Las perspectivas de reconstrucción son aún escasas en Járkov y otros territorios ucranianos cercanos al frente, mientras el persistente impacto de la invasión rusa limita la inversión extranjera, asfixia la economía local y pone en duda su futuro a largo plazo
Más de tres años después de que la segunda ciudad más grande de Ucrania se convirtiera en objetivo de los ataques rusos, su distrito más septentrional, Saltivka del Norte, permanece inquietantemente vacío.
Al contrario que en el resto de la ordenada ciudad, la hierba permanece sin cortar, cubriendo parques infantiles abandonados, lo que pone de relieve la devastación en una zona otrora densamente poblada.
Peligro persistente
Ni un sólo edificio residencial o comercial quedó indemne de los bombardeos de 2022, explica Mikola Polianski, residente y administrador de un chat local en Internet.
Varios edificios, considerados insalvables, están siendo demolidos y varios más han sido reconstruidos por el ayuntamiento y socios extranjeros.
Sin embargo, la persistencia del peligro, especialmente después de que Rusia lanzara otra ofensiva en la región el año pasado, hace que los esfuerzos de reconstrucción sólo hayan dado resultados limitados.
«Mira, las ventanas de este edificio están todas renovadas, pero dentro no hay cortinas. Esto significa que nadie vive allí. La gente tiene miedo a volver», subraya.
Sólo unos 15 apartamentos de 120 están ocupados, explica a EFE Zhanna Ivanivna, suegra de Mikola.
«El sótano ofrece poca protección y no tenemos coche para ir a la estación de metro más cercana por seguridad durante los ataques aéreos», dice.
La puerta de su frigorífico sigue agujereada por la metralla, mientras que el techo tensado, dañado, cuelga hacia abajo.
«Los vecinos esperan a que acabe la guerra para volver. Espero que ocurra pronto para que podamos reconstruir nuestro hermoso Járkov», señala esta mujer.
Economía asfixiada y futuro incierto
La ciudad consiguió unos 64 millones de euros de socios como el Banco Mundial y la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional en la Conferencia para la Recuperación de Ucrania, celebrada en Roma la semana pasada.
Esos fondos ayudarán a modernizar infraestructuras críticas, como el abastecimiento de agua, la calefacción centralizada y el suministro eléctrico.
Sin embargo, el coste total de la guerra en Járkov supera ya los 10.000 millones de euros, según su alcalde, Igor Terejov, que sigue en busca de socios e inversores interesados en su ciudad.
La mayoría de los comercios de las calles céntricas de la ciudad están cerrados y los que quedan, en el mejor de los casos, sobreviven, señala a EFE Yana Volkovska, contable de 36 años.
La ciudad dice haber abolido todos los impuestos locales a las empresas, pero esto no es suficiente, en medio de una aplicación imperfecta, los obstáculos burocráticos y el creciente costo de la guerra, argumenta.
En los territorios liberados de la ocupación rusa, la economía local se ve marcada por la logística destruida, el aumento de los precios y la pérdida de empleos.
Muchos edificios destruidos permanecen carbonizados.
Futuro amenazado
«No tiene sentido reconstruirlos si pueden quedar destruidos en cualquier momento», afirma a EFE Volodímir, conductor de la ONG jarkovita ‘Volonterska’.
Su equipo ha construido un refugio antiaéreo en la escuela del pueblo de Studenok, cerca de Izium, a 20 km de la línea del frente.
Sin embargo, la amenaza rusa mantiene alejados a más de la mitad de los niños.
Si su número continúa bajo, la escuela acabará cerrándose, lo que socavará el futuro del pueblo, se queja Viktoria, una profesora.
Es difícil hacer planes a largo plazo entre el temor de que las tropas rusas puedan regresar, según los vecinos.
Transformación pendiente
Járkov siempre ha sido un centro de tránsito, debido a su situación cercana a Rusia, y a algunos habitantes les cuesta creer que la prosperidad sea posible ahora que se han roto todos los lazos.
Sin embargo, sus autoridades ya se están replanteando su futuro.
El alcalde imagina ahora a Járkov como un gran centro económico, basado en la innovación tecnológica y científica.
Como símbolo de esta esperada transformación, la ciudad ha presentado un plan de construcción de un enorme Distrito Científico en el territorio del mercado de Barabashovo, antaño uno de los mayores de Europa y en otro tiempo popular entre turistas y empresas rusas.
«Tenemos una visión clara y estamos cambiando los enfoques de la gestión de la ciudad, todo ello a pesar de los ataques diarios del enemigo», subraya Terejov en sus redes sociales.
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