El equipo de la UCV demostró su jerarquía de campeón del Torneo Apertura al vencer a Carabobo y conquistar la Copa Venezuela en el estadio Misael Delgado.
El encuentro, sumamente cerrado, culminó sin goles tras los 90 minutos reglamentarios, llevando la definición a la emocionante tanda de penales, donde los universitarios se impusieron con un resultado final de 3-4.
Inicio granate y el muro tricolor
El partido comenzó con un claro dominio de la localía, sintiéndose la presión de la afición en Valencia. Carabobo, conocido como el «Granate», ubicó su volumen de juego en campo rival, mostrando efectividad en la recuperación tras pérdida.
Apenas a los seis minutos, Franner López intentó romper la ansiedad con un disparo de media distancia que se fue por encima del pórtico de Miguel Silva, el portero de UCV.
La táctica granate, con su bloque alto y su línea defensiva cerca del mediocampo, buscaba asegurar las segundas jugadas. Los volantes ofensivos de Daniel Farías, como Freiver Ruíz por la amplitud y Yohandry Orozco junto a Angelo Lucena por los pasillos internos, aportaban gran movilidad.
Sin embargo, la UCV respondió tácticamente, con Kendry Mendoza realizando una marca férrea sobre «La Perla» Orozco, impidiéndole jugar de cara al arco.
La solidez defensiva y la paciencia de la UCV comenzaron a descifrar el ataque valenciano, controlando balones filtrados y evitando que el delantero José Riasco recibiera balones limpios.
Pese a esto, Angelo Lucena generó un gran susto al llegar sin marca al área y sacar un disparo ajustado que pasó cerca del parante derecho de UCV. Con el avance de los minutos y la falta de opciones en las transiciones rápidas, la escuadra capitalina optó por adelantar sus líneas.
Antes del descanso, Orozco probó con su pierna menos hábil tras una serie de rebotes, obligando al portero Silva a responder con reflejos espectaculares.
Dramatismo y heroísmo al final
En la segunda mitad, el duelo entre el central de UCV, Simarra, y el artillero Riasco mantuvo a la afición al borde del asiento. El ingreso electrizante de Yonathan del Valle inyectó energía al ataque granate, con una jugada de regate y un latigazo de zurda que, a pesar del ímpetu, no encontró destino de red.
El momento más dramático del tiempo regular llegó cuando el portero de Carabobo, Lucas Bruera, se vistió de héroe al salvar a su equipo con una atajada crucial en la línea, posterior a un remate acrobático de Juan Camilo Zapata.
Tanda de penales
La paridad se mantuvo, inalterable, hasta el pitazo final de los 90 minutos, forzando la decisiva tanda de penales.
La definición desde el punto penal que decidió la Copa Venezuela fue un duelo cargado de tensión y momentos dramáticos.
Los lanzamientos iniciales vieron a Matías Núñez de Carabobo convertir con frialdad, ajustando el balón a la derecha de Silva, y a Juan Camilo Zapata de UCV responder con un potente remate para empatar.
La actuación de los porteros fue clave, con Bruera adivinando el cobro de Samuel Sosa y Silva realizando una atajada fundamental a Norman Rodríguez que mantuvo el empate en el marcador.
Sin embargo, la gran oportunidad para Carabobo se esfumó cuando Yohandry Orozco erró el arco al pegarle muy abajo al balón, dejando la puerta abierta para el rival.
Un error y adiós a la copa
Con el error de Orozco, toda la presión y la posibilidad de la gloria recayeron en el argentino Francisco Solé.
El mediocentro de UCV, demostrando una sangre fría impresionante, ejecutó su penal de manera impecable, batiendo a su compatriota Bruera para sentenciar el 3-4 definitivo. Este gol no solo le dio la victoria a su equipo, sino que selló la conquista de la Copa Venezuela para el club de la capital, poniendo un final vibrante a la tensa definición.
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