crecimiento de la Iglesia católica

Monseñor Carlos Cabezas Mendoza dejó un mensaje especial a la feligresía «tomando el lema de ese año (Romanos 5-5) ‘La Esperanza no defrauda’, esa frase podemos interiorizarla, hacerla vida, en nuestra vida personal y en nuestro caminar como Iglesia Diocesana con esperanza

«La Iglesia ha crecido, las comunidades también. Se han ido fortaleciendo y celebrar con gozo y júbilo los 50 años de la Diócesis», dijo.

De la misma manera, señaló que «estamos esperando por lo menos haber reiniciado con los trabajos, retomar lo del techo, pero tener algo, como esa Iglesia que se va construyendo, la esperanza que algún día, así como tenemos la esperanza que algún día vamos a encontrar la Patria Celestial, cuando el Señor nos llame ante su presencia, tener la esperanza de que nuestra Iglesia Diocesana tenga en todo su esplendor con su Catedral».

Inaugurar la Catedral con los 50 años de la Diócesis

Durante esta entrevista dejamos a la reflexión de Monseñor Cabezas una futurista posibilidad de ver culminada La Catedral de Ciudad Guayana “San Juan Pablo II” bajo la celebración, por qué no, de los 50 años de la Diócesis de Ciudad Guayana.

«La culminación del templo de La Catedral donde podríamos celebrar los 50 años de la Diócesis de Ciudad Guayana, y por qué no, que soñar no cuesta nada, invitar para esa celebración, al mismo Papa de esa actualidad, para que la inaugure».

Elección de Ciudad Guayana

Monseñor Mariano José Parra Sandoval, Arzobispo emérito de Coro y IV Obispo de Ciudad Guayana, quien ahora está como párroco de la Parroquia La Santa Cruz en San Félix, recordó que a raíz de los anuncios hechos por la propia Conferencia Episcopal Venezolana, el clero en general comenzó a palpitar la visita de Juan Pablo II al país.

«Me enteré porque la Conferencia Episcopal de Venezuela, lo publicó y el Obispo nos lo comunicó en nuestras Diócesis y nombró una Comisión para preparar la venida, eso fue como el año 1984», dijo, revelando una aspecto importante.

«Yo fui el encargado por la Diócesis, en ese tiempo la de Cumaná, del contacto con la Diócesis de Ciudad Guayana para organizar la llegada del Papa», aseguró, puntualizando que la Diócesis de Guayana convocó a todas las del oriente para que vinieran y tuviéramos una reunión para prepararnos para la visita del Santo Padre».

También rememoró que «vine tres veces a Ciudad Guayana, se hablaba de las cosas que estaban haciendo, cómo se estaba planificando, que debíamos hacer. Yo era Rector del Seminario Mayor de Cumaná en ese momento, era el único Seminario del Oriente de Venezuela».

«A mí me correspondió ofrecer los servicios de los seminaristas en ese momento. Entonces varios seminaristas, hoy en día sacerdotes e incluso algunos difuntos, vinieron a Ciudad Guayana para participar en la ceremonia de la Misa de Juan Pablo II».

Gran movilización logística

La preparación, que conllevaba muchas aristas, permitió a Parra Sandoval traerse a varios seminaristas, a quienes alojaron en los tráileres de Alcasa.

«En el Colegio Loyola Gumilla era donde buscamos los permisos, las credenciales. Estuve allí, nunca me imaginé que estando allí, luego me convertiría en el Obispo de Guayana y que La Catedral se iba a construir en el sitio donde yo estuve junto con Juan Pablo II. Recuerdo muchísimo eso. Eso era una explanada completa. Fue increíble la cantidad de personas que había en ese momento, para mí algo muy especial».

Recuerda que con los permisos tenían un acceso más directo y cómodo para que pudiera colocarse donde estaban los Obispos, mientras los feligreses se aglomeraban desde la madrugada, incluso desde la noche anterior, para poder ubicarse lo más cercano posible al icónico encuentro de Juan Pablo II.

A la izquierda de la tarima, ubicaron a los sacerdotes y obispos, mencionó el Obispo Parra Sandoval y uno de los aspectos más importantes que marcó la visita del sumo pontífice, fue la presentación del niño Adrián Guacarán.

«Había una tarima grande donde estábamos. Por supuesto una de las cosas que más nos impresionó, fue la presentación del niño Adrián Guacarán, donde los que estábamos en tarima nos volteamos a ver de quién era esa voz tan angelical. Y el Papa se notó enseguida que se emocionó mucho», continúo.

¿Quién nombró La Catedral?

Cuando Parra Sandoval llega a ser Obispo de Ciudad Guayana, le correspondió comenzar a construir La Catedral, en el mismo sitio donde el Papa estuvo, «fue para mí una emoción muy grande».

Cada cierto tiempo, los Obispos visita al Santo Padre, Monseñor Parra Sandoval fue en 2002 «ya Juan Pablo II se encontraba bastante desgastado».

«Nos recibió sentado y al momento de sentarme a su lado me dijo ‘yo estuve en esa Diócesis y almorcé con los obreros de una industria a allá», contó.

«Se acordaba con quién había estado y almorzado con obreros, después de muchos años. Todo eso se lo sabía», apuntó.

Para cerrar, explicó que cuando era Obispo de Ciudad Guayana se dio la canonización de Juan Pablo II y ese mismo día sacó una decreto anunciando que la Catedral de Ciudad Guayana llevaría el nombre del Pontífice.

«Yo le puso el nombre porque me acuerdo de que recién llegado, todavía Juan Pablo II estaba vivo y me decían que le pusiera a La Catedral con otros nombres, como Santo Tomás, por Santo Tomé de Guayana, y todo ese poco de cosas», expreso.

En ese sentido dijo que «vamos a esperar más adelante que ocurre, pero cuando lo beatificaron y después lo canonizaron, dijo, no, esa Catedral se va a llamar San Juan Pablo II», convirtiéndose en la primera Catedral del mundo con el nombre de Juan Pablo II.

«Fue el mismo día en el Vaticano, a Juan Pablo II canonizándolo y yo aquí sacando el decreto como tal con el nombre de la Catedral. Ojalá que se pueda concretar su construcción» manifestó.

Venerar a San Juan Pablo II

Además, pidió a los feligreses guayaneses la cuiden y veneren muchísimo a San Juan Pablo II porque para esta Diócesis, él tiene una importancia muy grande, agregando que Juan Pablo II creó la Diócesis de Ciudad Guayana, dando una homilía y sermón hermosísimo sobre el trabajo.

«Hay una gran relación y mi mensaje a la feligresía sería que nunca nos olvidemos, jamás en la historia se olviden que San Juan Pablo II».

Visita de Juan Pablo II: un antes y un después

Su vinculación a los hechos que dejaron «un antes y después» en Iglesia católica guayanesa, marcaron, como a muchos, a Teodardo Porras Cardozo, empresario y devoto de la más pura convicción católica, que tiene como historia la entereza de su hermano, Monseñor Baltazar Porras estuvo como presidente de la Comisión organizadora de la visita de Juan Pablo II a Ciudad Guayana.

«Recuerdo cuando se habló de la visita del Papa en 1984, la CVG, donde estaba el ministro Leopoldo Sucre Figarella, dio las instrucciones de la visita y me escogió a mí para que estuviera al frente de la CVG de lo que pudiera hacer por la visita del Papa», contó.

Entretanto, explicó que «era el grupo de la CVG para coordinador todo lo que era las instituciones civiles, militares, eclesiásticas, etc. En esa época no había la Alcaldía, como existe en el día de hoy».

CVG guía de las zonificaciones de la ciudad

Porras Cardozo también recordó que la CVG guiaba las zonificaciones de la ciudad, de toda la Región Guayana, que las transfirieron a las alcaldías.

«Por el Gobierno, cuando se hizo el anuncio, se nombró a Antonio Oxford Muratti como coordinador general. Tenía mucha ascendencia, conocía a bastante gente en la CVG. En ese momento cuando se produjo eso, hicieron cambios la coordinación nacional en la venida del Papa, estaba un Obispo, un hombre muy joven, que por alguna razón salió de la Coordinación y es cuando asignan a mi hermano Monseñor Baltazar Porras», detalló.

«De entrada comenzamos a hacer las reuniones, entre los encargados, Antonio Oxford, yo por la CVG, vino el General del Core 8, León Orsonni. Nos reunimos con un representante de la Gobernación y nos correspondió ubicar todos los detalles de la visita que ya se organizaba», dijo.

Una de las peticiones que el presidente de la CVG, Leopoldo Sucre Figarella encomendó a Teodardo Porras tenía que ver con la ubicación de dónde se iba a hacer Misa Solemne con su Santidad Juan Pablo II, un lugar que no impidiera el tránsito vehicular «se quería proteger a la gente que iba a llegar desde distintos lugares del oriente del país».

«La tarea que nos asignaron era buscar entre Puerto Ordaz y San Félix un espacio para llevar a cabo la visita. Sitios que pudieran ser aptos. Yo era gerente de Bienes Inmuebles de la CVG y empezamos a buscar los lugares», contó.

Polémico nombramiento

«Se hizo una primera presentación donde estaba Monseñor Medardo Luzardo Romero. Era el capitán del barco», quien un año antes había sido nombrado Obispo de la Diócesis de Ciudad Guayana.

Luzardo Romero al llegar a la ciudad se enfrentó a una región que no tiene la misma ascendencia que un obispo en el oriente en comparación a Los Andes.

«En esas latitudes, el Obispo es un señor, es el que preside al lado del gobernador. Tiene una gran importancia. En Los Andes, por ejemplo, un Obispo hace una visita pastoral y lo reciben como una personalidad en las escuelas, la Alcaldía, etc.», explicó Teo Porras

Tras el nombramiento de Monseñor Medardo Luzardo Romero, se destapó una situación debido a que en la región no había Curia ni sacerdotes que estuvieran al frente, «solo habían comunidades jesuitas», por ello, las comunidades de San Félix protestaron alegando que «no se iban a someter a una persona de afuera, pues, el trabajo lo habían hecho ellos aquí, entre ellos estaba el padre Vara», reveló Porras.

«A Medardo Luzardo le correspondió empezar a colocar los hilos en su punto e incluso la visita del Papa», contó. «Los sectores de San Félix estaban negados a asistir a la Misa con Juan Pablo II, por su nombramiento, pero Monseñor mejoró la situación con su carácter. Acordaron para traer al gran evento católico, a seminaristas».

También en la escogencia del sitio, hubo reuniones y visitas para dar con  el lugar apropiado para la Misa Papal.

Sitios candidatos para la Misa Papal

«Le presenté varios sitios, primero en San Félix. ‘¿Dónde lo podemos hacer?’. Salió la explanada en la Plaza Bolívar de San Félix, otra donde luego se construyó el estadio de béisbol de La Ceiba, lo que hoy es el Parque Guayana Esequiba, antiguo Parque La Fundación, donde se puso la primera piedra fundacional. Todas esas cosas se estuvieron, se cotejaron», siguió.

También se tomaron en cuenta donde se hacían los carnavales «se estudió esa opción, pero habían obstáculos con una y otra, sobre todo por el tráfico vehicular y que la ciudad no se trancaran y crearan un caos».

Por el lado de Puerto Ordaz, el primer sitio que se vio, donde finalmente se hizo la Misa Papal, el entonces terreno, que actualmente se levanta la Catedral ‘San Juan Pablo II’.

No obstante, se hizo «una revisión de las autopistas que dan salida de la ciudad con dos distribuidores donde había unos puentes, buscando siempre la circulación menos traumática de la ciudad».

«Se plantearon esas opciones, otras como en los propios predios de Sidor y las  propuestas se presentaron a Sucre Figarella y al propio Monseñor Medardo Luzardo para escoger el lugar».

Decisión final trajo nuevas incomodidades

A la decisión final, hubo nuevas incomodidades de San Félix, que levantaron su voz amenazando que no asistirían al evento, sino se realizaba en San Félix, que decían dejaban por fuera de la visita Papal a estas comunidades.

En aquel tiempo, solo había un puente sobre el río Caroní, «no los dos que hoy tenemos además del Puente Angosturita también con gran amplitud para la circulación».

«Hubo que hacer una serie de cosas y una de ellas que nos favoreció es que anunciaron desde Caracas que el Papa tenía una agenda bastante compleja, que estaba un poco cansado, pero cuando él viniera, tenía que hacer en la tarde para que él saliera en la mañana con tranquilidad, pues no lo dejaban dormir en la avenida La Salle de Caracas, pidiéndole la bendición», añadió Porras.

El cambio durante la marcha del evento, puso enseguida a correr nuevamente a todos los organizadores locales para analizar temas de seguridad, de la luz que no había si se realizaba en la tarde, de muchos aspectos, que además de los integrantes locales del Comité organizador local, sumaban ahora el secretario privado del propio Papa Juan Pablo II, Cardenal Agostino Casaroli.

«El Secretario del Papa estuvo aquí varios días antes. Nos reunimos con él, y gracias él se escogió el lugar para llevar a cabo la Misa Papal del 29 de enero de 1985».

«El mismo dijo que ese el mejor sitio cuando observó el lugar, que era mejor y las cosas que haya que hacer, nosotros nos encargamos de ello le dijimos. Pudimos hablar con el Sucre Figarella, lo recibió y se llegó al punto que fuera en la explanada de Alta Vista, donde íbamos a hacer todo lo que hubiera que hacer y el también Ministro dijo, hagan lo que tengan que hacer».

Preparación para la visita

Con los vistos buenos del General León Orsoni, el secretario privado del Papa, de Leopoldo Figarella y Monseñor Luzardo.

«Comenzamos a trabajar sobre los esquemas para cumplir con la visita papal, saber cuántos iban a venir y de allí comenzaron a surgir esas anécdotas cómo la que ocupó al único edificio que estaba enfrente de donde estaría ubicada la tarima del Papa Juan Pablo II, y donde, increíblemente, hubo gente que empezó a alquilar los pisos, y hubo que meter hasta la Guardia Nacional».

También la planificación y se desarrolló  un esquema donde fuera colocado el Papa y que los asistentes no fueran tapados para ver el evento directamente.

«Empezamos a tomar los tiempos. Lo iban a recibir unos niños. Quienes eran esos niños. Todo para revisar por completo, y que sean niños que  representen a las empresas, recordando que es un Papa polaco».

Listado para tener contacto con el Papa

«Se decidió que los niños serían estuvieran vestidos con los uniformes de las empresas básicas. Todo era con una lista, todas las personas que debían estar con contacto directo con el Papa, debían estar acuñadas en los listados».

«Se armó una lista que no se imaginan el tamaño de la lista que manejaba el Comisario Marú de la entonces PTJ, que pedía por ejemplo una lista exacta de todos quienes van a estar cerca o no del Papa, hasta los niños con sus cédulas. Pilas con eso nos decía, mientras esgrimía una computadora que era un espectáculo y que le servía para chequear a cada una de las personas que estarían en el que ya se presumía sería un evento multitudinario», acuñó Porras.

Se chequearon las personalidades que iban a cerca, el gobernador del estado Bolívar –Edgar Valleé Valleé- , el presidente de Sidor, César Mendoza, de la CVG, se hicieron unos tres recorridos al entorno ya con la visita más cercana.

Reunir la feligresía que se gestó en esta visita, fue parte del amplio trabajo cumplido para el acceso de los asistentes, todos, incluidos por supuesto la comitiva que acompañó a Juan Pablo II.

Tarima puesta por los empresarios guayaneses

«Para la tarima hablamos de construir una muy especial, y aquí surge a la memoria el nombre de Gonzalo Carrillo, dijo con su empresa, que montaba la tarima y lo hizo con otros empresarios», quienes pagaron todo, convirtiéndose en un hecho importante».

También comentó Porras que el Secretario del Papa se decidió la ubicación de los curas, padres, sacerdotes y Obispos presentes.

«Cuanto la tarima quedó lista, hicimos una prueba de resistencia, y nos trajimos todos los militares del Coreo 8 y del Destacamento 88. Los montamos arriba en la tarima, incluso les pusieron música para que bailaran y todo, y la prueba de calidad, estuvo felizmente en positivo».

Talud disfrazados de plantas

«Con el talud que se encontraba allí, surgió la idea de ponerle matas, y aquí llamamos a Fernando Sayalero que tenía un vivero, le pedimos el apoyo, con más de dos mil matas de Navidad, el hombre se puso en eso, abrimos los huequitos para colocar las matas y quedó todo bien. El nombre hay que decirlo, no cobró nada. Hubo gente entregada a ese evento».

Lastimosamente cuando el Papa se fue, se armó aquel zaperoco, con la gente impulsando para salir, pasaron por donde las Matas «y se robaron todas las matas, no quedó ninguna. Todo el mundo se las llevó».

La tarima donde se montaron los niños a cantar, se chequeó, al igual que donde se puso el pianista Rafael Calvo y su esposa, que animarían de acuerdo al protocolo establecido.

Destino de la tarima de la Misa Papal

La idea era cuidar todos los detalles y nuevamente empresarios del área metalmecánica ofrendaron esta obra, también comprometidos con la visita del ahora San Juan Pablo II.

«Lo que quedó de esa tarima, es la estructura es la que hoy adorna el Colegio Nuestra Señora de Fátima porque las hermanas nos apoyaron y se les entregó», concluyó.

¿Dónde ponemos al Papa?

Los detalles íntimos de la visita papal a Ciudad Guayana, recuerdan qué bajo la tarima colocaron dos tráileres de Alcasa, que trajeron y revistieron, poniendo precioso con el trabajo de varias señoras, que adornaron todo. El aire acondicionado se probó, unos niños le prepararon una galleticas, todo bien acomodado.

En el turno de las ofrendas, todo el mundo quería llevarle una al Papa Juan Pablo II, entre ellos unos artesanos de El Pao querían que algo de su creación pudiera estar cerca de donde estuvo el Papa.

«Ese fue un lío porque hubo quienes elaboraron con un cirio para colocar velas, que la hicieron de estructuras metálicas, horribles, pero muy prácticas», entre otras situaciones.

Práctica de las lecturas

Las lecturas de la Misa se enseñaron y prepararon, para ello «el secretario del Papa Juan Pablo II» acompañó a Medrano Luzardo para esa selección.

«Vinieron a practicar cómo iba a ser la entrada de las lecturas para las ofrendas, la comunicación, y una cosa anecdótica se colocó Francisco Castro –quien leía muy bien- para practicar la primera lectura, y cuando comenzó (leyó literalmente Lectura del…). No. No. Usted sabe quién va a estar aquí (dijo el secretario papal), el Papa, el Papa, entonces usted no tiene que leer, tiene que proclamar, primera lectura…hasta esos detalles se cuidaron, sin ningún problema», parte de los detalles litúrgicos vividos.

Otros detalles que precisamente rodearon la visita de Juan Pablo II a nuestra ciudad, tienen que ver con el icónico barco anclado en el Muelle de Sidor, el Cristóforo Colombo.

Montaje del Altar

Para montar el Altar, Porras dijo que «para montar el Altar, ¿Qué ponemos? Nos fuimos nosotros a buscar donde estaban chatarreando el Cristóforo Colombo. Ya lo habíamos visitado al Muelle de Sidor, y entonces Monseñor Medardo Luzardo, dijo para llevar Altar que había allí. Se acomodó, estaba en perfecto estado, que era de la Capilla del citado barco y ese fue el Altar que utilizó el Papa».

Con respecto a la silla donde se sentó el Papa, se debían colocar tres importantes, la central, la del Papa y unos un poquito más abajo, y hubo numerosas solicitudes, muchos querían hacer la silla donde se sentaría el Papa y se decidió recibir todas las peticiones, que eran numerosas.

«Dime tú, en donde se sentó el Papa. No te lo puedo decir. Todo el mundo se llevó su silla, y en esa silla se sentó el Papa, eran todas iguales porque se les dio el modelo, y la trajeron con tiempo sin ningún inconveniente y hasta las revisamos por debajo para que no hubiera ningún inconveniente, la policía las reviso, se limpiaron todas las sillas después de la visita papal y donde hoy en día, tienen muchos estas sillas. Donde se sentó el Papa Juan Pablo II, la silla está ubicada en la Residencia del Obispo, Monseñor Alfredo Cabezas Mendoza, que está en el sector del Campo B de Ferrominera Orinoco», recordó el entrevistado.

El recordatorio de la visita del Papa San Juan Pablo II, desde la óptica de Teodardo Porras nos permite recordar aún más, detalles íntimos que formaron parte esta visita del sumo pontífice que realizó tal vez uno de los Papas más queridos que ha tenido la Iglesia Católica en toda su historia.

Homenaje de su visita

La visita que hoy recordamos del Papa Juan Pablo II; forma parte de este homenaje que le hacemos al Santo Padre, este  22 de Octubre, en honor al inicio del Pontificado de San Juan Pablo II en el año 1978.

Y bajo esos conceptos este trabajo especial para celebrar ese icónico momento.

Porras formó parte de los feligreses que tomaron la comunión de su Santidad, recordando que «mis dos hijos tomaron la comunicación, junto a su esposa Maura Miriam Ponceleon y entonces los jóvenes hijos Mairim, de 13 años y Temir, de 11 añitos. Una bendición que nos dieron a varios de los que estábamos en el comité, para que recibiéramos la comunión de manos del Santo Padre».

Hay que decir que con su hermano, el Cardenal Baltazar Porras, Teodardo, tuvo comunicación para el evento. Baltazar vino algunas veces a Guayana con el Secretario del propio Papa para coordinar avances específicos.

«Sí, venía para verificar que todo lo tuviéramos preparado, que todo saliera bien, porque ‘Balta’ era el coordinador nacional. Pero no hubo ningún inconveniente. Pero hay que decir que el artífice de todo lo que allí ocurrió, el artífice verdadero, fue Monseñor Medardo Luzardo Romero, primer Obispo de Ciudad Guayana, valió lo que pesa en oro. Con su gran carácter, el primer Obispo de Ciudad Guayana», certificó Teodardo.

Significado de la visita para Teodardo

Teodardo Porras dejó un especial testimonio de lo que esta visita significó, diciendo que «lo que queda por hacer es que uno en la vida puede hacer muchas cosas, sin ser héroe».

«En la vida de cada quien han pasado cosas que luego uno dice, yo estuve allí, hice tal cosa, porque a lo mejor no le daba la importancia en su momento determinado. Y a mí me han pasado cosas en la vida que luego una recuerda, años más tarde y las rememora», mencionó.

«El mensaje que yo puedo darle la gente, es que las cosas que tú haces, que en un momento determinado te parecen que no son importantes, pasa el tiempo y dices, yo estuve allí, yo conocí a San Juan Pablo II».

«Ciudad Guayana tiene el orgullo de haber tenido la visita de dos santos, uno San Juan Pablo II y la Madre Teresa de Calcuta», sentenció.

«El trabajo para el hombre, y no el hombre para el trabajo»

Raúl Yegres Coronado, laico comprometido y servidor del Señor, se encontraba en ese momento sirviendo a través de la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe y a la Diócesis de Ciudad Guayana a través de la radio en su escuchado programa católico ‘Entre lo humano y lo Divino’.

«Era un laico, no comprometido pero sí bautizado. No tenía todavía en esa época de la visita del Papa Juan Pablo II compromiso con la Iglesia. Trabajaba en Sidor, era un profesional y trabajaba en la Gerencia de Productos Planos como Supervisor de Mantenimiento cuando llegó el Papa».

Dijo que le tocó en ese momento, que formaba parte de la entonces conocida como Misión Nacional «estaba trabajando para la venida del Papa y había escuchado, muchas invitaciones para eso, pero como te decía, como no había ningún compromiso con la Iglesia, no asumí ningún rol, aunque mucha gente de la urbanización de Villa Asia, sí eran comprometidos, pasaban por las casas informando que venía el Papa y todo lo demás. Invitándonos».

Mucho movimiento en las calles

Yegres recuerda que ese día le tocó trabajar, el 29 de enero de 1985, y que durante la mañana había mucho movimiento en las calles.

«Yo salí de misa a la casa, Como a las 9:30 salí de la casa a tratar de acceder hacia Alta Vista. Pero como no tenía idea de lo que se había planificado, subí y no pude acceder. Había mucho movimiento en las calles. Confluía mucha gente en todos los puntos cardinales y me tuvo que regresar a la casa. Vi muchos policías y militares en las calles, había un cordón de seguridad muy grande, pero había mucha fluidez de gente que estaba yendo a la concentración. Había gente que venía de Oriente, mucha gente y también del estado Nueva Esparta, venían caminando desde sectores del ingreso a la ciudad, porque ya se había colocado los anillos de seguridad».

En el tema que especialmente hemos convocado a Yegres, el de la visita del Papa San Juan Pablo II, es en la ciudad, del que requerimos el conocer y recordar esos detalles especiales.

«Me fui al trabajo en el transporte, no en mi carro. Había una instrucción que lo hiciéramos, el traslado en autobús y no en carro, por los operativos que había en la ciudad», resaltó.

«Llegué a la hora, me pasó buscando el transporte a las dos de la tarde y en ese momento que llegué a la planta, conocemos que había una instrucción de que teníamos un autobús a la disposición que nos iba a llevar al, edificio administrativo de Sidor, en la entrada porque el Papa quería tener un contacto con los trabajadores. Además del acto que tenía pautado en el séptimo piso donde estaba en comedor donde iba a almorzar con los trabajadores».

Encuentro con los sidoristas

El Santo Padre compartió un almuerzo con directivos, trabajadores y obreros de las industrias básicas de la región. Este encuentro íntimo reforzó su cercanía y respeto por la clase trabajadora, sujeta de su doctrina social, como referencian datos aportados para la época.

De hecho, «me acuerdo de que le tocó a un compañero trabajador de Sidor, el señor Virgilio, no recuerdo su apellido, que era un vigilante, que era el trabajador más antiguo, y a él le correspondió recibir al Papa allá arriba y entregarle un presente de parte de nosotros los trabajadores, además de los presentes que le entregaron el presidente de Sidor César Mendoza, estaba el presidente de la CVG, todo el tren ejecutivo estaba allá arriba en el piso siete».

El relato de este histórico momento, lo recuerda Yegres con mucho cariño, ya que tras el acto del comedor sidorista, el Papa Juan Pablo II se asoma al ventanal de dicho sector de la empresa.

Palabras a los trabajadores

«Nosotros reunidos en el estacionamiento de este edificio administrativo. Él se asomó, nos saludó y nos dirigió unas palabras. Él le tocó hablar sobre lo que era la misión de los trabajadores, parte de lo que ya había hablado aquí en la homilía y nos decía e insistía que el trabajo se hizo para el hombre, y no el hombre para el trabajo. Y que el hombre no se debía esclavizar para el trabajo, ya que existía otros aspectos importantes como la familia, la parte social, porque si no se iba a convertir en un esclavo».

«Nos habló mucho de eso. Más o menos conversó con nosotros unos 12 minutos arriba y luego bajó, el Papa Móvil estaba abajo, antes ya se había designado un grupo selecto de trabajadores entre los que me encontraba como integrante de la parte de Productos Planos y nos dio la mano, nos saludó. Era un grupo de 70 trabajadores más o menos, era un protocolo establecido porque había que pasar, saludar y seguir. Un procedimiento muy rápido y de ahí terminó ese evento, y nos tocó ir a casa».

«Se trató de un momento especial para cualquiera. Pero cuando tú no tienes dentro de tus prioridades, el tema religioso, pues pasa como un momento como social, alegre, pero no había una connotación religiosa importante, pasa por el haberle apenas dado la mano al Papa».

Cambian muchas cosas

«Yo tengo otra cosa, el estar abajo esperando al Papa en Sidor, darle la mano y recibir el mensaje, de verdad es que ahí se cambian muchas cosas, porque tú comienzas a escuchar para ti, cuando uno es mundano, del mundo, comienzan a escuchar un hombre que es el representante de Sidor en la tierra, comienzan a escuchar palabras como esas de hablar de la familia, del trabajo y hablar del compromiso que debemos tener nosotros como trabajadores, etc. Eso sí te resuena en la cabeza y me quedó a mí».

«Es como contrastar la vida con la que vienes y contrastarla con la que ves, con un hombre que te habla con la categoría que lo hizo el Papa y eso a uno se le queda guardado en el disco duro, así sigas viviendo la vida que llevas».

Realmente la visita del Papa a Sidor, fue sin lugar a dudas, un homenaje al trabajo, la inclusión de Ciudad Guayana en el itinerario resaltó el valor que el pontífice dio a la dignidad del trabajo y a la clase obrera, siendo un punto culminante este encuentro referido con los trabajadores siderúrgicos.

Adrián Guacarán: programa especial y datos revelados

Durante sus actividades religiosas, Raúl Yegres habló de un contacto que hizo en un programa católico, en la que estando con el Obispo Mariano Parra Sandoval en Radio Familia, Yegres invitó al César Mendoza, presidente de Sidor y al Diácono José Malavé, en un programa para recordar la venida del Papa Juan Pablo II.

«Se da la idea de conversar con Adrián Guacarán, Monseñor Mariano lo llama de su móvil, y le dice que querían conocer algunas impresiones de ese especial día de la visita de Juan Pablo II».

«Le pregunté cómo llegó a Ciudad Guayana y como llegó a cantar esa canción. Es cuando él me dice que las hermanitas de Caucagua, lo escogen a él para cantarle al Papa, pero que venía con una condición, que iba a cantar sí la liturgia y sobre todo la comunión se extendía, entonces él venía literalmente como un lleno y mientras tanto debía cantar en el coro que había en la tarima».

Interpretación de Adrián Guacarán

La eucaristía «se extendió tanto por la cantidad que había durante la comunión, entonces lo ponen a cantar la canción de ‘El Peregrino’, la feligresía, obispos, curas y el mismo Papa se impresionan. Una canción tan melodiosa, venida de un niño. Creo que llamó la atención del Papa».

Luego, «le pregunté qué le dijo al Papa Juan Pablo II cuando lo llamó y que te dijo él. El Papa, nos contó, que abrazó y yo le dije en el oído al Papa que bendijera a los niños de Caucagua y el Papa me dijo, bendigo a los niños de Caucagua, te bendigo a ti y bendigo a todos los niños de Venezuela y le dio un abrazo, la bendición y le regaló un rosario y él al momento de lo que pasó, se puso a llorar».

El icónico encuentro del Papa Juan Pablo II con el niño cantor Adrián Guacarán en lo más alto de la tarima de la explanada de Alta Vista.

Yegres confiesa sobre lo importante que representó la visita del Papa en el plano personal, dijo «primero dejó un mensaje muy claro a los trabajadores con la Misa de la explanada de Alta Vista. La figura del Papa y todo lo que representa el Papa, toda esa carga espiritual de un hombre como ese, deja otras cargas espirituales».

Juan Pablo II «movió la fibra espiritual de mucha gente que trabajó en la llamada Misión Nacional, que lo hizo como laicos para acompañar y contagiar a la gente, y de ese grupo, nacieron muchas vocaciones sacerdotales, muchos matrimonios santos, comprometidos con la Iglesia Católica, como el mío por ejemplo».

Compromiso con la Iglesia

«A partir de ese momento fue para mí, ese chip e información que se guardó en mi disco duro que luego se desarrolló, luego se soltó y por un encuentro del Señor, que a uno lo mandan, porque Dios no hace las cosas por casualidades, en la vida no hay casualidades, las cosas se hacen porque Dios te va a preparando», continuó.

«Ese encuentro con el Papa, muy fortuito, yo entonces no estaba comprometido en 1985, sí en 1996 –segunda visita del Papa- y trabajaba para la parroquia La Coromoto-. Ya estando comprometido se me abrió muchas cosas, particularmente se me abrió en la vida espiritual un campo muy grande y me estiró a comprometerme más con la Iglesia, a trabajar más con el trato de la caridad, la entrega por los pobres, el amor de los demás, todo eso es fruto de los carismas que nacieron con la visita del Papa San Juan Pablo II».

Christian Malagón Forero: ¿Guacarán «un niño odioso»?

Como base al sustento explícito de lo ocurrido en esa histórica visita, entrevistamos al hoy Ing. egresado de la Universidad Simón Bolívar, Chistian Malagón Forero para develar algunos detalles que surgieron en este trabajo de investigación y que rodearon la visita del sumo pontífice a tierras guayanesas.

«Para octubre de 1984, la Nunciatura Apostólica anunció que el Papa Juan Pablo II visitaría a algunos países de Sudamérica: Venezuela, Ecuador, Perú y la isla de Trinidad. Se escuchaban rumores de la visita, pero hasta octubre se tuvo la confirmación. El paso de su Santidad por Caracas, Maracaibo, Mérida y finalmente Ciudad Guayana, era el anuncio de que no visitaría a la capital y ya… era una muestra de querer incluir partes importantes de la geografía venezolana», recordó Malagón Forero.

Más adelante citó que «estábamos en Ciudad Guayana, ciudad joven elegida por representar la fuerza obrera de las empresas básicas de extracción minera de la nación, de poco más de 30 años de fundada y una oportunidad pastoral interesante de una ciudad en crecimiento, y para cubrir geográficamente diferentes zonas del país».

Coro especial para el Papa

Y aquí viene tal vez un tema que nadie refirió en su momento, pero que forma parte de las memorias de muchos niños y niñas pertenecientes al Coro Especial que se formó para la ocasión.

«En lo que respecta a la planificación de la visita en Ciudad Guayana, surgió la idea de que la Misa contara con un coro infantil, con niñas y niños de primaria, y buscaba resaltar el mensaje del Papa a las futuras generaciones».

En ese sentido, «varios colegios católicos de la región como el Fe y Alegría de Puerto Ordaz, Colegio Loyola Gumilla, Colegio Nazaret, Colegio Fátima de San Félix y el Colegio La Salle, entre otros, se dieron a la tarea de escoger a los niños qué en dicho coro, participarían».

Casting

Siguió que «en cada colegio se hizo el casting de los participantes, por una persona, que nunca supe su nombre, que llegaba con su teclado eléctrico en el Salón Grande del colegio y nos puso a cantar, uno por uno, a los niños que nos quisiéramos postular»

«A mis 12 años de edad, junto a mis compañeros del sexto grado del Colegio Loyola de Puerto Ordaz, estábamos en pleno proceso de cambio de la tierna voz, de niño a un intento de voz más gruesa que nos mostraba mayores, ‘más hombres'». Este señor del teclado, nos puso a cantar a cada uno el coro del Himno Nacional e iba escogiendo según su criterio»

Yo en esa época, era de los más altos, de los últimos y me permitió ver y escuchar que, los que cantaban con voz grave no los elegían y los que tenían voz aguda de los hombres, y las niñas que cantaran decente, las escogían. Y bueno, todavía yo estaba en mi evolución de voz y se me ocurrió cantar con voz aguda y ser elegido», devela.

Ensayos del coro

«Para noviembre y diciembre del 84, teníamos ensayos periódicos con todas las canciones, incluida la famosa ‘El Peregrino’ donde ensayábamos toda la letra».

«A mediados de enero de 1985, hicimos un ensayo general y allí llegó un niño, más chico que yo, unos 11 años, entendíamos que era familiar de una maestra del Colegio Fe y Alegría, pero que venía de la capital (luego supe que según venía de Miranda), y lo pusieron con nosotros

«Cara seria, para niños como nosotros que íbamos a ensayar y divertirnos con nuestros amigos, ver a un niño que no nos dirigía la palabra aunque lo saludábamos e invitábamos a jugar y conversar con el grupo, se nos hizo ‘odioso’ y lo dejamos»

En el ensayo «nos cambiaron la seña» porque en la canción “El Peregrino”, solo cantaríamos los coros, ya que las estrofas lo haría este niño».

Canto al papa Juan Pablo II

El relato nos lleva a la presentación más famosa de una visita del Papa Juan Pablo II en Venezuela, y nos descubre más detalles inéditos.

«Nos citaron el martes 29 de enero de 1985 en horas de la madrugada en el Colegio Loyola Gumilla. Mi papá, Julio Rodrigo Malagón Perilla me llevó y allá nos dejó», contó.

«Tenía dos pases para lugares un poco más cercanos, para la Misa, que nos otorgaron a los niños del coro. Caminando nos fuimos a la explanada para prepararnos».

«Nos dijeron que no habláramos tanto para no ‘gastar la voz’. Nos llevaron a las gradas al lado del altar donde el Papa ofició la misa y allí sentados esperamos. Vimos por segunda vez al niño ‘odioso’ que no nos quería hablar. Después entendíamos que no quería hablar mucho, para ‘preservar su voz’, cuando al momento de la comunión, nos tocó cantar esa canción. Él, cantaba y nosotros solo el coro.»

Después que la misa concluyó y el Papa partiría a la zona de Matanzas, donde se ubican las empresas básicas, y en SIDOR, tendría un almuerzo con un grupo de trabajadores de dicha empresas.

El encuentro previsto con los obreros venezolanos «se cumplía como constó en el protocolo de índole vaticana que rodeo esta visita papal».

La interpretación de Adrián Guacarán cautivó a millones, aunque en su entorno dieron referencia de un niño “odioso” para su edad.

Canción ‘El Peregrino’

De la canción ‘El Peregrino’, mucho se ha comentado, en lo que fue la participación del niño Adrián Guacarán, que dio la vuelta al mundo, pero el que se ha ido descubriendo datos, para muchos, desconocidos.

La canción en referencia, no pertenece como cantautor a Guacarán, que también se identifica como ‘Amigo Soy’ no solo era musicalmente conmovedora, sino que su letra tenía un simbolismo directo con la figura del Papa, a quien se le conocía como el ‘Peregrino de la Paz’.

Adrián Guacarán: figura del momento

El niño Adrián Guacarán se convirtió en una figura instantánea y su actuación improvisada es recordada como un símbolo de la fe y la sencillez del pueblo venezolano y de la capacidad de Juan Pablo II para conectar con la gente más allá de los formalismos.

Vale dejar para las nuevas generaciones, información directa de la misma canción, que Adrián Guacarán ciertamente la hizo famosa, pero que su creación y composición pertenecen al cantautor español Ricardo Cantalapiedra, mientras que la monja Amanda Rivas le enseñó la canción a Guacarán para su primera comunión.

Autor de ‘El Peregrino’

Cantalapiedra era un periodista, cantautor y escritor español, nacido en 1944 en Carrizo de la Ribera, León, y fallecido en Madrid en 2017. Esta obra pertenece a su faceta como cantautor de música religiosa y popular.

De hecho, la canción «El Peregrino» está incluida en su discografía de temática religiosa, destacando un mensaje social en el contexto de la fe.

Algunos señalan a Amanda Rivas como la autora de la canción, o al menos como coautora junto a Ricardo Cantalapiedra.

En el contexto, se menciona a una persona que la identifica como «una Hermana de una Congregación española en Venezuela» de nombre Amanda Rivas.

Catedral de Guayana: ¿qué viene en el horizonte?

No se podía dejar por fuera la actualidad de La Catedral de Ciudad Guayana, obra que se erige en la entonces llamada explanada de Alta Vista, que visitó como el máximo apóstol de la Iglesia Católica, el Papa San Juan Pablo II.

El crecimiento que se ha logrado, tiene a un gran responsable, al Párroco de La Catedral, padre Gerardo Moreno, en su labor como siervo de Dios, que ha sido en los últimos años de esta importante obra que la Iglesia católica y sus feligreses, reconocen realmente al gran pastor de esta obra.

Gerardo Moreno es el actual párroco de La Catedral San Juan Pablo II desde el 8 de febrero del año 2018, tras cumplir con varios caminos dentro de la vida católica, que inició en El Callao, donde lo ordenaron como sacerdote.

«Allá estuve mis primeros 4 años, luego me cambiaron a unas parroquias de Ciudad Guayana», recuerda Moreno antes hablar sobre la actualidad de la Catedral que lleva el nombre del ‘Papa bueno’ como se le conoció al sumo pontífice.

El padre Gerardo Aquiles Moreno Torrealba, párroco de La catedral San Juan Pablo II posa con el diseño de la obra que se levanta en tierra Santa.

Parte inferior terminada de la Catedral

«No sé exactamente hablar de un porcentaje que tiene de construida la Catedral, lo que puedo decir es que la etapa inferior ya la terminamos. Ahora nos ocupa impulsar la etapa superior que es la que lleva el techo. Pero toda la parte inferior, donde se encuentra la cripta, que hace la función de capilla, todo esto está listo», contó.

«Con aire acondicionado, la gente está más cómoda tiene piso de granito, tiene prácticamente todo. Entonces así vamos, dos etapas, la etapa inferior y la etapa superior», razonó el padre Moreno.

«En la etapa superior, se implica el techo y se hace el llamado a la gente que pueda apoyar, los empresarios que vengan a ver, y no solamente para el apoyo, sino que vengan a ver los avances», expuso.

«Sobre los años que nos restan para los 50 años de la Diócesis de Ciudad Guayana, que nos queda como 4 años, y ante su exposición, la de inaugurar la obra, contando con la visita del Papa, sería una gran bendición. Sí Dios así lo quiera y lo permita y ponga las herramientas y los recursos y a la gente y disposición de las personas que quieran ayudar», citó Moreno.

Única con su nombre

El hecho de tratarse la única Catedral con el nombre de San Juan Pablo II, permite recordar a Moreno que «hasta ahora es la única Catedral en el mundo dedicada a San Juan Pablo II. Monseñor Mariano Parra Sandoval es el que decide colocarle este nombre junto a su equipo de trabajo de sacerdotes, que lo acompañaban».

Felicitó con mucho orgullo y agradecimiento «que a la misa dominical, van más de 400 personas, la de las nueve de la mañana. Antes cuando no teníamos aire iban, y ahora van más, que tenemos aire acondicionado, que están más cómodos».

Moreno expone algunos avances que se están materializando y otros a los que hizo un llamado, para poder contar por el ejemplo, con el tema del asfaltado.

«Sidor allí nos apoyó con la escoria, en parte del frente. Sin embargo, quisiéramos tener el asfaltado, se había hablado con el gobernador anterior, pero no hemos podido hablar con la actual gobernadora para ver si nos pueden apoyar con ese trabajo, el asfaltado».

Privilegio de estar frente a la Catedral

«Es un privilegio están al frente de La Catedral, pero no porque sea la obra, sino porque allí estuvo el Papa Juan Pablo II, es una tierra santa, sagrada que fue pisada por un Santo, y uno se siente alegre al saber que hasta ahora, ni siquiera en Polonia, se está haciendo una Catedral, o hay una catedral dedicada a Juan Pablo II. Nosotros somos los primeros y Guayana es la privilegiada, y Guayana era la única ciudad grande que no tenía Catedral. Todas tenían, menos nosotros».

Eventos para este 22 de octubre

Es lógico suponer que el cierre de este trabajo, que tiene que ver con la conmemoración del Día de San Juan Pablo II, apuntalado por la Iglesia Católica mundial, citar los eventos que se cumplirán para esta celebración.»

«Previo a eso, estuvimos en los sectores de la Parroquia, celebrando la novena, luego el sábado 18 hicimos la caminata familiar donde agradecimos a Dios, por el Papa y el día 22 de Octubre, temprano, tendremos el Rosario como agradecimiento a la Virgen, al Papa que amó tanto a la Virgen María, y que arrancará a las 7:30 am en el templo y luego a las 5:30 pm, tendremos la Eucaristía Solemne, presidida por el Monseñor Obispo Carlos Cabezas», informó el padre Gerardo Moreno.

A su vez, recordó que como ocurrirá en este caso, que cuando una Parroquia está de fiesta, las Parroquias de la zona no celebran Misa y vamos todos a la que está celebrando, como el caso de nosotros este miércoles.

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