Al menos 25 personas murieron en un ataque perpetrado el pasado jueves por hombres armados en el centro de Nigeria, en el estado de Kogi, confirmaron a EFE este domingo un líder local y un residente.
Según explicó a EFE Elias Atabor, un líder de la comunidad de Agojeju-Odo, en la localidad de Omala, donde sucedió la matanza, un gran número de atacantes asaltaron el pueblo alrededor de las 16.00 horas (15.00 GMT) del jueves, abriendo fuego contra cualquier persona a la vista.
«Es muy triste que esto haya ocurrido, es una gran tragedia (…) Hasta el momento, hemos enterrado a 25 personas cuyas vidas fueron truncadas por los atacantes. Muchas personas resultaron heridas y, mientras hablamos, muchas siguen en paradero desconocido», lamentó Atabor.
«Hay miedo por todas partes. La gente teme que los atacanes vuelvan», añadió, al destacar que esta comunidad ha sufrido muchos asaltos como este en los últimos tiempos y necesita «protección» de las autoridades.
Atabor responsabilizó de los ataques a «bandidos», término usado en el país para nombrar a las bandas criminales que cometen asaltos y secuestros masivos para exigir cuantiosos rescates.
Bashir Bello
Sin embargo, un residente del pueblo atacado, Bashir Bello, describió los hechos como actos de represalia por parte de pastores nómadas después de enfrentamientos con los vecinos sucedidos en los últimos días.
«Hubo desacuerdos entre nuestra gente y los pastores (de la etnia) fulani la pasada semana, que resultaron en pequeños choques», relató a EFE Bello.
«Los pastores regresaron para tomar represalias después de los ataques contra algunos de ellos (…) Hemos enterrado a más de 20 personas», agregó.
El estado de Kogi se encuentran en la zona que divide el norte mayoritariamente musulmán de Nigeria y el sur mayoritariamente cristiano, y durante años ha soportado tensiones étnicas y religiosas.
En esa región, son habituales los enfrentamientos entre comunidades de campesinos, mayoritariamente cristianas, y pastores del pueblo fulani, principalmente musulmanes, por diferencias sobre el uso de la tierra y los escasos recursos naturales disponibles, un fenómeno agravado por el cambio climático.
A esa inseguridad, se añaden los incesantes ataques de bandidos en algunos estados del país -sobre todo del centro y noroeste- por parte de los citados bandidos, que continúan pese a las repetidas promesas de terminar con la violencia por parte del Gobierno nigeriano, que ha reforzado el despliegue de sus fuerzas de seguridad.
Asimismo, el noreste de país se enfrenta desde 2009 a la violencia del grupo yihadista Boko Haram y, a partir de 2016, también de su escisión, el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP, por sus siglas en inglés).
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