Entre el estruendo de los fuegos artificiales y el eco de los brindis, la llegada del 2026 se vive como un fenómeno que trasciende la fiesta.
En mercados, plazas y hogares, se lleva a cabo una coreografía de tradiciones que, entre lo simbólico y lo místico, buscan descifrar la incertidumbre y atraer la fortuna.
Diez rituales que marcan la transición hacia el nuevo año
Doce uvas
Bajo la herencia española, cada campanada de medianoche dicta el ritmo para ingerir una uva, ya sea morada o verde. Cada fruto representa un deseo y un mes de esperanza para el ciclo que inicia.
Brindis de oro
Para este ritual, se requiere una copa de champaña y una pieza de oro (anillo o cadena). Se sumerge el objeto de oro en el espumante al momento del brindis, siendo el gesto definitivo para invocar la riqueza y estabilidad financiera.
Código de color en la intimidad
Una marea de colores inunda los comercios en diciembre. El rojo para encender el amor, el amarillo para llamar al dinero y el verde para blindar la salud.
Purificación del Espacio
La limpieza energética busca «barrer» las rencillas y el estancamiento del año viejo, dejando el hogar como un lienzo en blanco para las nuevas oportunidades.
Docenario
Se enciende cada vela – tradicionalmente con forma de manzana- el primer día de mes. Es un compromiso de fe que busca mantener una guía de protección y abundancia constante durante los 365 días.
Maleta y el horizonte
Salir a la calle y recorrer la calle con equipaje en mano es el ritual predilecto de los espíritus aventureros que buscan que el 2026 sea un año de pasaportes sellados.
Baños de florecimiento
Un ritual de «despojo» y «atracción». La infusión herbal con ruda, albahaca, romero y pétalos de rosa busca purificar el espíritu y preparar el cuerpo para recibir las energías positivas del año entrante.
Pisar fuerte sobre el capital
Colocar dinero (alta denominación o monedas) dentro del zapato derecho durante las campanadas simboliza que el caminante nunca carecerá de sustento económico.
Lentejas
Ya sea guardándolas en los bolsillos, regalándolas o lanzándolas al aire, este grano milenario representa la multiplicación de los bienes materiales.
Primer contacto
Se dice que el primer abrazo y la primera palabra pronunciada tras la medianoche determinan el tono emocional del año. La consigna es la positividad absoluta.
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