Naciones Unidas.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se ha reunido en las últimas horas en los márgenes de la Asamblea General de la ONU con los líderes de Japón, Corea del Sur y Filipinas, en un intento por reforzar sus alianzas en Asia y plantar cara a China.
De las seis reuniones que Biden tuvo en la ONU, tres fueron con líderes de países asiáticos, mientras que las otras fueron con el secretario general del organismo, António Guterres, y dos de sus socios europeos más importantes, el presidente francés, Emmanuel Macron, y la primera ministra británica, Liz Truss.
El último encuentro fue con el presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., hijo del fallecido exdictador Ferdinand Marcos (1965-1986) y que llegó a la Presidencia el pasado mayo.
Al inicio de la reunión, Biden reconoció que la relación entre Estados Unidos y Filipinas ha vivido «momentos duros», pero argumentó que sigue siendo «vital» para ambos países.
Específicamente, Biden expresó su deseo de hablar con Marcos Jr. sobre la situación en torno al Mar de China Meridional, región en la que se estima que se esconden 11.000 millones de barriles de petróleo y que China se disputa con Taiwán, Brunéi, Indonesia, Filipinas, Malasia y Vietnam.
Por su parte, Marcos Jr. alabó el papel que Estados Unidos juega «para mantener la paz» en la región y dijo que Filipinas lo valora especialmente, ya que mantiene una relación cada vez más conflictiva con Pekín debido a las disputas territoriales por el Mar de China Meridional.
Biden, además, se ha reunido con el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, y el primer ministro nipón, Fuimo Kishida, en paralelo a las sesiones de la Asamblea General.
En concreto, Yoon y Biden se vieron durante el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria que se celebró ayer miércoles y, entre otras cosas, conversaron sobre cómo fortalecer su alianza frente a Corea del Norte, informó la Casa Blanca en un comunicado.
En ese foro sobre salud, Yoon se dejó el micrófono abierto y, por error, hizo unas polémica declaraciones que han provocado mucho revuelo en Corea del Sur.
En concreto, llamó «idiotas» a los miembros del Congreso de EE.UU. y consideró que a Biden se le podía «caer la cara de vergüenza» si los miembros del Legislativo estadounidense no aprobaban los 6.000 millones de dólares que acababa de anunciar para luchar contra el sida, la tuberculosis y la malaria.
La reunión de Biden con Kishida fue menos polémica y se centró en cómo aumentar su cooperación en materia de seguridad para garantizar un Indopacífico «libre» y «abierto», pese a que China considera esa área como parte de su esfera de influencia.
EFE
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