La Paz.- La identificación de la divinidad o las imágenes que la representan con los problemas humanos no es algo nuevo, con advocaciones religiosas de Cristo a lo largo de la historia como emperador, rey, obrero, campesino o como en el caso de Bolivia con tapabocas y traje de bioseguridad, toda una actualización de la teología popular.

Las pequeñas figuras de estuco hechas a mano en los talleres artesanales de La Paz para el Belén o pesebres navideños se han acomodado a los nuevos tiempos, en este caso a la pandemia que también afecta a Bolivia ante la alerta de un rebrote, tras cerca de 9.000 fallecidos y unas 145.000 infecciones desde marzo pasado.

«Están comprado, gracias a Dios hay compradores», dijo a Efe entusiasmada Eloísa, dueña de un puesto en la tradicional feria navideña de La Paz hace 55 años, que por primera vez estuvo bajo el riesgo de que no se realice la habitual exposición por la situación de sanidad.

En el kiosco de Eloísa abundan los vestuarios tradicionales para la imagen del Niño Jesús, con flecos y bordados de colores que replican el estilo de la colonia, pero también los trajes enteros, similares a aquellos de material sintético que la gente más precavida usa a diario en la calle para evitar el contagio.

Tapabocas o barbijos que tienen la finalidad de calzar con la nariz y la boca de la pequeña estatuilla en espacios como de un centímetro o dos y que es un desafío para los artesanos que buscan retratar la realidad en aquellas representaciones.

ARTESANÍA Y RELIGIÓN

La manifestación de esta artesana es imposible de separar de sus creencias religiosas, ya que considera que la nueva representación se inspira en un año duro en el que «mucha gente se ha ido» sin despedirse, como amigos y familiares, a causa de la enfermedad, una muestra de los límites humanos ante el nuevo coronavirus.

«Vamos a salir de esta pandemia, vamos a ser felices sin usar ya los barbijos. Vamos a caminar como caminábamos antes, agarrándonos de la mano, sonreír, andar por las plazas, andar por la calle sin temor al contagio», es el sentir de Eloísa que considera que el recordatorio del nacimiento del Niño Jesús será favorable.

No obstante, no todos los puestos de la feria de Navidad en La Paz han decidido replicar la imagen de los tapabocas o hasta aquellas máscaras plásticas transparentes que protegen los ojos, la nariz y la boca.

Muchos sitios de venta mantienen el estilo antiguo o tradicional de la antiquísima escuela cuzqueña peruana que ha influido en la región con representaciones del Niño Jesús algo barrocas de pelo ensortijado, ojos grandes y expresión piadosa.

LA CONTROVERSIA TEOLÓGICA

Detrás está un nuevo dilema teológico, si el Niño Jesús es Dios «¿podría enfermarse con covid?», respondió una otra vendedora que atendió la pregunta de si era bien visto que las imágenes religiosas usaran el tapabocas, toda una polémica de la naturaleza divina o humana de Jesucristo de siglos trasladada a una feria artesanal.

Y es que así como mucha gente ve con afecto esa identificación de la divinidad con los problemas humanos, hay quienes consideran de que puede ser hasta irrespetuoso achacar a Dios los problemas del mundo cuando es Todopoderoso.

Lo cierto es que en la feria de Navidad de La Paz hay espacio para todo tipo de credos, para los que discuten popularmente en torno a de si el Niño Jesús debe portar tapabocas o no, los tradicionalistas y aquellos que ven en esta temporada un espacio más comercial que espiritual.

La feria de Navidad en La Paz se instaló los primeros días de diciembre, justo cuando el Gobierno nacional autorizó los eventos masivos con la única recomendación de que se mantengan las medidas de bioseguridad.

 

EFE

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