Armenia, país sumido en un mar de dudas debido a la pérdida del control de Nagorno Karabaj ante Azerbaiyán, ha decidido reconfigurar sus alianzas militares ante la pasividad mostrada por el bloque postsoviético liderado por Rusia.
«Esperamos de las relaciones armenio-rusas el respeto de los intereses y las obligaciones comunes, el respeto de la soberanía y la independencia», aseguró la pasada semana Nikol Pashinián, primer ministro armenio, en un mensaje a la nación.
Los países occidentales han recogido el guante y se han mostrado dispuestos a reforzar la seguridad armenia ante la amenaza que representa su vecino, hermano menor de Turquía.
Esto coincide con un fuerte incremento del gasto en defensa, que en 2024 ascenderá a unos 1.400 millones de dólares, lo que representará el 5,3 % del producto interior bruto.
Armenia se distancia del bloque postsoviético
Pashinián ha puesto abiertamente en duda la necesidad de pertenecer a la alianza militar postsoviética, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), que no sólo no defiende a uno de sus miembros, sino que le impide cooperar con otros países.
Por ello, no acudió a la reciente cumbre del bloque en Minsk, aunque su secretario general, Imangali Tasmagambetov, tenía previsto visitar Ereván para entregarle los documentos firmados durante la reunión.
«¿Por qué no tomamos una decisión sobre la salida de la organización y la suspensión de nuestra membresía? Lo decidiremos exclusivamente partiendo de los intereses estatales de nuestro país», dijo
A la falta de apoyo se suma el hecho de que, como reconoció el propio Pashinián, Moscú no ha suministrado a Ereván el armamento que éste le pagó en su momento debido al estallido de la guerra en Ucrania.
«Sí, nos compraron armas. Debido a la operación especial en Ucrania, estamos retrasando su entrega. Aprovecharon esto para apelar a otros», admitió Konstatín Zatulin, subjefe del comité de relaciones con el espacio postsoviético de la Duma o cámara de diputados rusa.
La oposición no se lo acaba de creer
Pashinián destacó como un hecho «sin precedentes» la reciente celebración de maniobras militares conjuntas con Estados Unidos, más aún cuando hace dos años que no participa en los ejercicios de la OTSC.
Moscú no consideró «nada bueno que un país agresivo de la OTAN esté intentando penetrar en el Cáucaso Sur», mientras el Kremlin acusó abiertamente a Occidente de intentar «expulsar» a Rusia de la región, pese a que es el único «garante de la paz y estabilidad».
Al respecto, la oposición armenia no está del todo convencida de que Ereván vaya a buscar realmente alternativas de seguridad.
“Por un lado, muestra una actitud de enfado y, por otro, asegura que no existe la decisión de abandonar la OTSC”, comentó a EFE Gegham Manukyan, diputado de la opositora Alianza Armenia.
Francia entra en escena
En este contexto, Francia emergió como un socio militar fiable para Armenia. Justo después de consumarse la derrota karabají, ambas partes acordaron la adquisición de sistemas de defensa aérea Mistral y radares Ground Master 200.
Además, París prometió ayuda para capacitar a las Fuerzas Armadas armenias, que demostraron en los últimos años estar rezagadas en relación con el moderno ejército del país vecino.
La reacción del presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, no se hizo esperar. Acusó a París de alimentar las tensiones en el Cáucaso y canceló su viaje a Granada para reunirse con Pashinián.
Sin embargo, el ministro de las Fuerzas Armadas de Francia, Sébastien Lecornu, aseguró que «nadie puede culpar a un Estado soberano por proteger sus cielos y a la población que vive bajo ellos”.
Recientemente, vehículos blindados multiusos de fabricación francesa Bastion fueron descargados en el puerto de Poti, en Georgia, con destino a Armenia.
India, el socio inesperado
La crisis provocada por la disolución de la república del Karabaj también allanó el camino para la aparición de un socio inesperado, la India.
La reciente compra de sistemas anti-drones Zen destacó la creciente importancia del país asiático como proveedor clave de armamento.
A su vez, el fabricante indio de sistemas de artillería Bharat Forge confirmó que sus obuses autopropulsados blindados MARG 155 están reservados para Armenia.
El diputado Manukyan celebró las intenciones de Armenia de incrementar su capacidad de defensa, aunque acusó al gobierno de manipular a la sociedad.
“Como resultado del mal comportamiento diplomático-militar de las autoridades de Armenia, los círculos militares-industriales de diferentes países vieron la oportunidad de hacer publicidad gratuita de sus propias armas. En este caso, el gran ruido propagandístico sobre las compras de la India no tiene ningún efecto positivo para la seguridad de Armenia”, afirmó un escéptico Manukyan.
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