Miami.- Antítesis de la «vieja guardia» del tango, el bandoneonista y compositor argentino Astor Piazzolla, una figura universal con un legado de más de 3.000 piezas musicales, es homenajeado en un espectáculo global, virtual y gratuito organizado desde Miami con motivo del centenario de su nacimiento.
El Centro Koubek de Miami ha reunido para «100 años de Piazzolla. El alma del Nuevo Tango» al Quinteto Astor Piazzolla y al bandoneonista y arreglista David Alsina con un cuarteto de cuerdas de intérpretes de la orquesta New World Symphony de Miami.
También forman parte del homenaje «Mash-ish», un proyecto del bajista, arreglista y productor Pablo Aslan para explorar las conexiones entre Piazzolla y la música afrolatina en el que participan cuatro mujeres bandoneonistas, Miguel Arrabal, un bandoneonista de Miami que actuó en Broadway bajo la dirección de Piazzolla, e imágenes del filme biográfico «Los años del tiburón», de Daniel Rosenfeld.
Piazzolla, que se crió en Nueva York y estudió en Europa, renovó y dinamizó el tango al incorporar elementos del jazz, el klezmer y la música clásica europea, lo que le valió infinidad de críticas y mucha incomprensión de los ortodoxos y puristas del género rioplatense, lo que se conoce como la «vieja guardia».
Un futuro clásico
«Una vez cada 100 años nace en la música un ‘tocado’ (elegido) como Piazzolla», afirmó Julián Vat, flautista, compositor y director del quinteto que lleva el nombre del creador de piezas como «Libertango», «María de Buenos Aires» o «Adiós Nonino».
Esta última, que Astor Piazzolla dedicó a su padre, fue escogida por Máxima de Holanda para que se interpretara en su boda con el hoy rey Guillermo e hizo llorar de emoción a la por ahora única reina nacida en América Latina y a muchos invitados a la ceremonia.
El director del Quinteto Astor Piazzolla, dependiente de la fundación creada por la viuda del músico, Laura Escalada Piazzolla, asevera que la obra del marplatense, que tuvo su orquesta y también tocó el bandoneón en la de Aníbal Troilo, es «universal».
Vat también está seguro de que con el tiempo «hoy es visto como contemporáneo» Piazzolla va a ocupar un lugar en la música clásica.
Su gran mérito es que el camino que siguió no había sido transitado antes por nadie, dice Vat, que este martes 9 de marzo dirigirá al Quinteto Astor Piazzolla en el afamado Teatro Colón de Buenos Aires, que ha dedicado un ciclo de conciertos al centenario de Piazzolla, que comenzó el pasado 6 de marzo.
En el Koubek Center, una entidad de la universidad Miami Dade College (MDC), tampoco «podíamos dejar pasar el centenario del nacimiento de Astor Piazzolla, uno de los músicos más influyentes del siglo XX», dijo su responsable, Melissa Messulam.
El director artístico del espectáculo del Koubek es el crítico musical argentino Fernando González, un estudioso de Piazzolla y el traductor al inglés de la biografía escrita por Natalio Gorín, titulada «A Memoir».
Una visión cosmopolitan del tango
En unas declaraciones, González dijo que Piazzolla trajo al tango «algo nuevo, una energía diferente», que lo acercaba al jazz y denotaba la influencia de músicos como Bartók y Gershwin.
Su visión era «cosmopolita, lo que no tenían los tangueros locales», agregó.
La influencia jazzística se nota también en el hecho de que adoptase el quinteto como la formación ideal para su música. Antes de Piazzolla, en el tango había tríos, sextetos y octetos pero no quintetos, que son propios del jazz, apunta González.
Vat indica al respecto que otra novedad es la incorporación de la guitarra eléctrica al tango.
Piazzolla nunca dejó de estudiar y de ir «más allá» con su música y no soportaba a los que no querían avanzar, resalta González, quien cuenta que en una época estudiaba de día y de noche tocaba en un cabaret. Llegó a hartarse del tango.
A mediados del 50 se fue a Francia a estudiar con la reconocida pedagoga musical Nadia Boulanger, quien no estaba muy entusiasmada con el Piazzolla clásico y le pidió que interpretará música de Argentina.
Tocó una de sus composiciones tangueras, «Triunfal», y ella le dijo «éste es Piazzolla», lo que lo animó a volver al género rioplatense, relata González.
Su vasta obra, que incluye más de 3.000 composiciones, entre ellas 40 temas para películas, como «Oblivion», que compuso para el filme «Enrico IV» (1984), de Marco Bellocchio, y muchas «joyas» todavía por descubrir, destaca por «su belleza, hondura y madurez», subraya Vat.
Eva Wolf, una de las cuatro bandoneonistas mujeres que participan en «100 años de Piazzolla», dice que la música de Piazzolla fue su primer acercamiento al tango y le sigue «encantando por la energía que tiene, por sus articulaciones y su potencia».
«Experiencias como ésta, donde cuatro mujeres tocan el bandoneón en un proyecto internacional de tal envergadura, dan un indicio a que sí, es posible, y que vamos a seguir transitando este camino hacia más participación femenina en la música tanguera», dice Wolf.
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