Bagdad.- Turquía se sumó hoy a los llamamientos en defensa de la soberanía de Irak tras los ataques cruzados de Washington y Teherán en el territorio iraquí, mientras Bagdad insiste en la necesidad de que se retiren las tropas internacionales desplegadas en ese país.

El ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu, visitó hoy Bagdad en medio de un aparente apaciguamiento de los ánimos en Oriente Medio y mientras la coalición internacional de lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), liderada por EE.UU., espera a que las autoridades iraquíes le aclaren su situación legal.

ANKARA, DEL LADO DE IRAK Y SU SOBERANÍA

Durante su estancia, el jefe de la diplomacia turca se reunió con el primer ministro dimisionario iraquí, Adel Abdelmahdi, y el presidente de Irak, Barham Saleh, a quienes trasladó su deseo de distensión en la región, según sendos comunicados de las oficinas de ambos dirigentes iraquíes.

Posteriormente, en una rueda de prensa junto a su homólogo iraquí, Mohamed Ali al Hakim, Çavusoglu afirmó que «Irak no está solo» y Ankara trabajará a su lado en estos «días difíciles», al tiempo que pidió que el territorio iraquí «no se convierta en un campo de batalla para las fuerzas extranjeras».

Ambos países acordaron trabajar para aliviar la escalada de la tensión en la región, desencadenada tras el ataque de EE.UU. en Bagdad que el viernes acabó con la vida del comandante de la Fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución iraní (IRGC), general Qasem Soleimaní, y varios líderes de milicias chiíes iraquíes.

Teherán respondió hace dos días a esta acción con el lanzamiento de misiles contra dos bases militares que albergan a tropas estadounidenses en el oeste y norte de Irak, un ataque que no causó víctimas.

En su intervención en la comparecencia junto al titular turco, Al Hakim advirtió de que las tensiones en la región podrían dar cancha a las capacidades del EI.

LAS FUERZAS INTERNACIONALES DEBEN IRSE

Aún así, el ministro iraquí insistió en que «todas las tropas extranjeras tienen que abandonar» su país, si bien precisó que la salida debe ser acordada a través de canales diplomáticos y del diálogo.

El Legislativo iraquí aprobó el pasado domingo una moción en la que solicita al Ejecutivo que acabe con la presencia de cualquier fuerza extranjera en Irak y anule la petición de ayuda a la coalición internacional de lucha contra el EI.

Esa alianza había anunciado apenas una hora antes la suspensión de sus actividades de apoyo y entrenamiento a las tropas locales para concentrarse en la protección de las bases donde se encuentran desplegadas sus fuerzas en Irak.

Hoy, volvió a confirmar en su cuenta de Twitter que ha suspendido algunas de sus actividades en Irak a la espera de que se aclare su situación en el país.

«Esperamos una mayor aclaración sobre la naturaleza legal y el impacto de la resolución sobre que a las tropas extranjeras no se les permitirá permanecer en Irak, aprobada el 5 de enero por el Parlamento iraquí», explicó la coalición.

Mientras tanto, la coalición, que opera en Irak desde que el EI conquistó amplias zonas de este país en 2014, ha detenido sus «actividades militares» allí «para concentrarse en la protección de las bases iraquíes que albergan personal de la coalición».

«Aunque las actividades militares han sido suspendidas, otras actividades continúan normalmente, incluido contrarrestar la propaganda dañina del EI e interrumpir su financiación», precisó sobre dicha formación yihadista, cuya derrota en el país fue declarada a finales de 2017.

IMPACTO HUMANITARIO EN IRAK

Mientras tanto, el incremento de las tensiones está afectando a la ayuda humanitaria en Irak, tras obligar a algunas organizaciones y agencias humanitarias a tomar medidas de precaución.

«La muerte de Qasem Soleimaní evidentemente ha afectado nuestras operaciones», aseguró hoy a Efe una representante de la misión de Naciones Unidas en Irak (UNAMI), Marta Ruedas.

Según la fuente, cerca de 1,4 millones de personas reciben apoyo humanitario en Irak, de las cuales «entre un tercio y la mitad se verían afectados de manera directa o indirecta» por los últimos acontecimientos en el país.

Por su parte, Helen Baker, del Consejo Noruego para Refugiados (NCR) en Irak, dijo a Efe que un incremento de las hostilidades es «lo último que necesitan los civiles» de un país en el que al menos 700.000 personas están viviendo en «refugios de emergencia» tras haber tenido que abandonar sus hogares.

El tono percibido como conciliador del discurso ayer del presidente estadounidense, Donald Trump, parece haber rebajado un poco la tensión con Teherán, si bien las situación continúa siendo volátil en la zona.

 

EFE

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